¿Cómo le asusta a la mente racional todo lo que tiene que ver con la magia, lo esotérico y lo sobrenatural? ¡Cómo es de temerosa la mente cuando no tiene el control total de lo que aborda! Definitivamente la razón abrió muchas puertas en el desarrollo humano pero su rigidez, al no aceptar sino aquello que podía comprobar con sus propios métodos, le castró multitud de opciones de vida, plenitud y conciencia. ¿Sabía usted por ejemplo, que la palabra conciencia no existía en los libros de los científicos? “Cuando tenía 15 años, dándome cuenta de que necesitaba saber acerca de la conciencia, me precipité hacia una biblioteca de biología para buscar información en el libro de texto más intenso que pudiera encontrar. Para mi sorpresa no constaba en el índice: la palabra más cercana que pude encontrar fue “inconsciencia”. En ningún lugar se mencionaba la conciencia como entidad. Niveles de alerta, sí, pero no “conciencia”. Había buenas descripciones de la neurona y su funcionamiento pero ninguna mención de la conciencia(…) En 1930 al preguntarse cómo surge la conciencia se dijo “mas vale poner el dedo en los labios y permanecer en silencio”. Las anteriores palabras son del doctor Peter Fenwick con miles de títulos y especializaciones, profesor de Neurofisiología en el Hospital de Radcliffe en Oxford, con trabajos sobre estados alterados de conciencia, experiencias cercanas a la muerte. Como quien dice no es ningún “pintado en la pared”. Y las preguntas que él se hace sobre el cerebro (¿allí es donde “queda” la mente racional?) son las que se hacen muchas personas de pensamiento abierto, donde no temen encontrarse con preguntas sin respuesta “científica” para acercarse a otras opciones que aportan luces y sabiduría.
La razón y la ciencia se aliaron, dejando por fuera lo que no pudieran “probar”. Y claro, todo “lo nuevo” o diferente genera resistencia. Me da mucha pena con el psicólogo que respondió que él NUNCA había tenido pacientes con posesiones, estados alterados de conciencia o situaciones donde “los tests científicos” no le hubieran dado respuesta. Qué pena porque lo que se ha perdido acerca del contacto con los seres humanos es inmenso. Y no es que “me alegre” por el sufrimiento de las personas, pero si alguna profesión genera comprensión, tolerancia y apertura hacia la condición humana es la psicología. Cuando la mente está abierta las nuevas miradas permiten el despertar de la conciencia. Y es la conciencia la que encuentra otras dimensiones desconocidas para la ciencia porque ésta no puede probar lo que está por encima de sus métodos. Muy cerca de la conciencia, ligada con ella, está la magia, todo aquél potencial de los humanos que existe y logra resultados increíbles. La magia es tan vieja como la humanidad porque significa “el arte de realizar cosas maravillosas en contra de las leyes naturales por medio de ciertos actos o con la intervención de espíritus”. Magia y conciencia, caminos para llegar a una comprensión del ser humano por “encima” de la razón y de la ciencia tradicional, pero no por ello menos valederos. Por el contrario cada vez existen más testimonios sobre situaciones que “escapan” a la razón inicialmente pero que luego la ciencia “obligada” debe reconocer. Es como si la razón y la ciencia estuvieran relegadas e insistieran en su estrechez de criterio mientras la sabiduría brota de otras fuentes que todavía no son denominadas científicas. Magia y conciencia, sólo para quienes no tienen miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario