lunes, 13 de julio de 2009

Síndrome de aniversario

El mundo se mueve. Nada permanece quieto. En Psicología, como en cualquier otra rama de la ciencia constantemente se producen aportes que no van en contravía de lo anterior, sino que suman para construir una mirada integral sobre el ser humano. Los avances no van “contra” ninguna teoría. Agregan, aportan, que es la forma sana y armónica de aceptar la evolución. Ni un solo ser, ni una sola escuela, ni un solo concepto podrían abarcar toda la complejidad humana. Entonces, bienvenidas las investigaciones que van sumando para cada vez estar mas cerca de la armonía y salud integrales.
La psicogenealogía empieza a coger una gran fuerza. Desde 1980 Alemania se abre un poco a la temática y hoy existen varios enfoques que trabajan el mismo tema. El árbol genealógico no sólo es importante sino necesario. Como dice Chantal Rialland es un trabajo que no se debe hacer solo por sanar problemas sino casi que “es una llave para explicar nuestra personalidad y nuestros comportamientos. La psicogenealogía se ha convertido en el conocimiento de uno mismo”. Somos herederos de nuestras familias, para bien o para mal. Y los conflictos no resueltos por alguno de nuestros antepasados están vigentes en nuestra propia vida. Los conflictos no resueltos paralizan la vida presente. O se vuelven enfermedad. O se convierten en muertes o en tragedias. De allí que las llamadas coincidencias familiares -2 o 3 generaciones de mujeres que quedan viudas- como también rabias u odios hacia el mismo sexo (o al contrario) por parte de abuelos o abuelas (y si qué existieron en su época de desigualdades y atropellos), quiebras económicas en antepasados, secretos familiares no dichos, adopciones no manifestadas, madres que conocen al “verdadero” padre de su hijo, etc, etc, se expresan en el momento actual. Claro que el pasado no se puede modificar pero sí se puede hacer conciencia sobre él para poderlo manejar. La conciencia sumada a un ritual o una técnica apropiada, logran “poner en orden” la estructura familiar. Hellinger con Constelaciones Familiares, Luis Martínez con Terapia Regresiva Reconstructiva, pueden ser alguno de los caminos. El psicoanálisis se introduce en el pasado pero agota su investigación en los padres. A no ser que ahora sí, Carl Jung tenga toda la credibilidad del mundo con su teoría del “inconsciente colectivo”. Siempre hay alguien que se adelanta y jalona el cambio…“Con los años comprendí que el nombre y el apellido encierran programas mentales que son como semillas, de ellos pueden surgir árboles frutales o platas venenosas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehículos de dramas. Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Esto nos condena a ser el otro nunca nosotros mismos. Si la hija recibe el nombre de una antigua amada del padre se ve condenada a ser su novia toda la vida. Un tío o una tía suicidados convierte su nombre, durante varias generaciones, en vehículo para las depresiones”, son algunos de los ejemplos de Alejandro Jodorowsky, otro de los grandes investigadores del tema. De alguna manera “cuando los antepasados duelen” o cuando en una familia se produce el síndrome de aniversario (fechas repetitivas, acontecimientos semejantes de generación en generación) es hora de empezar a revisar el árbol genealógico y junto con una buena terapia, abordar aquello no resuelto. Es el tema de la psicogenealogía. Se sorprenderá de los resultados.

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