Vístalo como
quiera, piénselo desde la perspectiva racional, imagíneselo desde la rabia con
esa sensación de impotencia que produce no controlar los hechos, despelúquese
tratando de minimizarlo...como quiera. Es obvio que si usted despectivamente
afirma que “las mujeres son brujas”, que la brujería es mala, en el fondo de
todo el asunto es que le tiene miedo a la magia, que reconoce (si cree que las
mujeres son brujas) que ellas tienen un poder inmanejable y lo que es peor, que
se muere de envidia de no poder “explicárselo” (y tener) ese poder.
Uno de los efectos
más nefastos que nos han legado la razón y la mente es el desprecio por la magia,
por la alquimia, por lo no visible y comprobable. Para la razón, la magia es
hija de la ignorancia y de creencias ilusas o infantiles. La magia es tratada
con desprecio y quienes creen en ella o la practican son ridiculizados y
despreciados, como parias de la inteligencia. La frontera entre lo correcto,
aceptado y lógico, por un lado y las coincidencias, los milagros y la intuición
del otro, es tan pero tan contundente que parece que pertenecieran a seres de
mundos diferentes. Olvidando precisamente, que la alquimia es la madre de la
magia y que en su momento fue la “ciencia” de la historia. La alquimia o la
magia es el arte de la transformación. Los alquimistas eran los seres que
lograban transformar la realidad.
¡Y pensar que todos tenemos la capacidad de ser magos! Que todos los
humanos estamos conectados con dimensiones donde la lógica no existe y donde el
poder de cambiar lo visible es obvio. Pero el exceso de razón ha llevado a
muchos seres a despreciar la capacidad de transformación que se tiene como
humanos que somos. Y si las mujeres “practican” mas el arte de la
transformación (o de la brujería si quiere llamarlo así) fue porque fue el
único camino que le dejó la cultura patriarcal para sobrevivir en un mundo
masculino que la aplastaba. Los hombres les tienen pavor a las mujeres brujas.
Para ellos, las brujas tienen el poder de ver lo que ellos no logran ver.
Tienen el poder de la intuición, condición humana, que los varones relegan a
segundo plano por no tener manera de manejarla. El poder de la mujer maga es
terrorífico porque no se puede igualar con ella, no la puede someter y muchas
veces se siente como un pelele frente al poder mágico incontrolable.