No, no las puede tocar. No se encuentra con la energía “de frente” porque no está en la tercera dimensión. No es medible, ni tangible con los cinco sentidos físicos. Tampoco puede tocar los pensamientos pero estoy segura que no duda de su existencia. Los pensamientos, al igual que la energía o la información pertenecen a otras dimensiones, tan reales como la tercera pero imposible de capturarlas con los métodos físicos o materiales. La energía está en todo, mejor dicho, todo es energía. De allí la gran revolución generada por la física cuántica cuando concluye que no existe espacio vacío. “Los científicos creen que más del 90% del cosmos está “desaparecido” y se presenta ante nosotros como un espacio vacío. Esto significa que del inmenso universo que conocemos, solamente el 10% tiene algo en él. ¿Cree usted realmente que lo único que existe es ese 10% de creación que ocupamos? ¿Qué hay en el espacio que concebimos como “vacío”?
¡Qué desperdicio de espacio si no hay nada! Al igual que con el cosmos ¡qué desperdicio de espacio si estamos solos en el Universo! Por lo mismo, aceptar la posibilidad de otros seres en el universo es una conclusión con sentido común. Y también es de sentido común aceptar la “presencia” de la energía en todo nuestro entorno. Si no hubiese energía entre la materia no podría haber, por ejemplo, transmisión de luz ni de sonidos porque estos necesitan ondas para expandirse. A la vez, nosotros, seres humanos, somos energía y estamos rodeados de energía. La energía está allí aun cuando no la toque. Pero es obvio que se siente. Es obvio que la percibimos en los espacios, en las personas, en la música, en el ambiente, en el lenguaje, en las emociones.
Pero la energía tiene información. Y esa es otro “escándalo” que surge dentro de la física cuántica. No sólo hay energía en el espacio sino también que en esa energía existe una información que usted la puede escuchar solo sí está abierto a sentirla. Y aun cuando la razón es necesaria para sobrevivir es hora de aceptar que además de la mente, hay otras maneras de vivir y aprender. No es necesario ser científico ni muy estudioso para percibir la energía. Ensaye, por ejemplo, ahora en Diciembre, a mover los objetos de su casa, a desprenderse de aquello que no usa, a eliminar elementos dañados, rotos, desperfectos. Está liberando energías estancadas que deben fluir para que usted se sienta mejor. La armonía es la síntesis de una buena energía en su entorno. Y la paz interior es armonía afuera y adentro de su cuerpo. O mejor dicho lo mismo, porque no hay adentro sin afuera y viceversa: limpiar, botar, descargar, son maneras elementales de oxigenar el ambiente y permitir que una mejor información que hay en el espacio, pueda llegar a su vida. ¿Qué clase de información? Pregúntese, qué clase de respuestas está esperando en torno a su vida. Y de pronto, un espacio más limpio, menos pesado y usted, más ligero de equipaje, permiten encontrar la información que requiere en su presente. ¿Qué clase de información tiene la energía? Toda la información posible. Llámelo Feng-Shui, liberación de energías, conciencia, ayuda “divina”, como quiera. Pero es obvio que todo está conectado y que podemos llegar a tener las respuestas adecuadas para el desarrollo de nuestra vida. Sólo, hay que limpiar el espacio para que la información “nos hable”. Einstein dijo: “Seres humanos, vegetales o polvo de estrellas, todos danzamos al ritmo de una melodía misteriosa, entonada en la distancia por un flautista invisible”
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