martes, 11 de septiembre de 2018

Dispensadoras de leche.



Nuestra cultura es muy dada a posiciones extremas. El mundo o es bueno o es malo, pero difícilmente juega en el medio. Al educarnos dentro de una sociedad patriarcal  quedan muchísimos residuos de paradigmas machistas que terminan generando múltiples conflictos. Ejemplos de conceptos “mandados a recoger”: la maternidad es el mejor estado de la mujer. Todas las madres quieren a sus hijos. Existe el instinto maternal. A todos los hijos se los quiere por igual. La maternidad es una foto donde todos salen plácidos y sonrientes. Sí, paradigmas que se deben revisar no para borrarlos pero si en busca de un sano equilibrio.

Durante siglos, la cultura considero que los niños eran seres irracionales. “Solo” tenían uso de razón a los 7 años, “desperdiciando” en educación un período fundamental para su desarrollo. Pero entra en vigencia la ley del péndulo, el otro extremo. Ahora, son lo mas importante, por encima de cualquier otro estamento familiar. Casi, casi, que es obligación de papá y mamá estar “a su servicio”. “Vivo para mis hijos”, trabajo para ellos, son lo mas importante del hogar. Papá y mamá, con la mejor intención y deseos, (pero psicológicamente causando daño) los sobreprotegen, viven de la seca a la meca para darles gusto y todos los deseos paternos van en segundo plano. Los niños primero. Los niños no pueden sufrir. Ni siquiera pueden asumir una pequeña responsabilidad de “trabajo” porque se frustran. Desde que nacen, entonces, la madre debe estar a su servicio. Su primera tarea es convertirse en “dispensadora” de leche. Para muchos pediatras y nutricionistas esa es la tarea primordial de la mujer-madre.  Al igual que existen dispensadores de gaseosa, mecato o café, la misión de la madre es proveer al bebe de leche cada que él quiere. Ni un mínimo (escribí mínimo) sentido de disciplina para organizar su mundo. Pero es obvio que el niño lentamente pero generando orden, debe entrar dentro de una organización que le permitirá no desbordarse en una tiranía nefasta.

¿Quién piensa en la madre mujer? ¿Por qué se la culpa cuando no puede (o no quiere) dar de lactar a un hijo? Conozco de historias de mujeres que salen de los consultorios de algunos pediatras sintiéndose monstruosas, llenas de culpa, malas e indignas. El regaño médico todavía retumba en sus oídos: el niño es lo mas importante, lo que sienta o pase con ella es intrascendente. Debe alimentarlo cada que él quiera, donde quiera y hasta que él quiera. ¿Destete? ¿La nueva mentalidad sobre los niños conoce esta palabra? Sin lugar a dudas la leche materna es un nutriente importante pero las emociones y el estado de la madre también son alimento para la criatura. Y la mujer tiene derecho a armonizar su mundo. No solo alimentamos cuerpos. Los estados emocionales se nutren de un entorno donde el equilibrio es fundamental. Observar el apego de un niño de 2 años que en cualquier lugar coge la teta de la mama como si le perteneciera es lamentable. No se que da mas grima si el sometimiento de la madre o la tiranía de la “criatura”. La lactancia debe durar máximo un año. El destete es vital. Hay que recuperar el entorno de pareja, ubicar al hijo en su lugar y retomar la identidad e idiosincrasia de mujer, todas las anteriores variables del mismo tema. ¿Sabe equilibrarlas? No sólo alimentamos cuerpos.

Gloria H. @Revolturas

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