lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Cómo se llena el vacío?

Diciembre es un buen mes para intentar llenar el vacío. Sólo que su libre albedrío tiene la disposición de escoger cómo hacerlo. El vacío, aquella sensación de incertidumbre, de “no encontrarse”, esa cierta ansiedad de no estar bien (pero tampoco se está mal), el estar picando, buscando no se qué, pueden ser síntomas del vacío. Un hueco interior, una sensación de insatisfacción, un movimiento continuo como si estuviera “picado por hormigas”, todo esto es vacío… La sociedad de consumo ofrece solucionar el problema, llenándolo de cosas materiales, de regalos, de paquetes, de objetos modernos. Entonces existe como una fantasía instantánea de que comprando y acumulando, el vacío desaparece. Es la felicidad envuelta en un vestido, un juguete o un computador. Tan fácil de conseguir puesto que sólo (¡) se necesita dinero para ello. Pero resulta que ya compró, ya acumuló, ya la casa está llena de cosas materiales y el vacío continúa. Entonces toca ensayar con rumba, bulla, pelotera, cantidad de gente, risas, trago, droga, con algo que lo “aplaque”. Porque ese silencio interior es atronador y hay que envolatarlo a lo que dé lugar.
El problema no está en comprar y tener, ni más faltaba. Qué rico que lo pueda hacer y lo disfrute. El problema está en creer que objetos materiales colman la sensación del vacío interior. O en creer, también, que con ruido y gente, el vacío desparece. La dificultad está en confundirse y no ser conscientes de que el vacío obedece a una necesidad humana de trascendencia, de sentido espiritual. Y lo material nunca jamás puede colmar lo espiritual. Ni siquiera las personas que nos rodean lo satisfacen. Ni padres, ni hijos o hijas, ni novios, compañeras, amigos, vecinos, jefes o conocidos, lo pueden llenar. Lo mas traumático (o lo mas liberador) es que ese vacío no lo llena nada que esté afuera de usted. Nada. Leyó muy claro, nada ni nadie puede llegar hasta ese lugar del vacío. El vacío es totalmente personal e intransferible. Es como una calcomanía pegada a sus entrañas porque por mas que trate de distraerse, apenas deja de envolatarse vuelve y allí está. Constante. Imperturbable. Silencioso. ¿Cómo enfrentar el vacío?
Todo lo de la Navidad puede ser maravilloso sólo si no confunde los objetivos. El mundo material está allí para aprender a vivir en él porque es en ese lugar donde se debe vivir la espiritualidad. Se necesitan el dinero, la diversión, el sexo, la rumba, todo lo cotidiano para asumir la trascendencia. Por algo somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Y es aquí, con cuerpo, con dinero, con cosumismo, con intolerancia, como se debe vivir el proceso. No aprendo lo que me corresponde en un medio donde no haya mundo material. En Navidad el vacío puede sentirse más porque culturalmente es una época que permite expresar emociones y sentimientos. Y se desenmascara en forma contundente lo que se ha tratado de envolatar o con trabajo o con acelere o con ruido. Pero no se asuste. Sentir vacío es ya, de por sí, un buen comienzo. (Hay quienes todavía ni siquiera saben de qué se trata). Cuando lo sienta permítase antes que nada, manejar su respiración. Trate de relajarse lo más que pueda: música, silencio, la llama de una vela, pueden ayudarle a ganar tranquilidad. Ojalá también pueda “parar” de llenarse de pensamientos y preguntas y ansiedad y futuro. En el pensamiento no hay respuestas para el vacío. Pero usted ha empezado a buscar…La calma, el silencio, la tranquilidad ayudan contra el vacío. No olvide que sólo es hoy y ahora.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Liberando Energías

No, no las puede tocar. No se encuentra con la energía “de frente” porque no está en la tercera dimensión. No es medible, ni tangible con los cinco sentidos físicos. Tampoco puede tocar los pensamientos pero estoy segura que no duda de su existencia. Los pensamientos, al igual que la energía o la información pertenecen a otras dimensiones, tan reales como la tercera pero imposible de capturarlas con los métodos físicos o materiales. La energía está en todo, mejor dicho, todo es energía. De allí la gran revolución generada por la física cuántica cuando concluye que no existe espacio vacío. “Los científicos creen que más del 90% del cosmos está “desaparecido” y se presenta ante nosotros como un espacio vacío. Esto significa que del inmenso universo que conocemos, solamente el 10% tiene algo en él. ¿Cree usted realmente que lo único que existe es ese 10% de creación que ocupamos? ¿Qué hay en el espacio que concebimos como “vacío”?
¡Qué desperdicio de espacio si no hay nada! Al igual que con el cosmos ¡qué desperdicio de espacio si estamos solos en el Universo! Por lo mismo, aceptar la posibilidad de otros seres en el universo es una conclusión con sentido común. Y también es de sentido común aceptar la “presencia” de la energía en todo nuestro entorno. Si no hubiese energía entre la materia no podría haber, por ejemplo, transmisión de luz ni de sonidos porque estos necesitan ondas para expandirse. A la vez, nosotros, seres humanos, somos energía y estamos rodeados de energía. La energía está allí aun cuando no la toque. Pero es obvio que se siente. Es obvio que la percibimos en los espacios, en las personas, en la música, en el ambiente, en el lenguaje, en las emociones.
Pero la energía tiene información. Y esa es otro “escándalo” que surge dentro de la física cuántica. No sólo hay energía en el espacio sino también que en esa energía existe una información que usted la puede escuchar solo sí está abierto a sentirla. Y aun cuando la razón es necesaria para sobrevivir es hora de aceptar que además de la mente, hay otras maneras de vivir y aprender. No es necesario ser científico ni muy estudioso para percibir la energía. Ensaye, por ejemplo, ahora en Diciembre, a mover los objetos de su casa, a desprenderse de aquello que no usa, a eliminar elementos dañados, rotos, desperfectos. Está liberando energías estancadas que deben fluir para que usted se sienta mejor. La armonía es la síntesis de una buena energía en su entorno. Y la paz interior es armonía afuera y adentro de su cuerpo. O mejor dicho lo mismo, porque no hay adentro sin afuera y viceversa: limpiar, botar, descargar, son maneras elementales de oxigenar el ambiente y permitir que una mejor información que hay en el espacio, pueda llegar a su vida. ¿Qué clase de información? Pregúntese, qué clase de respuestas está esperando en torno a su vida. Y de pronto, un espacio más limpio, menos pesado y usted, más ligero de equipaje, permiten encontrar la información que requiere en su presente. ¿Qué clase de información tiene la energía? Toda la información posible. Llámelo Feng-Shui, liberación de energías, conciencia, ayuda “divina”, como quiera. Pero es obvio que todo está conectado y que podemos llegar a tener las respuestas adecuadas para el desarrollo de nuestra vida. Sólo, hay que limpiar el espacio para que la información “nos hable”. Einstein dijo: “Seres humanos, vegetales o polvo de estrellas, todos danzamos al ritmo de una melodía misteriosa, entonada en la distancia por un flautista invisible”

lunes, 23 de noviembre de 2009

Salvando y Desahuciando

¿Existe alguna forma de garantizar –sí, garantizar- con certeza, de que dadas determinadas circunstancias o reunidas ciertas variables, el ser humano sale adelante en su desarrollo? ¿La ciencia puede ofrecer la garantía de que si se reúnen ciertas condiciones la existencia fluirá dentro de los cánones de normalidad? Bueno, mis preguntas surgen a raíz de estudios e investigaciones que buscan ayudar a que la vida de los niños y las niñas sea de mejor calidad. Que, por ejemplo, su alimentación sea más nutritiva y más sana. Lo cual es absolutamente maravilloso tanto en la intención como en los buenos resultados. Sin embargo, el que se busque lo mejor, no puede significar descalificar a quién no obtenga lo mejor. Los ideales son necesarios como metas para enfocar el trabajo. Pero si no se logran los ideales (a propósito ¿cuando se logran?) no significa ni que el esfuerzo se perdió ni que quienes no alcanzaron el ideal, están desahuciados. No se pueden salvar algunos desahuciando a otros. La Fundación “Éxito” está realizando una interesante labor en bien de los niños y niñas para lograr que su nutrición sea óptima. Para ellos es básico empezar por la alimentación. No en vano algún visionario dijo hace algún tiempo, “somos lo que comemos”. Pero así como es de importante la misión que se han propuesto, pediría a nombre de los que no lo lograrán –que desafortunadamente serán muchos- no descalificar su futuro de forma tan categórica. Los nunca, jamás, siempre, son expresiones demasiado contundentes cuando se está hablando de seres humanos. Las opciones existen y mientras haya vida hay esperanza. Así las estadísticas sean muy claras, es muy tenaz que se agreda a la persona por tener mirada “estadística”…un solo ser humano merece la posibilidad y por ello es importante abrir la opción a la esperanza. La resiliencia es también la prueba mas categórica de que con los seres humanos no se puede decir la última palabra negativamente. La capacidad humana logra el milagro de la recuperación.
Y como el“Éxito” invitó a un agradable almuerzo para escuchar comentarios sobre la labor de su Fundación y el tiempo quedó muy corto para ello, voy a hacerlos públicamente. El trabajo de la Fundación debe enmarcarse con lenguaje de género puesto que la equidad no es un asunto de viejas feministas. En un país con tantísimas arbitrariedades contra la mujer es muy valioso que quienes educan puedan contribuir desde su labor a los procesos de equidad de género. El mundo no está poblado sólo por hombres y niños. También existen las mujeres (o los seres humanos, o las personas, o los individuos) y las niñas. Planteamientos aparentemente tan elementales como éste contribuyen a que dentro del objetivo de la nutrición infantil se contribuya a la educación de las nuevas generaciones.La gran inquietud es cómo tener dentro de los planes de la Fundación una visión más integral. Valiosísimo lo de la nutrición pero es necesario “amarrarle” otras miradas que no se oponen a lo que se está haciendo pero si genera la construcción de niños y niñas más coherentes. Aspectos como el embarazo adolescente, nuevas miradas al concepto de familia, los riesgos del aborto, no pueden dejarse por fuera. “Sólo” nutrición puede llevarnos a una fragmentación donde terminemos teniendo niños y niñas muy bien alimentados pero… Que no pase lo que sucedió con la medicina aleopática que por “especializarse” en órganos perdió de vista al ser humano. La mirada integral de la educación integral, no puede olvidarse ni un solo momento: “todo tiene que ver con todo”

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Por qué se quedan?

¿Por qué una mujer “aguanta” tantísimos niveles de violencia de un marido, un padre y llegado el caso, de un hijo? ¿Qué es aquello que la lleva a quedarse allí, a creer que “no puedo” y percibir que “sin él” su vida no tiene sentido? Caer en cuenta no es fácil. Y es posible que “todo su entorno” y hasta los psicólogos y psiquiatras que la asisten se den cuenta de su problemática. Pero aun cuando suene increíble (y descorazonador) el proceso interior de conciencia es un proceso personal y hasta que la persona no caiga en cuenta, es decir, hasta que no tome conciencia, no es mucho lo que se puede hacer. Desde afuera, se entregan elementos para ayudar: la persona “consulta” porque algo empieza a descuadrarse en su vida, pero –ojo- todavía- es “normal” o no registra una problemática mayor. Aun cuando suene descabellado, en su computador personal todavía la situación no es grave o cada día “borra” el registro del día anterior. Puede que en el momento del problema escandaloso, busque ayuda de “urgencia”. Pero si todavía no hay conciencia, su vida vuelve a la normalidad de la violencia cotidiana. Su elementalidad es pasmosa. Pueden darse golpes, maltrato psicológico, golpes, lo que sea pero no hay “gravedad”. Considera que las cosas “van a cambiar” y sigue allí, quieta, esperando el supuesto cambio externo. Por eso son tan “sospechosas” las citas de urgencia: son como para “apagar un incendio” pero luego todo vuelve a la “normalidad” y la persona se “tranquiliza” con la consulta y no continúa lo que sí le ayudaría a despertar. Desde afuera, psicólogos y a veces psiquiatras (si no se limitan a dar droga) colaboran entregando una información (terapia) que le ayude a caer en cuenta. Se toman los fragmentos de su vida y cuál rompecabezas, se los arma de otra manera, con una mirada diferente, produciendo interpretaciones que le ayuden a despertar. La historia personal y familiar es básica. No tiene que seguir así, no debe ser así, existen otras posibilidades, se puede vivir diferente. Pero repito, el cambio es interior. Y hasta que no se llegue a un nivel de saturación personal (ley de la saturación) la persona aguanta y aguanta y no modifica su posición. Aún, corriendo el riesgo de que la maten pero no hay nada (todavía) que le produzca el click del cambio. Sólo su proceso interior… Por eso cuando llega el momento no hay nada, absolutamente nada, que produzca la reversa. El click, despertar, caer en cuenta, tomar conciencia, es un proceso personal, liberador, absolutamente gratificante, aun cuando haya dolido y desgarrado. Pero es como volver a nacer. Es empezar a ser dueño de uno mismo, es tener el control de la vida, es saber que ni siquiera a nombre del amor, vale la pena perder lo que yo soy en este momento. Un proceso de autoestima muy parecido a la lógica que acompaña la explicación de las azafatas en los aviones: en caso de despreurización, “colóquese primero usted mismo la máscara y luego sí, ayude a colocársela a otro”. Pero no puede aliviar a otros cuando ni siquiera usted mismo puede respirar… Los procesos de conciencia son de esa manera. De allí que caer en cuenta, despertar, hacer conciencia, el amor, la pareja, el sufrimiento, las crisis y hasta la violencia, son peldaños en el camino espiritual. La madurez, la salud mental y el equilibrio –sorpréndase- son sinónimo de espiritualidad, coherencia, comprensión y felicidad. Venimos a la vida a aprender y lo importante es entonces es caer en cuenta, despertar.

jueves, 29 de octubre de 2009

En nombre de Dios

Dios pareciera ser como un caucho: se estira para un lado y para otro, se jala para adaptarlo a una teoría, otros lo aprovechan para explicar sus creencias, hay quienes lo tienen como parapeto para atacar a un contrincante y hay quienes lo consideran su adalid para justificar su visión del mundo… en fin Dios ha dado para todo. DE acuerdo a lo que cada uno cree, “usa” el nombre de Dios para su beneficio lo que lleva a la conclusión de que Dios es camaleónico. ¡Para todo sirve! En Colombia, la semana anterior tres circunstancias nacionales fueron interpretadas utilizando el nombre de Dios. Cualquiera podría concluir que es “aliado” de ciertas causas (¿cuáles?) y enemigo de otras. Pero ¿quién es su vocero? ¿Quién se arguye el poder de “interpretarlo” y reconocerlo como aliado personal? Bueno, allí está uno de las grandes consecuencias de la diferencia entre religión y espiritualidad. Por causas religiosas nos hemos asesinado más que por cualquier otra razón. Los que tienen religión lo “usan” a su amaño para quedar bien, tener la razón y no perder. Los que manejan espiritualidad lo respetan porque saben que Dios no es un caucho y no se puede adaptar arbitrariamente a la creencia “conveniente”.
El Procurador no fue elegido en ese cargo para representar al catolicismo. Como tampoco fue elegido para que hiciera la apología del Santa Fé, ni del partido conservador, ni de los que les gusta la arepa de huevo. Fue elegido para representar al estado colombiano que es laico y por lo tanto debe respetar la función para la que fue nombrado. Tiene todo el derecho a seguir sus creencias personales. Pero lo que no puede hacer es ocupar el cargo con visión católica. Primero es colombiano que cristiano. Y si sus reservas morales lo iban a colocar en contradicción, no debió aceptar porque no lo eligieron representante de los católicos sino de un estado laico. Entonces señor Procurador respetar a colombianos y colombianas es guardarse sus creencias y obrar de acuerdo a la Ley. La Iglesia Católica tiene todo el derecho de protestar…ni más faltaba. Son una ideología religiosa y como tal válida. Pero son sólo una de las muchas ideologías religiosas y no pueden imponerse como totalidad. Entonces, la mal llamada cátedra del aborto debe darse porque nuestros jóvenes necesitan información, independiente de que crean o no en Dios. Además, para completar, no puede limitarse a ser una cátedra para mujeres: ¿quién dijo que las adolescentes se embarazan solas? La información sexual no puede seguir dependiendo ni de conceptos machistas ni de conceptos religiosos. Aquí si se requiere un verdadero cambio de creencias. Hay que dejar a Dios en paz…Y otro que utilizó a Dios “a su amaño” fue el Presidente Uribe. Será elegido nuevamente si primero, el referendo, segundo el pueblo y tercero, Dios quieren. Para Uribe ¡Dios es uribista! O sea que si gana ¿Dios desaprobó a los no reeleccionistas y lo eligió a él como su aliado? ¿Hasta allá llega nuestro ego y prepotencia de creer que Dios “es de los nuestros” porque las situaciones se dan de una manera y no de otra? Utilizar a Dios en estos términos es una forma abusiva de creerse superior y de que mi pensamiento fue “bendecido” por El, mientras reprueba la diferencia de criterios. No tengo la suficiente fuerza interior y entonces “hecho mano” de su poder para sentirme su protegido. Definitivamente se les cruzaron los cables a los hombres que detentan poder en Colombia para justificar sus creencias.

lunes, 19 de octubre de 2009

Magia y Conciencia

¿Cómo le asusta a la mente racional todo lo que tiene que ver con la magia, lo esotérico y lo sobrenatural? ¡Cómo es de temerosa la mente cuando no tiene el control total de lo que aborda! Definitivamente la razón abrió muchas puertas en el desarrollo humano pero su rigidez, al no aceptar sino aquello que podía comprobar con sus propios métodos, le castró multitud de opciones de vida, plenitud y conciencia. ¿Sabía usted por ejemplo, que la palabra conciencia no existía en los libros de los científicos? “Cuando tenía 15 años, dándome cuenta de que necesitaba saber acerca de la conciencia, me precipité hacia una biblioteca de biología para buscar información en el libro de texto más intenso que pudiera encontrar. Para mi sorpresa no constaba en el índice: la palabra más cercana que pude encontrar fue “inconsciencia”. En ningún lugar se mencionaba la conciencia como entidad. Niveles de alerta, sí, pero no “conciencia”. Había buenas descripciones de la neurona y su funcionamiento pero ninguna mención de la conciencia(…) En 1930 al preguntarse cómo surge la conciencia se dijo “mas vale poner el dedo en los labios y permanecer en silencio”. Las anteriores palabras son del doctor Peter Fenwick con miles de títulos y especializaciones, profesor de Neurofisiología en el Hospital de Radcliffe en Oxford, con trabajos sobre estados alterados de conciencia, experiencias cercanas a la muerte. Como quien dice no es ningún “pintado en la pared”. Y las preguntas que él se hace sobre el cerebro (¿allí es donde “queda” la mente racional?) son las que se hacen muchas personas de pensamiento abierto, donde no temen encontrarse con preguntas sin respuesta “científica” para acercarse a otras opciones que aportan luces y sabiduría.
La razón y la ciencia se aliaron, dejando por fuera lo que no pudieran “probar”. Y claro, todo “lo nuevo” o diferente genera resistencia. Me da mucha pena con el psicólogo que respondió que él NUNCA había tenido pacientes con posesiones, estados alterados de conciencia o situaciones donde “los tests científicos” no le hubieran dado respuesta. Qué pena porque lo que se ha perdido acerca del contacto con los seres humanos es inmenso. Y no es que “me alegre” por el sufrimiento de las personas, pero si alguna profesión genera comprensión, tolerancia y apertura hacia la condición humana es la psicología. Cuando la mente está abierta las nuevas miradas permiten el despertar de la conciencia. Y es la conciencia la que encuentra otras dimensiones desconocidas para la ciencia porque ésta no puede probar lo que está por encima de sus métodos. Muy cerca de la conciencia, ligada con ella, está la magia, todo aquél potencial de los humanos que existe y logra resultados increíbles. La magia es tan vieja como la humanidad porque significa “el arte de realizar cosas maravillosas en contra de las leyes naturales por medio de ciertos actos o con la intervención de espíritus”. Magia y conciencia, caminos para llegar a una comprensión del ser humano por “encima” de la razón y de la ciencia tradicional, pero no por ello menos valederos. Por el contrario cada vez existen más testimonios sobre situaciones que “escapan” a la razón inicialmente pero que luego la ciencia “obligada” debe reconocer. Es como si la razón y la ciencia estuvieran relegadas e insistieran en su estrechez de criterio mientras la sabiduría brota de otras fuentes que todavía no son denominadas científicas. Magia y conciencia, sólo para quienes no tienen miedo.

lunes, 5 de octubre de 2009

El Maleficio de Ronaldo

En el mes de la magia (y de las brujas) es interesante encontrarse con el artículo que cuenta que a Cristiano Ronaldo el jugador estrella del Real Madrid, aquel que llenó un estadio por el solo deseo de “verlo”, el hombre que se gana tres mil millones de pesos MENSUALES por jugar fútbol, ese hombre está embrujado y por lo tanto, no podrá terminar esta temporada. Según la información, el brujo español Pepe asegura que fue contratado por una mujer para volverlo “un jugador de cristal”. Es decir un hombre al que no lo pueden ni “tocar” en la cancha porque inmediatamente se quebrará. Está condenado a ser de cristal. Coincidencia o no, la maldición ya empezó a suceder y esta semana el jugador quedó por fuera de las canchas por un esguince en el tobillo.
Volvemos a preguntar: ¿existe la brujería? ¿Es válido creer en las alumbradas, los rezos, los amarres, las maldiciones y todo aquello que surge de manejar la denominada magia negra? (También existe la magia blanca, aquella que no busca hacer el mal sino lo que se pretende es influenciar para que los hechos estén a nuestro favor.) Pero la magia negra, con todo su poder, está allí para ser creída, para ser respetada y sobre todo para ser temida. Porque por más que los racionales le hagan pistola creyendo que no pasa de ser sugestión, es obvio que sus efectos se palpan y se perciben. Claro, sucede igual que con las enfermedades. Hay personas con defensas mucho más fuertes a las que no se les pegan. Y otras, más frágiles, con defensas bajitas, a las que sí les llega cualquier virus por inocuo que sea. Igual con la brujería. La brujería es el manejo de la energía, lo mismo que la sanación, el reiki o cualquier otro instrumento energético que influye en el comportamiento. Creo que no existe profesional de la Psicología o de la Psiquiatría a quién no se le haya presentando algún paciente o embrujado o poseído. Mucho de estos casos se confunden con psicosis cuando sería pertinente remitirlos a personas especializadas en “sanar” estas situaciones. Para las posesiones también hay especialistas que “limpian” al poseído en forma amorosa tanto para la posesión como para el que la padece. Y en cuanto a la brujería se dan seres capacitados que practican la “contra” de la maldición. Los hechos deben contrarrestarse con elementos de las mismas condiciones.
La brujería existe. Las historias de hombres alumbrados, “encoñados”, de mujeres a las que “secan” por venganza, de empresas u organizaciones que quiebran ante las malas rachas, de familias o hijos que heredan las maldiciones hechas a sus padres, son demasiado contundentes como para dudar de su existencia. Pero esto no significa el final: hay manera de revertirlo. Lo importante es detectar la situación para contrarrestarla. A Ronaldo le han surgido cientos de brujos y brujas voluntarias que están dispuestas a “protegerlo” ofreciéndole curas. De alguna manera la brujería intenta ser un poder para quienes han perdido sus poderes de seducción, venganza, odio, rencor, resentimiento, posesividad, amor. No les queda más que “utilizar” las fuerzas de la energía para conseguir su propósito. Porque con la misma energía que se cura también se daña. La intención modifica el efecto de la onda energética. Imposible esperar que toda esa fuerza (casi que desconocida) no esté allí, al servicio de los seres humanos. ¿Cómo se utiliza? He allí el límite entre lo ético y lo perverso.

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Quiere ser Mag@?

Es la víspera del mes de las brujas. Halloween está aquí para hacernos comprar calabazas, espantapájaros, brujas con escobas y cuanta cosa se les ocurra. La ocasión es propicia, entonces, para hablar del tema. ¿Usted sí cree en la magia? O es acaso, de los racionales que se enorgullecen de repetir a voz en cuello, “ver para creer”, como santo Tomás. ¿Usted considera que creer en la magia va contra su inteligencia y su preparación académicas? ¿Es de los que opina, que en la magia creen las personas ignorantes que no tienen argumentos para enfrentar la vida? Para usted ¿sería un desprestigio personal “darle crédito” a esas idioteces? Acepto sus argumentaciones. Tiene derecho a hacerlas. Lo único que siento, aquí entre nos, es de todo lo que se pierde, todo aquello que se está negando a sí mismo, por la racionalidad de sus conceptos. Qué pena, usted va por la vida tratando de “explicarse” el mundo cuando muchas veces lo único que hay que hacer es “sentirlo” para que se produzca un momento mágico. Por tributarle honores a la mente, se está perdiendo de esta sensación…

Usted tampoco se ha enamorado. Usted nunca ha podido sentir “mariposas en el estómago”. Bueno, le estoy hablando en términos mágicos porque claro, las mariposas nunca están en el estómago. Quiero decirle que las mariposas del estómago son de los momentos mas maravillosos que se pueden sentir. Eso es magia. Una mente racional no se permite esos “despropósitos”. Quien no cree en la magia tampoco puede creer en la amistad. ¿Qué hace que dos personas se encuentran y “decidan” ser amigas? Se argumentará que “intereses comunes”, gustos semejantes o cualquier racionalidad posible. Pero los amigos y las amigas no obedecen a ningún parámetro. Sólo, se da y se hacen amigas: momento mágico.

Es un momento mágico creer en “algo” y que de pronto sucedan milagros. O sincronicidades. Allí hay magia, “hechos extraordinarios” salidos de la nada que van en contra de la realidad pero que suceden. Existe magia cuando alguien te mira a los ojos y te sonríe. Cuando alguien da las gracias, desde el corazón, por algo que has dicho o has hecho. Existe magia cuando se sucede una de esas casualidades inexplicables pero que sorprenden a la razón y le dan sentido trascendente a tu día a día. ¿Por qué me sucedió esto a mi? Allí está presente la magia, en toda su dimensión. Hay magia en la generosidad, en la solidaridad. Existe magia en el agradecimiento, en la ternura, en la “conexión” humana. No hay palabras para explicar lo que se siente cuando algo te llega a las entrañas. Aún cuando sea el dolor el que nos toca…todo ello relacionado con momentos mágicos, donde desprovistos de pensamiento sólo estamos a merced de lo que sentimos.
La magia es un arma femenina. La intuición y la percepción fueron los únicos caminos que le quedaron a la mujer para tener alguna forma de poder en un mundo dominado por hombres. La mente racional condenó la magia por dos peligros: es demoníaca y es femenina. La mujer es la bruja de la historia. El diccionario habla de brujas y no de brujos. La mujer es quien ejerce la magia y la brujería, ella es quién desde la intuición, desde el sexto sentido, da respuestas a situaciones inexplicables. La magia es un poder. Estamos en un momento tan particular donde la dura y fría razón se encuentra enfrentada a un “conocimiento” que no puede explicar ni controlar: la magia. En el futuro se definirán las posiciones…

jueves, 24 de septiembre de 2009

"Y sereis como dioses"

La serpiente (¿el demonio? ¿el ángel caído?) quién quiera que haya sido, les planteó a Adán y Eva la posibilidad de ser como dioses. Los tentó con el poder, con el saber. Los seres humanos, que tenían la tarea de enfrentar la vida para salir de la inocencia y regresar a Dios, fueron estimulados para ser poderosos, para mandar, para creerse lo que no eran. El ego hizo de las suyas y cayó en la trampa. Tan fácil que es tentar al ego, tan fácil que es decirle una pachotada y que se la crea… Ser como dioses: ¿quién no lo ha soñado? Y desde entonces la condición humana ha jugado a ser dios. El bichito de ser como El (sin hacer esfuerzos) es demasiado atractivo para no dejarse picar por el insecto. Atrás está el ego y el ego manda. El ego, la parte más “mentirosa” del ser humano puesto que “es lo que no es”, se muestra como sueña ser pero resulta que no lo es, cae facilito en la tentación de creerse más de lo que es. Y claro, lo único que le queda al poderoso ego es intentar ser como Dios: reemplazarlo, emularlo.
¿Cómo hacerlo? Quien lo creyera: la política y la religión son las “maestras” de este proceso. Maestras “cum laude”. Desde la política, la tentación de “jugar” a ser Dios, a mandar, a dirigir, a tomar determinaciones por otros, a creerse superiores, a considerarse únicos, irremplazables, los mejores, queda como el camino expedito. Y desde las religiones la utopía de “enseñarnos” cómo llegar a Dios, de mostrar que a El no se accede sino de acuerdo a determinados pasos o rituales que si no se cumplen no se llega (fuera de la cual no hay salvación), es el otro camino de intentar ser como dioses. Pero…qué pena, el fracaso es cada vez ms estrepitoso. O bueno, no seamos tan categóricos. Diríamos que ya terminó su tiempo y es hora de cambiar de paradigmas. La religión y la política están en cuarentena.
Juanes acaba de dar una lección al mundo y bien vale la pena intentar “leerla” con detenimiento. Los políticos no logran lo que sí consigue el arte. Los políticos se creen dueños de las conciencias de los ciudadanos, “prohíben” las relaciones, determinan los amigos y enemigos de los pueblos y paralizan o impulsan “a su amaño” el desarrollo de las comunidades. ¿Qué tan atrapados quedan las gentes cuando “deben” ser enemigos del pueblo vecino? ¿Cuántos colombianos están casados con venezolanas y viceversa? A la política le ha salido una rival de peso: la música. Ojalá los artistas integrales no se mareen, no jueguen a ser dioses pero es obvio que por allí hay un camino de paz impensable para el mundo de los políticos.
Y están las religiones. Es difícil aceptarlo pero para poder avanzar en un camino espiritual hay que dejar a un lado la religión. Con los miedos, el pecado, la excomunión, no hay forma de encontrarse con el verdadero Dios. No con el que las religiones quieren ofrecer que casi es “construcción” de las creencias religiosas. Para las jerarquías religiosas es muy importante atemorizar (culpa, pecado, excomunión). De esta manera la religión está llamada a “aliviar” al pecador. Pero para llegar a Dios sólo se necesita el camino espiritual: es decir una cotidianidad donde se vivencie el principio universal del amor. No se puede jugar a ser Dios, ni tener la verdad revelada, ni señalar buenos o malos. En el proceso espiritual, todos somos iguales y no existen mejores ni peores, ni sabios o ignorantes. Todavía no somos dioses…

lunes, 14 de septiembre de 2009

Amante e Hijos

Cuando una mujer se separa, dolida por la situación donde presume que su marido la dejó por otra, espera que su ex viva un proceso de castración puesto que le queda “prohibido” salir con la otra y sus hijos. La amante (o la moza) no puede compartir con los hijos de su nuevo amor, no se puede acercar a ellos, no los puede querer (así sea por interés) y menos aún tratarlos bien. Llena de ira, la ex esposa chantajea, determina y da órdenes después de la separación. Y lo que es peor, Bienestar Familiar, avala esta clase de chantaje. En mas de un caso, el Instituto determina que si el hombre quiere ver a sus hijos, no puede salir con “la otra” puesto que traumatiza a sus hijos. La histeria de la exesposa, llena de ira y celosa, logra convencer de que “sus hijos están traumatizados” y exige que el marido no vea a sus propios hijos acompañado de nadie.
Las historias son de nunca acabar. Mujeres enfurecidas que no dudan en chocar el carro contra el de “la otra” o esposas dolidas transmitiendo a sus hijos todo el desgarramiento de su separación y culpando a la amante de su desgracia. Mujeres que le ponen precio y condiciones al derecho de sus hijos de tener papá. Se olvida que los problemas son entre el hombre y la mujer y los hijos no debieran estar involucrados. Pero claro, es mejor hacer gavilla y hablar en plural, del abandono en que su papa “nos dejo” o como esa bruja “nos quitó a papito”. Sorprende cómo Bienestar no escucha a los hombres, cómo no tiene en cuenta sus historias. Muchas de estas esposas dolidas son mujeres fuertes, de por sí castradoras y cuando el hombre intenta respirar, se vienen con todo. Un matrimonio no lo acaba un tercero: si la pareja tiene unas bases sólidas no se termina porque exista alguien que está tentando. Echarle la culpa a lo de afuera es una manera astuta de evadir responsabilidades y no quererse revisar. El otro o la otra, terminan siendo “accidentes”, disparadores de situaciones que ya existen. Y que al exesposo se le pongan condiciones con el chantaje de los hijos es “utilizar” a los hijos como arma de presión.
Una separación no tiene porque traumatizar a un niño o una niña siempre y cuando se sepa manejar. Separar no es destruir. De nada sirve la “falsa felicidad” de una familia asentada sobre el aburrimiento o desamor de sus padres. ¿Dónde queda la energía que se transmite en hogares “falsos”? ¿Bienestar cree que los niños o las niñas no captan lo que sucede? Una cosa es cambiar de pareja cada semana pero una relación mas o menos estable después de la separación no tiene que ser un cataclismo siempre y cuando la exesposa no vivencie explosiones o histerias o prohibiciones. Si la exmujer (avalada por Bienestar) prohíbe a su exesposo rehacer su vida con sus hijos y la otra, es una manera de pasar revancha y respirar por la herida. ¿Acaso ese odio no es mas dañino que trabajar procesos de sanación y restauración personales?
La combinación amante e hijos e hijas es explosiva porque no existe un orden que coloque cada persona en su lugar. La sentencia bíblica “para toda la vida” puede generar el convencimiento de que no hay necesidad de cuidar lo que se tiene: al fin y al cabo es “para toda la vida”. Y entonces, llegada la separación, la mujer espera que “por los hijos” él “se castre” emocional y sexualmente. También sucede con el mundo masculino pero desafortunadamente estas son historias de mujeres celosas que no saben perder.

lunes, 31 de agosto de 2009

¿Tiene un "Chavez" en casa?

Se cree que los enfermos mentales son aquellas personas que están encerradas en los hospitales psiquiátricos para los cuales es imposible la convivencia con otros, o porque se mantienen sucios, son harapientos, “hablan solos”, tienen mirada extraviada, o desbaratan todo lo que hay en su alrededor. La idea de “loco” o enfermo mental es de un desquiciado con el que es imposible convivir. Sin embargo… la enfermedad mental es mucho más común de lo que a primera vista aparece y lo que es más delicado, no impide desempeñarse en comunidad. Muchos enfermos mentales están allí, en cualquier parte, dentro de la sociedad, dirigiendo empresas, viviendo dentro de su familia, conviviendo con sus vecinos, enseñando en Universidades, estudiando o trabajando, compartiendo oficina, en conventos o iglesias, sin que sea fácil percatarse de su problema. Sólo cuando el día a día agota a quienes conviven con él o ella, se empieza a percibir la dimensión de la enfermedad. No hay otra manera de explicar su comportamiento totalmente incoherente.
Se despierta en la mañana hecho un ogro u ogra que apenas balbucea un sí o un no. Todo le fastidia, como si hubiera dormido con alacranes. Su conducta es inexplicable porque ni hubo conflicto, ni hubo disgusto. Reclama por su ropa o reniega del clima o no soporta el café muy caliente. Al medio día vocifera histérico porque la sopa no le gustó. Por la noche es un encanto, amoroso y tierno y no logra recordar al de la mañana. ¿Yo?, ¿cuándo, a qué horas? Te lo imaginaste.
En la reunión del fin de semana hace la apología de la familia y de la necesidad de conservarla por encima de cualquier inconveniente. Pero, no tiene ningún reato de conciencia en tener su “amiguita” porque el que habló el sábado pareciera que no tiene nada que ver con el infiel de hoy. Incoherencia total. Las múltiples facetas de su personalidad lo hacen un ser fragmentado donde el cinismo se confunde con el descaro y la burla. Sólo enmarcando estos comportamientos dentro de la enfermedad mental, se logra una forma racional de asimilar la convivencia con seres de esta dimensión. Para él (o ella) es imposible escuchar o atender un reclamo o una insinuación. Y cuando oye, lo maneja a su amaño. Es facilísimo que enrede o tergiverse lo que se le dijo y cambie las explicaciones. Dentro de su mente “todo es posible” y si ayer era blanco hoy es negro y viceversa. El reino total de la incoherencia. Sin embargo es imposible “cogerlo y confrontarlo” porque es el rey del teflón. No registra, no recuerda, no sabe, no tiene memoria y vive “al día”: de lo que siente y de lo que piensa en ese momento. Ni siquiera tiene vergüenza o culpa porque no reconoce nada de lo que le están reclamando. Los ejemplos de las contradicciones son de nunca acabar. Así le parece totalmente aceptable que su “niño” de 14 años tome trago “para volverse hombre” pero es el colmo que a los muchachos les permitan hacer esas fiestas y rumbas como las del edificio del frente. Es enfermo psicótico para quien el mundo es la proyección de su imaginación. Lo que él piensa o cree es realidad. Cualquier parecido con Hugo Chávez no es coincidencia. Por internet (donde encontró el libro blanco) se habló de su enfermedad mental de acuerdo a la versión psiquiátrica. Lo grave es que los Chávez versión doméstica se multiplican como arroz y contribuyen a “enloquecer” a quienes conviven con ellos sin entender el por qué de su comportamiento. Sólo queda padecerlos o…

lunes, 24 de agosto de 2009

Casa Paterna

Nuestros padres fundan y organizan la casa paterna en el momento en que deciden unir sus vidas y levantar una familia. Son los encargados de empezar a construir la historia familiar. Pero qué paradoja, somos los hijos e hijas, los que debemos clausurar la casa que ellos comenzaron con tanta ilusión. Somos los hijos los que debemos hurgar hasta el último rincón de las estructuras materiales para desocupar lo que ya no tiene vigencia… pero así sean nuestros padres, el acto de clausurar “su casa”, puede semejar casi una violación a su intimidad. Hay ya objetos “extraños” que no reconocemos como testigos de nuestra vida, existen momentos que ya no son los nuestros puesto que el devenir natural de la existencia genera la distancia, ya esa casa no es nuestra y volver luego, años después, a clausurarla, no es fácil. Como tampoco es fácil acercarse a ellos, en la etapa de la vida en que son ancianos, palpar su deterioro y evaluar qué tanto “ya no son ellos” así sus cuerpos permanezcan, qué tanto la demencia hace de las suyas, qué tanto todo lo vivido empieza a hacer mella en su psiquis para no diferenciar la realidad de lo imaginado. ¡No es fácil! Pero allí está nuestra tarea: hay que asumir cerrar esa casa, disponer de los objetos, desprenderse de elementos que para ellos pudieron ser importantes, pero que ya no “caben” en nuestras vidas. El tiempo pasa, las personas cambian, la vida se estructura diferente y es necesario asumir el desgaste de la condición humana.
El tema de la vejez es relativamente moderno porque las personas no llegaban a viejas. Se moría joven y los viejos eran una minoría. El mejoramiento de la calidad de vida, los adelantos médicos y científicos, han permitido que las personas duren más y cada día se acrecienta el número de ancianos. Y así como sucedió con la crianza de los niños cuando las mujeres fueron a trabajar y se necesitaron los jardines infantiles, de igual manera tenemos que aprender a manejar la vejez dentro de la estructura de la vida moderna. Se imponen los hogares geriátricos para el manejo de las personas de edad porque combinar adolescencia o infancia o juventud con ancianos, es algo semejante a escoger como “enloquecer a diario”. Basta un simple detalle: el mundo de los ancianos por lo general es lento y pausado. Las generaciones actuales viven a un ritmo vertiginoso y reunir en un mismo recinto comportamientos tan diversos es una bomba de tiempo.Parodiando “Las Acacias”, ya no vive nadie en ella…Sólo quedan los recuerdos, la historia compartida, fotos y fotos y la sensación de cerrar un ciclo, de terminar una época. Es impresionante cómo una persona anciana acumula objetos “para cuando se necesiten”. Pero se les acabó la vida y los objetos siguen allí, guardados, acumulados, generando una pesadez de ambiente increíble. Cajitas, bolsas vacías, papel de regalo “por si acaso”. Creo que el apego a lo material es la resistencia psicológica a no “quererse ir”, a no aceptar que la muerte nos llega. Pero hay que seguir adelante. Ellos y nosotros debemos continuar. Aprender sí de sus vidas, de la forma como enfrentaron cada minuto, posiblemente para no repetir algunos de sus comportamientos y ser conscientes de que construímos la vejez que queramos. Ellos posiblemente ni siquiera lo pensaron, no tuvieron modelos ni nadie se los dijo… su apego, su dolor y su miedo, pueden convertirse en nuestros maestros para vivenciar una vejez mas sana.

martes, 18 de agosto de 2009

Odiar nos Iguala

Si consideramos que Chávez y Correa son unos monstruos porque no “ven” y no razonan, porque son injustos, porque son viscerales, movidos por el odio que como “patriotas” podemos tenerles, no caemos en cuenta que somos igualiticos a ellos, sus hermanos de sentimiento, cuando los odiamos a ellos. Definitivamente el odio nos iguala… porque el odio no tiene escalas. Simplemente ES en toda su dimensión. Y aun que puede tener un preescolar que es la rabia, cuando se llega a odiar, allí sí el grado es “suma cum lauden”. El odio elimina las diferencias. Es el sentimiento más democrático de cuantos existen. Cuando lo sentimos, cuando nos hierve la sangre, somos iguales a cualquier otro individuo en el planeta en iguales circunstancias. No importa ser católico o ateo. No interesa si usted es uribista o anti. No se tienen en cuenta tampoco posiciones filosóficas: usted puede creer en la dualidad y el otro ser partidario de la unicidad. Nada interesa: el odio iguala, elimina criterios. Para el odio no existen razones políticas porque cuando se odia, igual se comportan un chavista que un uribista. Ni qué decir de contradicciones o incoherencias. Hemos podido abominar de Hitler pero cuando odiamos, cuando consideramos que “alguien” debe desaparecer de la faz de la tierra, nuestro comportamiento es igualitico al de él: el odio nos carcome. Sólo que puede que no tengamos tanto poder para destruir. Pero si quiere conocer la dimensión de su odio, imagine al ser odiado y considere que usted es igualitico cuando odia.
El odio elimina las diferencias sociales: rico o pobre, ilustrado o analfabeta, el odio no necesita escuela ni aprendizaje: sólo se siente, invade, se apodera de todo y busca un objetivo. Además, qué paradoja, produce las mismas reacciones físicas en todos los individuos. Como estudiantes de actuación: las manos se aprietan, se contraen, en señal de impotencia, vocifera, frunce el ceño, se mueve y todo su cuerpo destila odio. Porque este sentimiento no se ubica en un solo lugar físico. En toda la epidermis se siente, se respira, se transpira odio…Cuando odiamos, entonces, nos igualamos. Allí estamos ante el mismo partidor, sintiendo lo mismo. Podría decirse que el odio es más primario, más elemental, menos planeado o razonado. Por eso se habla de “odio visceral” porque está en las vísceras, en las entrañas. El odio enceguece: se te acaban la inteligencia, las buenas maneras, los criterios o elementos de juicio. El odio nos conecta con lo más arcaico de la condición humana. El que odia no sabe perder, no se sabe humano, puede considerarse caníbal (recordar a Julio Navas), y es capaz de cualquier cosa movido por esa emoción. El que odia no tiene miedo al riesgo, desconoce el peligro, porque ni la posibilidad de la muerte lo detiene: sólo odia, esta poseído, como un “poseso” y lo único que puede hacer es sentir y vibrar en ese orden energético. El odio es una fuerza bruta que cambia la capacidad del cuerpo porque un ser “enceguecido” de rabia alcanza muchísima más fuerza y destruye objetos que en “sano juicio” sería incapaz de realizar. Para el odio no existen profesionales con títulos y maestrías ni interesa en qué Universidad te “ilustraron”. El odio está allí y necesita ser reconocido para poderlo manejar. Que significa aceptarlo como sentimiento propio, porque ni somos dios, ni tenemos la razón. Sólo somos seres humanos haciendo una travesía hacia la divinidad.

¿Quién Sigue?

Las muertes de Clarita Zadawsky y de José Pardo Llada en menos de tres meses, hablan irremediablemente de un relevo generacional que se da por el proceso natural del fin de la vida. Sin contar con la de D’Artagnan, mas distante del ámbito parroquial. ¿Cuál es el orden para morirse? Imposible predecirlo… Se da porque corresponde. Y aun cuando en términos espirituales, venimos a la vida con el día de la muerte “ya decidido”, en el mundo material no hay conciencia de ello. Por eso la muerte nos toma “de sorpresa”. Para muchos sucede “antes de tiempo” cuando en los procesos de la vida y la muerte, los acontecimientos nunca se dan en un momento inesperado. Es cuando corresponde. De allí la paradoja con la vida de los 3 personajes del programa “Debates”. Se fueron primero los que aparentemente tenían mas salud. Alvaro Bejarano los sobrevivió y hoy afronta el dolor de enterrar a sus compañeros.
¿Quién sigue? Aquel o aquella a los que corresponde. Jóvenes, viejos, a mitad del camino. Lo que sorprende, sí, es la manera como se reacciona ante la muerte de un periodista. Los panegíricos, las alabanzas, el comentario sobre su “obra” o trabajo lo eximen de toda dificultad que hayan podido vivir en su transcurrir humano. El refranero popular dice que “no hay novia fea ni muerto malo”. La idea no es “descuerar” al que se fue porque ya no está pero si es importante lograr –hasta donde humanamente sea posible- ubicar su trayectoria dentro de una realidad, interpretando la forma como el o la periodista asumió su rol de orientador de la opinión pública. Que es en definitiva el legado que pudo dejar. Los periodistas o comunicadores terminan siendo personajes públicos. Con fanáticos y detractores. Pero ¿cuál fue la realidad de su aporte?
Pardo Llada “marcó” a Cali definitivamente. Le dio identidad a la ciudad. ¿Bueno o mala? He allí el quid del asunto. Hace algunos años en algún foro sobre cómo se construyó la Cali de hoy, personalmente me referí a Pardo y su “legado”. Con el tema de las mujeres (aceptando que fue un gran admirador de ellas), marcó la ruta de los cuerpos femeninos “hechos en quirófano”. Sus famosos “aviones” no son otra cosa que el preescolar de la construcción del mito de la mujer caleña siliconada, hecha para mostrarse, capaz de conquistar al mundo a través de su “sexappel” (¿le suenan los términos?). Empezamos una era de frivolidad donde “los jueves de Mirador” hicieron historia y claro, nos dieron identidad. De ciudad light, superficial, de apariencias. Fue su manera de “posicionarse”, de ser reconocido pero qué tanto en este tema su aporte fue constructivo para la ciudad. Como también tuvo su sello muy particular las espantosas peleas con su colega Jaime Arango, de periódico a periódico, donde términos como “rata chillona” y otros epítetos mas, marcaron el periodismo de ciudad. Nos “reconocían” a nivel nacional como un pueblo grande donde los lectores “disfrutaban” con esas sandeces porque Cali no podía “producir” algo mas constructivo. Fueron marca Pardo Llada. Como también –inolvidable- sus rifas de Diciembre invitando a un ganador a vivir una semana en el Intercontinental, sin importar que una vez terminados los 7 días, ese personaje pasara de la alfombra al barro, sin mediar consecuencias psicológicas donde el descontento, el resentimiento o la amargura, hicieran de las suyas. Fue un hombre fuera de serie y no se puede negar su enorme influencia, su marca particular. ¿Buena o mala? Analícelo usted…

lunes, 3 de agosto de 2009

Como Animales

He tenido una gran admiración por los planteamientos de Gerardo Schmedling, organizados bajo el nombre de “Magia del amor”. Alfredo Besosa, uno de sus mejores discípulos, viene desde hace mas de 3 años entregando cada mes la información que sustenta esta teoría, advirtiendo que está “prohibido” creerla hasta que cada participante no la compruebe dentro de su propia experiencia. “Magia” asume planteamientos bien estructurados pero, claro, no puede ser perfecta puesto que humanamente todas las teorías están sujetos a revisión por el devenir de los tiempos donde el cambio es obvio y tampoco es una teoría “concluída” puesto que cada día aparecen nuevos descubrimientos e informaciones que enriquecen lo que ya se conoce.
En la última reunión se planteó, que el instinto es parte estructurante de nuestra personalidad (obvio) puesto que somos seres psicosociobiológicos. Pero lo que no comparto y me parece peligroso es el concepto de que, en el tema de la sexualidad, “copulamos como animales” puesto que el instinto nos motiva a esa conducta. También para “Magia”, un hombre o una mujer que hagan pareja “siempre deben estar dispuestos” a tener relaciones sexuales para “evitar” que su pareja se consiga otra persona. No importa si lo desee o no. ¡Debe estar dispuesta! Y tercera “perla” que me es imposible compartir es que antes de ser “infiel físicamente” (cuando se siente atraído por otra persona) usted debe tener relaciones con su pareja, “usando” su cuerpo, pero mentalmente haciéndole el amor a quien desee o con quién su corazón esté conectado. Para no ser infiel “físico” están permitidas todas las infidelidades mentales. Lo importante es “hacer una actuación” para que su matrimonio continúe y el otro o la otra “jure” que usted está a su lado, así su mente y su corazón, estén a miles de años de distancia. Todo en aras de “no herir al otro u otra”.Tres ideas que conforman parte de la teoría de “Magia” imposibles de asimilar. Si aceptamos que copulamos como animales, es la necesidad la que maneja nuestra vida y en aras de ese planteamiento un hombre puede “necesitar” (no desear) acostarse con alguien y ante su imperiosa necesidad instintiva se puede encontrar a cualquier mujer en su camino: hijas, familiares, hermanas, vecinas, etc. Copular como animales nos reduce al nivel de caníbales donde el instinto y la necesidad “mandan” la parada. Si en algo NO nos parecemos a los animales es en la sexualidad puesto que el deseo (no la necesidad) está sustentado por el lenguaje y la historia. Peligrosa la idea de “copular como animales”. ¿Cuántas violaciones y abusos se gestan en la necesidad de copular instintivamente? Allí mismo, en el planteamiento sexual, la manera mas rápida de matar un deseo es estar “siempre dispuestos”. Muchísimos hombres “matan” el deseo femenino al estar siempre dispuestos, anulándole a ella la posibilidad de desear. La queja femenina mas común se sintetiza en “para que tan siquiera lo intento si él siempre quiere”. Habría que preguntarse qué tanta necesidad compulsiva tiene el hombre patriarcal de no permitir a su compañera desearlo, adelantándosele siempre. Y ni qué decir de “actuar” para salvar un matrimonio. El tema de la infidelidad merece una revisión pero no para fingir sino para enfrentar. Detrás, uno de los temas mas complejos del mundo moderno: la vigencia del matrimonio. Lo que queremos es acaso un “cuerpo de carne” o lo que se desea es un ser integrado. Está abierta la discusión.

lunes, 27 de julio de 2009

Allí están pintados

Tiene todas las características de un triángulo pasional común y corriente. De los que pasan a diario y frente al cual no existe vacuna de ninguna clase. Esposo, esposa, amante. Aún es difícil para las viejas creencias aceptar que el ser humano es infiel por naturaleza. Pero no porque sea malo o pervertido sino porque humanamente ningún otro u otra nos puede llenar totalmente. Y ese pedacito de espacio “que sobra” o está vacío, siempre está abierto a recibir a otro u otra. Claro, en la vieja concepción del amor. Porque en una nueva mirada, nadie me debería llenar ni un poquito ni mucho. Cada quién debería intentar bastarse a si mismo para entonces sí, pedirle a otro u otra que “me acompañe” por la vida, nunca que me llene o me complemente.
Pero a lo que vamos. Robinson, Adriana y Sara conforman el típico ejemplo de lo que sucede tantas veces. Allí están las mujeres enfrentándose, dando la cara, intentando hablarse entre ellas, dolidas, desgarradas, sintiéndose burladas, a veces con pena o rabia (o ambas) por la otra, mientras que el hombre o se esconde, o evade, o se contradice, o juega a dos manos, o no tiene los pantalones para definirse y aceptar que sí, que estuvo con las dos, que le gustan las dos, que está atraído por las dos. Que con una tiene estabilidad, hogar y familia y con la otra aventura, novedad y riesgo. Pero no, el señor Robinson, muy fiel a su género, juega a la contradicción, a la dualidad. Por la mañana le dice algo a una y por la tarde se lo dice a la otra. Al otro día cambia de opinión y juega a hacerse “víctima”. ¡Pobrecito! Son las despiadadas mujeres las que lo llevan a esta situación tan difícil. Por culpa de “la mala”, que lo “tentó”, él cayó y está en la situación actual. Los hombres, por lo general, nunca saben (?) cómo sucedió, a qué horas se dió. Pareciera como si la gran mayoría de ellos se volviera algo así como retrasados mentales, idiotas, bobos, atontados, h…, que no saben qué es lo que pasa, como pasa y cuánto pasa. Todo les toma de sorpresa. Porque si no son las mujeres las que destapan y enfrentan el lío, ellos podrían durar “toda la vida” en la triangularidad. Es decir muchos viven la situación sin ninguna clase de definición porque no les interesa asumir consecuencias y enfrentar la decisión. Gozan la aventura, el riesgo. Su ego se alimenta del espectáculo: dos mujeres “peliando por él”, disputándoselo (debe ser el verraco de guacas) la adrenalina que genera la prohibido y la calma que produce “hogar dulce hogar”, todo reunido sin que pase nada. Claro, él no suelta nada porque él goza ambas situaciones. ¿Qué pasa con ellas? Qué pena, en medio del disfrute no ha tenido tiempo para analizar que a esas dos “que tanto quiere” las está lastimando. Las hormonas le impiden que sus células intelectuales “gasten” tiempo en pensar en ellas. Lo único que interesa es que él se goza la situación, la disfruta y cada día se encarreta mas. Allá ellas con su dolor. El, que dice quererlas tanto (¿a propósito Robinson y otros tantos especímenes de su especie aceptarían que amar a alguien es desear lo mejor para ese ser, asi nos duela en el alma lo que sentimos?), el que las quiere tanto no logra salir de su ego y con gozar y gozar tiene su recompensa. Pero ojo: ellos en ese trance, nunca deciden. Si no es una mujer, una de las dos, la que define de pronto llega mas rápido el día del juicio final. Excelente ejemplo público para analizar y aprender…

martes, 21 de julio de 2009

Call Center

A nombre de la eficiencia (¿de la apariencia?) las empresas que prestan alguna clase de servicio han institucionalizado el servicio de “call center” u de operadores contratados que se encargan de responder (?) las inquietudes de los usuarios. Servicio al cliente podría ser el título mas platanizado. Pero resulta que en la gran mayoría de los casos los call center han terminado siendo la “mamadera de gallo” mejor organizada del mundo. Los operarios u operarias cometen tal cantidad de disparates, de desinformación, de mentiras y hasta de errores garrafales, que bien valdría la pena que las empresas que los tienen le pusieran mas cuidado al asunto. A veces son empleados de las organizaciones, otras no. Pero el daño que le causan a la imagen de la empresa es contundente. “Ineficiencia ventiada”. Las respuestas son de todos los colores y olores. Alguna vez en un banco, como respuesta a una misma pregunta, cinco operadores de la institución contestaron cinco explicaciones diferentes. En otra ocasión la respuesta (cumbre) fue que cobraban dos veces la misma cuenta en el mes de Enero porque “Febrero tiene 28 días”. En otras respuestas la idea es envolatar, entretener, distraer, salir del paso. Pero eso sí, las instrucciones son ser “postizamente” amables, seductores “cómo se siente usted hoy”, “gracias por su amable espera”, “¿está satisfecho con la respuesta?” (y la respuesta resultó ser una equivocación que sólo se pudo probar cuando se puso en práctica), pero de resultados, pocas veces se cumplen.
Aun los llamados “defensores del cliente” por más que su nombre esté asociado al cliente, como son contratados por la entidad están al servicio de la empresa, no del usuario. Estamos esperando aún que en el “eficiente” Banco Colpatria el defensor (¿de quién?) responda a una queja hace 20 días. Pero no es el único Banco que muestra el cobre. Llámense celulares, empresas de servicios públicos, corporaciones, la ineptitud es absoluta. Lo que desconcierta es que se ofrecen como ayuda y terminan siendo un engaño porque no informan y mucho menos resuelven. Envolatan que es una cosa diferente. Algunas respuestas son de tal estupidez que el cliente llega a sentirse como un idiota, al que lo intentan engañar con “espejitos” como hicieron con los indígenas en la conquista. A usted como a todos le debe haber sucedido que llama, responden, luego pasan a otra extensión, luego a otra, después al supervisor, luego a otra (van seis) y nada que solucionan. Las personas que contratan no tienen la información requerida y la pérdida de tiempo es inmedible.Los ejemplos son de nunca acabar. Cuando te llaman a ofrecer servicios y el vendedor telefónico, al que le pagan por “pescar” usuarios, puede mentir descaradamente por el sólo hecho de ganarse al cliente, causando toda la desinformación posible aun desprestigiando al Banco porque puede asegurar que la anterior información (de otro vendedor) fue equivocada. Se podría escribir un manual de errores donde las entidades se sorprenderían de las respuestas de sus operadores de call center. Lo más significativo de toda esta cadena de errores es la desinformación, cómo en la gran mayoría de los casos, se pierde el tiempo de la llamada y termina siendo mas práctico, acercarse a la institución aun cuando también la demora puede ser infinita. Las instituciones se llenan de clientes, no miden la dimensión del servicio y la inoperancia empieza a hacer de las suyas. Efectos de la modernidad y de las agallas que no compaginan con el respeto por el usuario.

lunes, 13 de julio de 2009

Síndrome de aniversario

El mundo se mueve. Nada permanece quieto. En Psicología, como en cualquier otra rama de la ciencia constantemente se producen aportes que no van en contravía de lo anterior, sino que suman para construir una mirada integral sobre el ser humano. Los avances no van “contra” ninguna teoría. Agregan, aportan, que es la forma sana y armónica de aceptar la evolución. Ni un solo ser, ni una sola escuela, ni un solo concepto podrían abarcar toda la complejidad humana. Entonces, bienvenidas las investigaciones que van sumando para cada vez estar mas cerca de la armonía y salud integrales.
La psicogenealogía empieza a coger una gran fuerza. Desde 1980 Alemania se abre un poco a la temática y hoy existen varios enfoques que trabajan el mismo tema. El árbol genealógico no sólo es importante sino necesario. Como dice Chantal Rialland es un trabajo que no se debe hacer solo por sanar problemas sino casi que “es una llave para explicar nuestra personalidad y nuestros comportamientos. La psicogenealogía se ha convertido en el conocimiento de uno mismo”. Somos herederos de nuestras familias, para bien o para mal. Y los conflictos no resueltos por alguno de nuestros antepasados están vigentes en nuestra propia vida. Los conflictos no resueltos paralizan la vida presente. O se vuelven enfermedad. O se convierten en muertes o en tragedias. De allí que las llamadas coincidencias familiares -2 o 3 generaciones de mujeres que quedan viudas- como también rabias u odios hacia el mismo sexo (o al contrario) por parte de abuelos o abuelas (y si qué existieron en su época de desigualdades y atropellos), quiebras económicas en antepasados, secretos familiares no dichos, adopciones no manifestadas, madres que conocen al “verdadero” padre de su hijo, etc, etc, se expresan en el momento actual. Claro que el pasado no se puede modificar pero sí se puede hacer conciencia sobre él para poderlo manejar. La conciencia sumada a un ritual o una técnica apropiada, logran “poner en orden” la estructura familiar. Hellinger con Constelaciones Familiares, Luis Martínez con Terapia Regresiva Reconstructiva, pueden ser alguno de los caminos. El psicoanálisis se introduce en el pasado pero agota su investigación en los padres. A no ser que ahora sí, Carl Jung tenga toda la credibilidad del mundo con su teoría del “inconsciente colectivo”. Siempre hay alguien que se adelanta y jalona el cambio…“Con los años comprendí que el nombre y el apellido encierran programas mentales que son como semillas, de ellos pueden surgir árboles frutales o platas venenosas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehículos de dramas. Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Esto nos condena a ser el otro nunca nosotros mismos. Si la hija recibe el nombre de una antigua amada del padre se ve condenada a ser su novia toda la vida. Un tío o una tía suicidados convierte su nombre, durante varias generaciones, en vehículo para las depresiones”, son algunos de los ejemplos de Alejandro Jodorowsky, otro de los grandes investigadores del tema. De alguna manera “cuando los antepasados duelen” o cuando en una familia se produce el síndrome de aniversario (fechas repetitivas, acontecimientos semejantes de generación en generación) es hora de empezar a revisar el árbol genealógico y junto con una buena terapia, abordar aquello no resuelto. Es el tema de la psicogenealogía. Se sorprenderá de los resultados.

martes, 30 de junio de 2009

¿Gente buena, gente mala?

Hace algún tiempo leí un comentario despectivo sobre los libros de auyoayuda y al referirse a uno de los temas más difundidos, el del perdón, el autor concluía lo absurdo del planteamiento del perdón puesto que “la gente buena es siempre buena y la gente mala es mala hasta el final”. En nuestro país, los guerrilleros, los maltratadores de niños, niñas o mujeres, aun Johanna Macías, la maestra de Bucaramanga, son considerados malos, personas que merecen “hasta la muerte”. Se insiste en hablar de buenos y de malos concluyendo que a los malos se los debe condenar, hostigar y hasta matar y que los buenos tienen derecho a determinar cómo hacerlo.
¿Existe la gente buena y existe la gente mala? Sí, es fácil juzgar acciones humanas que conforme a leyes se califican de correctas e incorrectas. Acciones que en términos humanos “hacen daño”. Pero existe diferencia entre el hecho delictivo y la condición humana del que lo ejecuta. ¿Desde cuál lugar del saber, de la prepotencia, del enjuiciamiento (o de la ignorancia) puede un ser humano calificar la esencia de otro u otros como “mala” o como “buena”? Con el argumento de que la gente “mala” hace daño, de que no merece perdón y “como será mala hasta el final” no consigue sino repudio y desprecio, no existe esperanza en torno a la llamada ¡gente mala! Por el contrario, a la gente buena hay que favorecerla porque es buena: debe tener todos los privilegios, todos los beneficios. ¿Cómo se conforma el tribunal que califica la esencia humana como buena o como mala? ¿Será acaso la ciencia la que se abroga ese poder? ¿Alguna religión, la justicia, la moral?
Y quién lo creyera, a nombre de la bondad y la maldad nos hemos agredido y lo seguimos haciendo. ¿Somos buenos o somos malos. ¿A qué equipo pertenecemos? Cómo si no aceptáramos que a este mundo vinimos a aprender y para ello necesitamos maestros que nos ayuden en nuestro proceso. Maestro es el que enseña, el que talla, el que “nos hace daño” así no logremos asimilarlo desde una mente racional sin atisbo de trascendencia. El llamado maestro “que enseña porque lastima” o es enfermo mental en términos materiales o su nivel de conciencia es poco evolucionado. No es fácil aceptar que la enfermedad mental existe y es “hija” precisamente de una cultura traumática que no tiene claridad sobre el ser y sobre el significado de la conciencia en un proceso de evolución. Cómo lograr entender que existe una historia individual que tiene que ser escuchada, no para justificar el hecho, sino para contribuir a la recuperación de la esencia humana? Si acepto que existen “malos” ¿el “bueno” tiene privilegios de hacer con ellos lo que se le antoje? ¿Los malos merecen tolerancia? ¿Cómo puede trabajarse en recuperación con el presupuesto de gente mala? A propósito qué se le hace a la “gente mala”: ¿“choques eléctricos”, se lo dopa, se lo idiotiza, se lo atonta, se lo encierra, se lo culpa, se lo censura, se lo condena? ¿Qué se le dice al entorno familiar de una persona “mala”? En el otro lado del concepto ¿qué merece la gente buena? ¿Soy incondicional con ellos? ¿Existen buenos que nunca cometen errores o que nunca se enfrentan a los llamados “actos malos”? ¿Dónde quedan los otros humanos, aquellos que son un poco buenos y un poco malos, los que cometemos errores, los que no creemos en las polaridades porque estas no existen? Y usted lector o lectora, ¿es bueno o es malo? ¿A qué grupo pertenece? ¿Cómo se matriculó en él?

martes, 26 de mayo de 2009

ICBF y los hombres

Trabajar con hombres y mujeres enfrentados a situaciones de conflicto, separaciones, educación de hijos e hijas permite conocer a las instituciones que ayudan y aportan en el manejo de estas crisis. Claro, estamos dentro de una cultura y no se pueden desconocer paradigmas que se repiten y transmiten como si fueran dogmas de fé. No decía, acaso, Einstein que era mas fácil perforar un átomo que modificar un paradigma… Dentro de la cultura se considera que las mujeres son mejores madres que los hombres, padres. Las historias de abandono e irresponsabilidad de los hombres se multiplican y dan pié para que esta creencia permanezca. Se ha repetido hasta la saciedad que un niño o una niña necesitan –antes que nada- una mamá y por lo tanto lo prioritario es que se respete el papel y el rol de la madre en su formación.
En cantidad de situaciones este criterio es válido. La mujer madre es más responsable que muchos hombres en la educación de sus hijos. Aún más, en varios casos los hombres se interesan por sus hijos e hijas siempre y cuando tengan posibilidad de acceder a la mujer-madre. Una vez cerrado el capítulo con la compañera, los hijos empiezan a desdibujarse hasta que llega un momento en que desaparecen. Otro hogar u otra relación logran que muchos hombres se olviden de sus anteriores retoños. ¿Será la esencia masculina o serán factores de educación donde ellos no tienen que preocuparse por nada más que sus propios intereses? Bueno, pueden darse varias respuestas. Sin embargo, aceptando de entrada estas situaciones, no significa que no existan casos donde el hombre es mejor padre que su ex-compañera mamá y sus argumentos deberían ser escuchados con una mirada menos parcializada por parte de las organizaciones encargadas de determinar custodias, visitas, patria potestad, etc, etc.“Hace carrera” la idea de que ante Bienestar los hombres padres “la tienen perdida”. Como si para el Instituto los hombres, per se, fueran malos, violadores, irresponsables y maltratadores. Conozco historias donde “por obedecer” al paradigma (hombre-padre malo), no se escucha la historia real de niños o niñas en la que la actitud de la madre es de total indiferencia o abandono hacia sus hijos. Y un papá bueno, responsable, con ganas de meter el hombro en el cuidado y educación de ellos no se acepta porque la mujer llora, patalea o quiere el dinero que le entregan por los hijos y consigue la solidaridad de algunas psicólogas o trabajadoras del Instituto y es entonces, imposible acceder a una realidad menos parcializada. La alianza es algo parecido a una “solidaridad de género”, donde se presupone –otra vez el paradigma- que “todos los hombres son iguales” y por lo tanto “todas” las mujeres madres son más responsables que “cualquier” papá. Se presupone con base en una creencia que no siempre resulta válida. Parece como si el juicio ya estuviera definido. Es importante “abrir” la mente porque todos los padres son malos y no todas las mamás son buenas. Lentamente nuestra sociedad cambia y el hombre quiere ser mejor padre mientras que algunas mujeres “se cansan” de la imposición de su maternidad. Hay historias que merecen una revisión más actualizada y la urgencia del cambio de creencias es eminente. ¿Cómo lograr un análisis real de las historias donde el dinero, el poder, el género y los paradigmas no obstaculicen el bienestar de niños y niñas? He allí el problema…

lunes, 18 de mayo de 2009

Exceso de Familia

El problema con nuestra cultura –o con nuestras creencias- es que se especializa en idealizar personas, instituciones, momentos o circunstancias. Creemos que existe algo perfecto dentro de la condición humana y por lo tanto no somos capaces de abordarlo con una mirada crítica que permita su evolución. Sólo, es perfecto y punto.
Ha sucedido con la figura de la madre. ¡Ay quién ose cuestionarla! Para esta cultura la madre es perfecta y todavía no hemos logrado dimensionar el daño que esta figura “perfecta” ha generado en la salud mental de cientos de personas. La madre “sólo” es un ser humano que intenta ser ella y transmitir algo de sí misma a sus hijos e hijas. La maternidad no gradúa. Sin embargo cuántas veces hemos construido panegíricos sobre la perfección maternal sin intentar siquiera abordar el cuestionamiento de la mentira transmitida de generación y generación sobre el instinto maternal. Porque así no se atreva ni a imaginarlo, el instinto maternal no existe. Si todavía usted es de los que cree este paradigma, déjeme decirle que bordea la ignorancia…
Otra de las instituciones “intocables” es la familia. Hay que recuperar la familia, los valores de la familia, el despelote del mundo de hoy se debe a la crisis de la familia, la familia se destruye porque la mujer salió a trabajar. Papá y mamá no tienen tiempo para sus hijos. Los matrimonios no duran y entonces no hay familia. Una separación es la destrucción de la familia (¿verdaderamente lo cree?). Cientos de clichés sin ni siquiera atreverse a revisarlos. Pero parece como si las tiras cómicas, mucho más irreverentes, nos estuvieran mostrando “otra” forma de mirar la familia sin que la caricatura se convierta en la representación exacta de ella. Ni el extremo de la perfección ni el de la perdición. Pero están “abriendo la puerta”, mostrando que en familia se cocinan cualquier cantidad de problemas, abusos, desequilibrios, angustias, ansiedades, injusticias, trampas y locuras que pueden dar al traste con cualquier educación.
La familia es hoy por hoy, una institución en crisis. Hace daño y hace bien. Por lo tanto no es perfecta ni imprescindible. En el proceso de la evolución de la conciencia el ser humano tiene que desapegarse (incluída su familia) para poder alcanzar niveles mayores de espiritualidad. Esto no significa que no quiera a los suyos. Pero una cosa es querer y otra bien diferente, las dependencias enfermizas donde no se pueden tomar decisiones personales sin el “consejo familiar”. Qué rico que la familia sea unida pero también esta unión puede llegar a ser muy peligrosa. En aras de idealizar a la familia, existen personas que no desean desapegarse nunca y entonces su problema psicológico se podría catalogar como “síndrome de exceso de familia”. O de “exceso de mamá”. De 30 0 40 años y todavía le tienen miedo a sus padres. “No quiero defraudarlos, yo no puedo tomar una decisión que los mortifique”. Como si un hijo o hija adultos no pudieran asumir sus propias vidas y la consulta a los padres o a los hermanos se convierte en un manoseo donde todos participan para terminar bloqueando a quien tiene que decidir. Son familias “masas” donde pareciera que está prohibida la individualidad o la autonomía. Y claro esta familia controladora es una familia que lastima la autoestima y genera personas lisiadas emocionalmente. La familia no es perfecta, la familia puede hacer daño. ¿Se atreve a revisar la suya?

martes, 12 de mayo de 2009

El "amo" de casa

La separación de Paula Andrea Betancourt y su esposo se ha ventilado en periódicos y revistas y sobre el tema han opinado algunos columnistas. Es, entonces, un tema público. Me ha llamado la atención un enfoque donde se explica que el exmarido de la reina hizo el papel de “amo de casa” y por lo tanto esto no puede ser justificación para que Paula Andrea argumente que “estaba agotada, que se sentía sola, sin apoyo, desempeñando todos los roles del hogar: madre y sostén de su casa”. Muchos hombres aceptan que sus esposas se convierten en amas de casa y no se quejan por este comportamiento de su pareja. Entonces, si se quiere hablar de igualdad, si las mujeres están trabajando por la equidad no pueden ser sólo derechos y no deberes. ¿Por qué quejarse de que un marido se vuelva “amo” de casa? ¿Por qué perderle admiración a un hombre porque se quede en casa mientras su mujer lo sostiene? ¿Acaso no sucede esto con la mujer cuando es mantenida por el marido?
Hay que hilar despacio. Cuando en una relación tradicional hombre y mujer aceptan que la esposa se quede en casa, se parte de la base de un acuerdo. La esposa en casa asume su compromiso y renuncia a determinados elementos para conseguir otros. O no está preparada (y el esposo lo sabe) o cuida los hijos (y el esposo lo acepta) o renuncia a su profesión para educar sus hijos (y el esposo lo agradece con creces). Pero cuando la mujer trabaja (y le va bien económicamente) y el hombre “decide” quedarse en casa por lo general no lo hace por mutuo acuerdo sino porque se vuelve cómodo, porque ya no encuentra un puesto “acorde” con su preparación, porque se convierte en “atenido” que quiere que lo mantengan. Es cuando empieza a “chupar rueda” de los éxitos de su mujer y es allí donde se rompe la magia. Lo que debió suceder en el matrimonio Villegas- Betancurt. Difícilmente en nuestra cultura una pareja parte de la decisión de que la esposa le diga a su marido: “quédate en casa yo te mantengo”. El empuje de un hombre ante la vida (su trabajo, su profesión, sus ganas de salir adelante) son elementos que hacen que una mujer lo admire y contribuyen a su decisión de ser su compañera. Pero si este hombre se decide por una actitud pasiva, cómoda, atenida, –ipso facto- la mujer deja de maravillarse de quien escogió como compañero de su vida. Este hombre sin trabajo externo, convertido en “amo de casa” no es para admirar sino por el contrario para reprochar. ¿Qué se hizo el hombre con el cual me casé? ¿Dónde está el luchador, el empujador? Este hombre con esta actitud pasiva es lo que se llama en el argot popular “un vividor” que duerme en casa mientras su mujer camella por salir adelante. Y que a ella le vaya bien no es argumento para que él se quede quieto. La pérdida de su capacidad de luchador por la vida tiene el efecto de “vidrio molido” en la admiración que su compañera le puede profesar. Y no podemos olvidar que la admiración es la llave con la que se abren las puertas al amor.Un hombre o una mujer pueden ser amo u ama de casa siempre y cuando sea de mutuo acuerdo o convenido por circunstancias extremas. Pero no puede ser una decisión nacida de la comodidad o de la suficiencia de “no encuentro puesto acorde con mis capacidades”, apoyado en la realidad de que ya existe quien aporta el dinero a casa. He allí la diferencia entre compartir y “acomodarse” o entre admirar y hartarse

lunes, 16 de febrero de 2009

Los profesionales “verduleros”

Parecían dos hombres peliando por un pedazo de papaya. Que si usted hizo, que si yo merezco, que si usted es mejor que yo, que no me importa lo que usted piense, que por menos a mi me investigaron, que manipularon a la señora del Medio Ambiente, que lo hago por encima de todos, que nadie me detiene, que a la fuerza hago imponer mi determinación, que usted no me quita el puesto…en fin, como para alquilar balcón. Alejandro De Lima, Director del Dagma y José Garzón, de la CVC en vivo y en directo se dijeron, se ofendieron, se aclararon, se retaron, se engarzaron y todo por un cargo público. Bueno, cada quién está en su derecho de peliar, discutir, despelucarse, ofender, agredir como quiera. Cada quién siempre y cuando sea “particular” y defiende sus intereses personales.
Pero que dos representantes de la clase política vallecaucana brinden “ese” espectáculo, es verdaderamente denigrante. El problema no está en las diferencias de opiniones, ni en que cada uno tenga sus propios criterios. Lo vergonzoso radica en que están en un cargo público y representan intereses comunitarios a los que no pueden renunciar en aras de alimentar su ego o su deseo de venganza. Por un cargo público no se puede llegar a esos extremos. Con el agravante de que no son ciudadanos anónimos: son representantes del Valle del Cauca. Dejaron de ser individuos del montón para ponerse una camiseta de región a la que le deben –mínimo- respeto y dignidad. Es lo menos que se espera. Pero el afán politiquero, las ansias de poder los llevaron a dar un espectáculo “de quinta”. Ese día, escuchándolos, sentí “pena ajena”. Sentí esa sensación que me viene rondando hace tiempos: aquí en el Valle se nos perdió el norte en cuanto liderazgo, aquí en el Valle nuestros prohombres resultaron mezquinos, “poquitos”, no dan la talla. Aquí en el Valle la escasez de líderes es pasmosa. Para muestra un botón.
Y viene mi consabida pregunta, la más elemental y simple de cuantas puedo hacerme: ¿para qué diablos es que sirve la educación? ¿para qué deseamos que nuestros niños y niñas se eduquen y vayan al colegio y a las universidades? ¿La intelectualidad si hace acaso seres integrados? Tal cual está el curriculum de la educación, si vale la pena lo que plantea para mejorar la condición humana? Estos dos prohombres son “de lo mejor formados”. Pasaron por colegio, universidad y magísteres. Tuvieron las mejores academias, los mejores profesores. ¿De qué sirve esta educación cuando la ambición, el poder, la soberbia se apodera de su interior y allí si de nada valen los años gastados (o perdidos) en el aprendizaje puesto que no logran controlar su ego y su ambición?Educación sin conciencia no lleva a nada. Educación de datos y conocimientos intelectuales convierte al ser humano en un robot “bien informado”. Pero ni tolerancia, ni convivencia, ni respeto, ni dignidad, afloran por ningún lado. Entonces ni para representar una región están bien adiestrados. Lo que prueba una verdad muy dolorosa: nuestros dirigentes a lo mas, para lo único que están preparados es para representarse a si mismos. Y allí sí parece que no perdieron el tiempo…

miércoles, 11 de febrero de 2009

La "otra" crisis

Sí, el desempleo, las pirámides, la crisis económica, la situación de los inmuebles en Estados Unidos, la debacle de la industria automotriz, la revaluación, el precio del dólar, el del petróleo, todo apunta a hablar de la crisis que se vive en el mundo “exterior”, en el mundo material donde aquellos íconos que nos daban cierta seguridad tambalean en forma estrepitosa. Imposible desconocer el alcance de la situación. Pánico, miedo, angustia, desazón, inseguridad, son algunos de los sentimientos mas repetitivos que se viven hoy en día. En cualquier parte del mundo. Sin embargo, esta no es la única crisis. Ni siquiera la principal. Porque, a veces en forma silenciosa, “sin querer queriendo” como diría el Chapulín, estamos viviendo otra crisis de proporciones muchísimo mayores pero también de efectos muy diferentes a los del mundo material. Estamos hablando de la crisis de todas aquellas instituciones u organizaciones que se creyeron infalibles, “perfectas”, por encima del bien y del mal, que podían sustentar y sostener cualquier situación humana. Eran intocables…
El matrimonio, la religión católica, la familia, el Estado, la pareja, la educación, Alvaro Uribe, la sexualidad, cada una tambalea, “mete la pata” y ya no tiene la misma facilidad para embolatar o contar el cuento a su manera. Varias veces en esta columna, hemos hablado de la crisis de varios de estos íconos que han alimentado los “valores” de la cultura. Su desplome es evidente, estrepitoso. Crisis de credibilidad. Sin embargo las dos “equivocaciones” por decir lo menos de dos organizaciones “perfectas” en esta semana, plantean de nuevo la certeza de que todo tambalea. (Afortunadamente, diría yo). Y no porque se “goce” en verlas patinar, sino porque plantea un nuevo abordaje de valores para la condición humana, indispensables en un mundo que ya no traga entero.
Las “mentiras” o excusas del “perfecto” gobierno de Alvaro Uribe son lamentables. Claro tiene enemil hechos positivos por mostrar. Por lo mismo es inaudito que apele a “envolatarnos” como si fuéramos idiotas o niños de pecho. Los aviones volando encima del lugar de encuentro fueron una clara provocación donde pareciera (es mi interpretación) que el gobierno quiere siempre protagonismo, operaciones Jaque al por mayor. Nadie puede “ganarle” en show. Pero venimos de error en error en el tema de liberaciones: emblema de la cruz roja, falsos positivos, y ahora los aviones a veinte mil pies. También tambalea, claro porque es humano. El error es creerlo salvador, único e insustituible. El error es creer que el éxito de la operación Jaque da licencia para cualquier atropello.
Y la otra metida de pata está por el lado de la Iglesia Católica. Reivindicar a arzobispos ultraconservadores que ni siquiera aceptan la realidad del Holocausto judío y permitirles, a nombre de la Iglesia, que ofendan a todo un pueblo, es deplorable. Pero lo grave no es que se equivoquen, al fin y al cabo, son humanos. Su falla es querer envolatar con excusas que en épocas pasadas se aceptaban por ser “los representantes de Dios en la tierra”, pero que hoy por hoy cuando no se traga entero, los dejan muy mal parados. Otra institución que tambalea… en definitiva, nada es perfecto. Afortunadamente. Entonces ¿de qué me agarro? Todo aquello en lo cual hemos creído como “valor humano” está en crisis. Es hora de despertar y enfocar la mirada a donde siempre debimos mirar. ¿Sabe para dónde?

lunes, 2 de febrero de 2009

Múltiples Personalidades

Como en ninguna otra época, el “florecimiento” de seres fragmentados, de personas con varias personalidades va en “crecendo”. Hombres y mujeres que fácilmente pueden asumir conductas diversas, contradictorias y aparentemente cínicas, sin importar para nada su nivel intelectual. No es fácil de entender –y aceptar- cómo en la mañana tu compañero o compañera es el sumun de las atenciones y media hora después, sin razón aparente, ya hay un ogro. Alguien que grita, insulta, vocifera y manotea como si estuviera en medio de un campo de batalla. Totalmente fuera de sí, puede pasar por encima de lo que sea con tal de vomitar su rabia. Personas que no son conscientes de las consecuencias de sus actos y por lo tanto mueven un “swiche” interior para dar rienda suelta a emociones incontrolables. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo explicarlo?
Creo que no educamos la conciencia sino la inteligencia, por lo tanto no hay un hilo interior que “amarre” los diferentes comportamientos. No se da la identidad sino la “representación” de papeles, las máscaras que nos ponemos para vivir en comunidad. Por lo tanto esa fragmentación termina siendo parte de la identidad. La persona cambia de conducta con una facilidad pasmosa generando un desconcierto aterrador en quienes están a su lado. Porque los que lo rodean no mueven el “swiche” con la misma facilidad (o rapidez) y no logran asimilar la razón de su comportamiento. En la vida familiar –sobre todo- es desgastante esta situación. Los sentimientos y emociones de los “espectadores” del show se mueven como un “tíovivo”. Culpa (¿qué hice?), baja autoestima (me merezco este trato), servilismo (hago lo que quieras), lástima (sufre mucho), rabia (es un h.p.), amor (pero es adorable cuando quiere), son un coctel demasiado fuerte para soportarlo sin salir lastimado. El o la fragmentada no miden qué pudo suceder: olvidan con una rapidez pasmosa, porque nada es tan grave como le dicen. Repito la intelectualidad no ayuda mucho porque la personalidad no necesita “explicarse” la razón de su conducta sino “caer en la cuenta” (conciencia) de lo que hace para empezar a intentar revisar y corregir. Si es que quiere. Porque estas múltiples personalidades están cimentadas en la inconsciencia.
Entonces la mentira, el engaño, el “no pasa nada” o no existen consecuencias, empiezan a surgir como justificaciones para su conducta. Nada es tan grave como parece. O mágicamente, todo se arregla porque en definitiva “ya pasó”. Lo importante es que el de las múltiples personalidades pocas veces reacciona porque su memoria es totalmente selectiva: recuerda “sólo” lo que no lo cuestiona.
¿Cómo vivir al lado de un personaje de estas dimensiones? No es fácil. Lo importante es no dejarse “engarzar” y no cambiar al vaivén de sus cambios: es la única manera de protegerse de este “tíovivo”. Y mientras la educación no mire hacia la conciencia tendremos mas y mas seres llenos de ideas pero incapaces de manejar su propia vida. Seres enfermos, como un rompecabezas sin armar, llenos de contradicciones, “disparando” para todo lado en su desesperado afán por no perderse a si mismos. Es decir por creer que el mundo está a sus pies, que es su juguete y que por lo tanto lo puede utilizar a su amaño. Solo que cada vez mas, existirán personas a su alrededor que desde la conciencia entenderán su fragmentación y por su propia salud mental, escogerán la distancia.

lunes, 19 de enero de 2009

¿Cómo es posible?

¿Se escucha a usted mismo empezando una conversación con la trillada expresión “cómo es posible”? ¿Varias veces se encuentra preguntándose “cómo es posible” que suceda tal o cual acontecimiento? O, por igual, juzgando a su compañero o amiga, hijo o hermana, vecino o conocido, con el famoso “cómo es posible” antes de calificar alguna de sus conductas?
Bueno, déjeme explicarle que los que utilizan el consabido “cómo es posible” clasifican para el puesto de dioses. No aceptan lo que sucede y desde su Olimpo se sorprenden por lo que se da en la condición humana. Ojo, no estoy hablando de conformismo, ni de sumisión. Pero la aceptación de los acontecimientos ni es complicidad ni es derrotismo. Es aceptación, sin desgastarse porque “el mundo es así”, porque en el proceso de evolución, en el despertar de la conciencia, es lo que se tiene que dar para poder aprender. Y despertar. O reaccionar. El juicio a los otros no contribuye –en nada- a qué se tome conciencia de los hechos y a que cada quién haga los cambios que requiere. La aceptación significa admitir una realidad aun cuando pueda no estarse de acuerdo con ella. Los actos de resistencia, de rechazo, de ir en contravía, los “por qué”, no hacen sino envenenar el espíritu y llenar de frustración. E increíble, “alimentan” con más agresividad lo que se desea modificar. O si lo quiere de otra manera, solidifican las posiciones que tanto molestan impidiendo una apertura para el cambio. Lo que está afuera de usted no lo puede cambiar, por más que sea su deseo. Aceptarlo no es aprobarlo pero si significa poner los pies en la tierra, en la realidad. Ahora, se pueden señalar hechos, se puede dar una información sin juzgar pero no puede “sorprenderse” (juzgando) por lo que no comparte.
Y si maneja conceptos de evolución, si cree que cada quién está aprendiendo, acepta entonces que las personas tienen diferentes niveles de conciencia, de allí sus actuaciones, sus creencias y sus comportamientos. La mejor manera de “mover” el mundo afuera es no llenarse de ira, o “sorprenderse” por actuaciones que no se comparten. Acuérdese, usted no es Dios, por lo tanto no tiene ningún poder para cambiar lo externo. Sólo puede cambiarse a usted mismo y en ese campo todos somos dioses, de nosotros mismos, pero al fin y al cabo, dueños y señores de nuestros actos. Pero no lo de afuera. ¿De qué le sirve la enjuiciadora sorpresa?La vida enseña que la resistencia, la violencia, la crítica, sólo solidifican el problema. El conflicto de Israel y Palestina es una polarización donde cada acto genera una resistencia mayor. Quisiera haber escuchado o visto una manifestación donde todos unidos hubiéramos pedido paz en el lugar y donde pudieran caminar representantes de la colonias judía y palestina unidas. Pero tanto en el lugar de los acontecimientos como en todo el planeta, lo único que se repite es la polarización, los “cómo es posible”, unos en un lugar y otros en otro y no el sentido de aceptación sin cuestionamiento para encontrar soluciones. En Gaza no hay soluciones desde la razón, sólo aceptación de hechos y necesidad imperiosa de convivencia. Tener conciencia es salir del mundo de las justificaciones y aceptar el devenir de los acontecimientos. Contribuyo con una actitud no enjuiciadora a que esta energía universal no se cargue de más agresividad y resistencia. ¿Cuántas veces al día dice “¿cómo es posible?”

martes, 13 de enero de 2009

Amor y dinero en pareja

Todo aquello que tiene que ver con el ser humano termina siendo relativo. En definitivo nada es completo, exacto o cierto. La condición humana es finita…por esto en una ciencia como la Psicología existen enfoques, escuelas, tendencias y …psicólogos y psicólogas. Que en definitiva son los que terminan dando el quid de la teoría. Las creencias que cada quién posee, sus dogmas, su experiencia, su particular manera de ver la vida, su moralidad, su religión, todo marca el enfoque con que se trabaja. Quien considera que se debe vivir con ideales y no con realidades planteara su trabajo teórico de acuerdo con lo que piensa. De allí que atreverse a romper paradigmas, aceptar la relatividad de la conducta humana, entender el sentido de la vida como un proceso de aprendizaje y por lo tanto aceptar el error, entender que se evoluciona, “borrar” del diccionario la palabra culpa, no sea un asunto fácil. Los “debería” invaden el mundo pero las realidades están allí y son mas contundentes. Pero esto es lo que hace la diferencia entre unos y otros psicólogos. Cada quién escoge…
En una información de “El Tiempo” se habla de la conexión entre dinero y amor en pareja. Dos o tres psicólogos admiten que así como se comparte el amor se debe compartir el dinero. Para evitar cuentas escondidas, gastos personales, deudas privadas, es vital –dicen ellos- la claridad absoluta porque si no se comparte el billete no puede haber pareja. El matrimonio como un contrato legal, donde los términos jurídicos de sociedad prevalecen sobre las relaciones, las emociones y el devenir de la pareja. Esa es “su” teoría. Personalmente considero que juntar dinero y amor, meterlos en el mismo costal, es un craso error. Como es un error hablar de seres que se complementan, o que son “medias naranjas”. Como es error argumentar que es necesario ser transparente (lo que no significa que se privilegie la mentira) para que funcione una relación (el derecho a la individualidad, ¿dónde queda?), como puede ser una equivocación pensar que es importante cambiar de personalidad (amoldarse al otro u otra) para hacer pareja. Como creer, también, que se debe renunciar al singular para hablar sólo en plural. El dinero es una realidad y cuando dos personas se unen a nombre del amor, su forma de ver, manejar y gastar el dinero pertenece a su historia personal y ah! complicado que es lograr ponerlos de acuerdo en un solo criterio, renunciando al propio. Que no se modifica porque se amen. De allí que el respeto por la diferencia sea vital.Lo que salva una relación es el respeto por la diferencia, nunca la igualdad. Cuando mi pareja no me ahoga, no me “hace” otro u otra, cuando puedo acompañar a ese ser sin necesidad de que me invada o lo invada, es posible que las cosas fluyan. Lo anterior no significa, sin embargo, que no se daban compartir gastos pero el derecho a lo mío jamás puede ser menguado por un tercero si no es decisión personal el cambio. Hay circunstancias y hechos que se deben compartir pero ahora que hombres y mujeres trabajan y tienen “igualdad de oportunidades” es muy valioso respetar la individualidad. Renunciar a ser uno mismo para darle gusto al otro es un sacrificio que se paga con dolor y amargura. Amar es un acto de aceptación no de cambio. Una relación de pareja nunca puede ser un “buen” o “mal” negocio. Sólo es un compañero de viaje…el dinero ojalá no se cruce con el amor porque entonces, qué tan cerca queda de la prostitución.

lunes, 5 de enero de 2009

¿Y los toros, qué?

Sí, es un nuevo mundo, con maneras diferentes de ver la vida. Y hay que ser coherente, es necesario que las piezas del rompecabezas personal encajen porque no puedo ser defensora del medio ambiente por la mañana y dos horas más tarde participar de una cacería de torcazas. ¡Imposible! El momento exige coherencia entre lo que pensamos, lo que vivimos y lo que sentimos.
Fuímos educados con el paradigma de que “el hombre era el rey de la naturaleza”. Como quien dice que la naturaleza estaba al servicio del hombre, era su súbdita. Y con esa mirada tan prepotente y patriarcal se la trató .Era lógico, el abuso no se hizo esperar. Hicimos y deshacimos con la tierra, con los animales y con el medio ambiente. Solo ahora, con este despertar múltiple de conciencia que nos llega por todo lado: medio ambiente, mundo consumista, dinero y objetos materiales, guerras e intolerancia sin fin, todo a una, como en Fuenteovejuna, nos invita (¿obliga?) a reaccionar. A ser coherentes. La naturaleza no está a nuestro servicio: nosotros somos parte de ella y “usarla” exige pedirle permiso de ser usada. Las plantas tienen conciencia y se sienten agredidas frente a la mano humana. Como muy bien lo explicó Santiago Rojas en su curso de “bioenergética humana y sanación espiritual”, es muy diferente la reacción de una planta cuando se la invade a cuando se le pide autorización para tocarla. Y de esa manera con todo lo que nos rodea. No tenemos conciencia del valor de la naturaleza y agredimos su esencia como si fuera nuestra esclava. Estamos pagando las consecuencias.
La cacería del zorro, las corridas de toro, las corralejas, las riñas de gallos, son agresiones a los animales, con la vieja mirada patriarcal de que la naturaleza nos pertenece. Como muy bien lo dijo el representante de la organización que busca crear conciencia sobre el abuso de una corrida de toros, ¿cómo se sentiría usted si el que lanzan al ruedo es su perro? O su mascota. ¿Resistiría el espectáculo de verlo agredir? ¿de verlo matar mientras otros aplauden? Entonces el espectáculo de desafiar al toro, ponerle banderillas y luego matarlo, pertenece a la mentalidad anterior donde se es “rey” de la naturaleza y no respetuoso del entorno, que no nos pertenece. Matar una vaca para alimentarse de ella no es lo mismo que “gozar” viendo sufrir al animal. En la naturaleza unos animales se alimentan de otros como parte del equilibrio natural. Pero no “gozan” con este momento y menos aún hacen show con la circunstancia.
En un maravilloso libro que una mano amiga me hizo llegar “Liberación animal” de Peter Singer se habla muy claro de las discriminaciones por sexo, raza y especie. Y no podemos abogar por unas y rechazar otras. El nuevo mundo requiere que se revisen conductas ancestrales que generan violencia. Una prueba contundente fue el “espectáculo” que se sucedió en Cali donde un hombre saca del pelo a un activista en contra de las corridas, en la muestra mas palpable de que al igual que tratan al toro (ser inferior) tratan a personas que no concuerden con sus ideas. Sí, porque la mentalidad patriarcal “sólo” acepta su propio criterio: sólo es válida su razón y todos los demás –que no piensen igual- están equivocados. Violencia engendra violencia. Los superiores y el resto, los inferiores. Discriminación con base al poder de las ideas. ¿Dónde encajan las corridas de toros y el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente?