martes, 13 de enero de 2009

Amor y dinero en pareja

Todo aquello que tiene que ver con el ser humano termina siendo relativo. En definitivo nada es completo, exacto o cierto. La condición humana es finita…por esto en una ciencia como la Psicología existen enfoques, escuelas, tendencias y …psicólogos y psicólogas. Que en definitiva son los que terminan dando el quid de la teoría. Las creencias que cada quién posee, sus dogmas, su experiencia, su particular manera de ver la vida, su moralidad, su religión, todo marca el enfoque con que se trabaja. Quien considera que se debe vivir con ideales y no con realidades planteara su trabajo teórico de acuerdo con lo que piensa. De allí que atreverse a romper paradigmas, aceptar la relatividad de la conducta humana, entender el sentido de la vida como un proceso de aprendizaje y por lo tanto aceptar el error, entender que se evoluciona, “borrar” del diccionario la palabra culpa, no sea un asunto fácil. Los “debería” invaden el mundo pero las realidades están allí y son mas contundentes. Pero esto es lo que hace la diferencia entre unos y otros psicólogos. Cada quién escoge…
En una información de “El Tiempo” se habla de la conexión entre dinero y amor en pareja. Dos o tres psicólogos admiten que así como se comparte el amor se debe compartir el dinero. Para evitar cuentas escondidas, gastos personales, deudas privadas, es vital –dicen ellos- la claridad absoluta porque si no se comparte el billete no puede haber pareja. El matrimonio como un contrato legal, donde los términos jurídicos de sociedad prevalecen sobre las relaciones, las emociones y el devenir de la pareja. Esa es “su” teoría. Personalmente considero que juntar dinero y amor, meterlos en el mismo costal, es un craso error. Como es un error hablar de seres que se complementan, o que son “medias naranjas”. Como es error argumentar que es necesario ser transparente (lo que no significa que se privilegie la mentira) para que funcione una relación (el derecho a la individualidad, ¿dónde queda?), como puede ser una equivocación pensar que es importante cambiar de personalidad (amoldarse al otro u otra) para hacer pareja. Como creer, también, que se debe renunciar al singular para hablar sólo en plural. El dinero es una realidad y cuando dos personas se unen a nombre del amor, su forma de ver, manejar y gastar el dinero pertenece a su historia personal y ah! complicado que es lograr ponerlos de acuerdo en un solo criterio, renunciando al propio. Que no se modifica porque se amen. De allí que el respeto por la diferencia sea vital.Lo que salva una relación es el respeto por la diferencia, nunca la igualdad. Cuando mi pareja no me ahoga, no me “hace” otro u otra, cuando puedo acompañar a ese ser sin necesidad de que me invada o lo invada, es posible que las cosas fluyan. Lo anterior no significa, sin embargo, que no se daban compartir gastos pero el derecho a lo mío jamás puede ser menguado por un tercero si no es decisión personal el cambio. Hay circunstancias y hechos que se deben compartir pero ahora que hombres y mujeres trabajan y tienen “igualdad de oportunidades” es muy valioso respetar la individualidad. Renunciar a ser uno mismo para darle gusto al otro es un sacrificio que se paga con dolor y amargura. Amar es un acto de aceptación no de cambio. Una relación de pareja nunca puede ser un “buen” o “mal” negocio. Sólo es un compañero de viaje…el dinero ojalá no se cruce con el amor porque entonces, qué tan cerca queda de la prostitución.

No hay comentarios: