Salud Hernández está libre. Y haciendo mérito al dicho popular
“habla mas que secuestrado recién liberado”, entre lo que expresó vale la pena
destacar “no tengo hijos y puedo hacer lo que se me antoje”. Temeraria, audaz,
provocadora, desafiante, no hay vincularidad con hijos que ‘impedirían’ esta
clase de comportamientos. Los hijos entonces, son una ‘amorosa atadura’ que impiden
ciertas conductas en hombres y mujeres. Son una motivación para la vida pero es
obvio que también se convierten en obstáculo para que algunos hagan lo que les
plazca. Y con mayor énfasis en el mundo de hoy, tan ávido de libertad y evasión
de compromisos. ¿Después de lo sucedido, cuántos periodistas no envidiaran “la
libertad” de Salud para hacer su trabajo sin la atadura parental? Porque, que
“todo” un Estado se “preocupe” por cuidarte puede ser una tentación llamativa
para muchos egos periodísticos y mas sin hijos de por medio.
Con un hijo es difícil vivir al día, de impulso. Aun cuando
aceptemos que el futuro no existe, que está por construirse, cuando hay niños lo
que está por venir puede aparecer como un fantasma que atemoriza. ¿Qué sucederá?
¿Qué les podría pasar a ellos? Por eso tal vez hoy, mas hombres y mujeres
deciden vivir juntos pero sin descendencia, sin compromisos que aten a través
de los hijos. Como tu pareja no es de tu familia si la relación termina y no
hay hijos, compruebas que se acabó el amor y “chao pescao”. Se acabó el afecto y cada uno toma su camino.
Ni ataduras, ni peleas, ni pendientes. ¡Sencillo!
Los hijos amarran, condicionan. Hasta atrapan. Son fuente de
inmensa satisfacción pero también pueden ser una pesadilla. Con las mejores buenas intenciones para
educarlos y de pronto ni siquiera sabes (o entiendes) por qué se comportan de
tal o cual manera. Cuándo te avergüenzan, cuándo te llenan de satisfacción. La
idea religiosa de la Sagrada Familia se pulveriza a pasos agigantados y el
molde tradicional de papá, mamá e hijos se difumina mas y mas. Parejas del
mismo sexo, abuelos con nietos, parejas dinky (double-income, no kids, sueldo doble
sin hijos) todo evoluciona. Lo que se decanta en este
nuevo concepto de vida es que los hijos o las hijas no están ‘encargados’ de la
realización personal de nadie. La maternidad no es el único camino de
satisfacción para una mujer. Nunca ha sido el ‘único’ camino de un hombre y ahora
es la mujer la que también concluye que puede ser feliz y realizada sin tener
que ser madre.
La idea romántica (o religiosa) de un niño sonriente mientras te
dice papá o mamá es bellísima pero no siempre sucede. Cuántos padres no
quisieran “devolver” sus hijos o entregárselos a “alguien” para que los
terminen de educar. Hoy, en Psicología se hace énfasis en el transgeneracional, en el árbol
genealógico, donde se explica cómo heredamos los errores de nuestros
antepasados. Existe “el alma familiar”, como también existe el alma colombiana
que nos cobija con lo bueno y malo que acontece en el país, así no tengamos
vínculo directo con los hechos. Los hijos no siempre son “lo mejor” que le
ocurre a un hombre y una mujer. En medio de las celebraciones de madre y padre,
una reflexión sobre el significado de tener hijos siempre será bienvenida. Para
que la evolución no nos sorprenda.
Gloria H. @revolturas.















