lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Quiere ser Mag@?

Es la víspera del mes de las brujas. Halloween está aquí para hacernos comprar calabazas, espantapájaros, brujas con escobas y cuanta cosa se les ocurra. La ocasión es propicia, entonces, para hablar del tema. ¿Usted sí cree en la magia? O es acaso, de los racionales que se enorgullecen de repetir a voz en cuello, “ver para creer”, como santo Tomás. ¿Usted considera que creer en la magia va contra su inteligencia y su preparación académicas? ¿Es de los que opina, que en la magia creen las personas ignorantes que no tienen argumentos para enfrentar la vida? Para usted ¿sería un desprestigio personal “darle crédito” a esas idioteces? Acepto sus argumentaciones. Tiene derecho a hacerlas. Lo único que siento, aquí entre nos, es de todo lo que se pierde, todo aquello que se está negando a sí mismo, por la racionalidad de sus conceptos. Qué pena, usted va por la vida tratando de “explicarse” el mundo cuando muchas veces lo único que hay que hacer es “sentirlo” para que se produzca un momento mágico. Por tributarle honores a la mente, se está perdiendo de esta sensación…

Usted tampoco se ha enamorado. Usted nunca ha podido sentir “mariposas en el estómago”. Bueno, le estoy hablando en términos mágicos porque claro, las mariposas nunca están en el estómago. Quiero decirle que las mariposas del estómago son de los momentos mas maravillosos que se pueden sentir. Eso es magia. Una mente racional no se permite esos “despropósitos”. Quien no cree en la magia tampoco puede creer en la amistad. ¿Qué hace que dos personas se encuentran y “decidan” ser amigas? Se argumentará que “intereses comunes”, gustos semejantes o cualquier racionalidad posible. Pero los amigos y las amigas no obedecen a ningún parámetro. Sólo, se da y se hacen amigas: momento mágico.

Es un momento mágico creer en “algo” y que de pronto sucedan milagros. O sincronicidades. Allí hay magia, “hechos extraordinarios” salidos de la nada que van en contra de la realidad pero que suceden. Existe magia cuando alguien te mira a los ojos y te sonríe. Cuando alguien da las gracias, desde el corazón, por algo que has dicho o has hecho. Existe magia cuando se sucede una de esas casualidades inexplicables pero que sorprenden a la razón y le dan sentido trascendente a tu día a día. ¿Por qué me sucedió esto a mi? Allí está presente la magia, en toda su dimensión. Hay magia en la generosidad, en la solidaridad. Existe magia en el agradecimiento, en la ternura, en la “conexión” humana. No hay palabras para explicar lo que se siente cuando algo te llega a las entrañas. Aún cuando sea el dolor el que nos toca…todo ello relacionado con momentos mágicos, donde desprovistos de pensamiento sólo estamos a merced de lo que sentimos.
La magia es un arma femenina. La intuición y la percepción fueron los únicos caminos que le quedaron a la mujer para tener alguna forma de poder en un mundo dominado por hombres. La mente racional condenó la magia por dos peligros: es demoníaca y es femenina. La mujer es la bruja de la historia. El diccionario habla de brujas y no de brujos. La mujer es quien ejerce la magia y la brujería, ella es quién desde la intuición, desde el sexto sentido, da respuestas a situaciones inexplicables. La magia es un poder. Estamos en un momento tan particular donde la dura y fría razón se encuentra enfrentada a un “conocimiento” que no puede explicar ni controlar: la magia. En el futuro se definirán las posiciones…

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