lunes, 18 de mayo de 2009

Exceso de Familia

El problema con nuestra cultura –o con nuestras creencias- es que se especializa en idealizar personas, instituciones, momentos o circunstancias. Creemos que existe algo perfecto dentro de la condición humana y por lo tanto no somos capaces de abordarlo con una mirada crítica que permita su evolución. Sólo, es perfecto y punto.
Ha sucedido con la figura de la madre. ¡Ay quién ose cuestionarla! Para esta cultura la madre es perfecta y todavía no hemos logrado dimensionar el daño que esta figura “perfecta” ha generado en la salud mental de cientos de personas. La madre “sólo” es un ser humano que intenta ser ella y transmitir algo de sí misma a sus hijos e hijas. La maternidad no gradúa. Sin embargo cuántas veces hemos construido panegíricos sobre la perfección maternal sin intentar siquiera abordar el cuestionamiento de la mentira transmitida de generación y generación sobre el instinto maternal. Porque así no se atreva ni a imaginarlo, el instinto maternal no existe. Si todavía usted es de los que cree este paradigma, déjeme decirle que bordea la ignorancia…
Otra de las instituciones “intocables” es la familia. Hay que recuperar la familia, los valores de la familia, el despelote del mundo de hoy se debe a la crisis de la familia, la familia se destruye porque la mujer salió a trabajar. Papá y mamá no tienen tiempo para sus hijos. Los matrimonios no duran y entonces no hay familia. Una separación es la destrucción de la familia (¿verdaderamente lo cree?). Cientos de clichés sin ni siquiera atreverse a revisarlos. Pero parece como si las tiras cómicas, mucho más irreverentes, nos estuvieran mostrando “otra” forma de mirar la familia sin que la caricatura se convierta en la representación exacta de ella. Ni el extremo de la perfección ni el de la perdición. Pero están “abriendo la puerta”, mostrando que en familia se cocinan cualquier cantidad de problemas, abusos, desequilibrios, angustias, ansiedades, injusticias, trampas y locuras que pueden dar al traste con cualquier educación.
La familia es hoy por hoy, una institución en crisis. Hace daño y hace bien. Por lo tanto no es perfecta ni imprescindible. En el proceso de la evolución de la conciencia el ser humano tiene que desapegarse (incluída su familia) para poder alcanzar niveles mayores de espiritualidad. Esto no significa que no quiera a los suyos. Pero una cosa es querer y otra bien diferente, las dependencias enfermizas donde no se pueden tomar decisiones personales sin el “consejo familiar”. Qué rico que la familia sea unida pero también esta unión puede llegar a ser muy peligrosa. En aras de idealizar a la familia, existen personas que no desean desapegarse nunca y entonces su problema psicológico se podría catalogar como “síndrome de exceso de familia”. O de “exceso de mamá”. De 30 0 40 años y todavía le tienen miedo a sus padres. “No quiero defraudarlos, yo no puedo tomar una decisión que los mortifique”. Como si un hijo o hija adultos no pudieran asumir sus propias vidas y la consulta a los padres o a los hermanos se convierte en un manoseo donde todos participan para terminar bloqueando a quien tiene que decidir. Son familias “masas” donde pareciera que está prohibida la individualidad o la autonomía. Y claro esta familia controladora es una familia que lastima la autoestima y genera personas lisiadas emocionalmente. La familia no es perfecta, la familia puede hacer daño. ¿Se atreve a revisar la suya?

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