lunes, 29 de marzo de 2010

¿Que le pasa a la Iglesia?

¿Se equivocaron? ¿Están tan desubicados que no se dieron cuenta de lo que realmente sucedía? ¿Se obnubilaron con el poder, creyéndose “representantes de Dios en la tierra”? ¿Qué le sucedió a la institución Iglesia Católica para encontrarse en este lugar de desprestigio pero sobre todo, de desubique tan marcado?
Primero es una institución humana y por lo tanto no está libre de errores y aprendizajes. Segundo, fue estructurada para una época en que el ser humano, en su proceso evolutivo, era infantil. Hoy, la evolución ha permitido que las personas crezcan y en el proceso de despertar de conciencia, la religión ya no se necesita para vivir, crecer y trascender porque somos capaces de llegar sin intermediarios. Hablamos de espiritualidad. Sin embargo la Iglesia insiste en creencias anquilosadas: prohibir, amenazar, excomulgar, creerse única, condenar al cuerpo y por ende la sexualidad, castigar, esconder, discriminar a la mujer, señalar buenos y malos, no sintonizar con las realidades sociales (número de hijos, derecho al placer, relaciones temporales) en fin…tantos desaciertos porque haberse quedado estática e inamovible en un mundo que ya no es el mismo de cuando se estructuraron sus creencias. Y cada vez su deterioro será mayor porque terca, obstinadamente, como quien se aferra al poder porque siente los estertores del final, no quiere hacer una sana reingienería. Aquí estoy y aquí me quedo, cada vez más sola y desprestigiada.
Uno de los pilares fundamentales de su cambio debe pasar por el celibato. No es coincidencia que un gran número de sacerdotes abusen, en especial, de niños varones. El sacerdocio representa un lugar privilegiado para esconder el miedo a la mujer y desde allí puede hacer metástasis toda la patología que esto conlleva, incluída la homosexualidad latente que termina manifestada con el abuso a los niños. Otros pueden optar por la doble vida con mujeres (ayudantes, vecinas, secretarias, amigas) para evadir el compromiso y la responsabilidad que conlleva una familia. No son todos, pero no debe ser coincidencia el número de casos donde la sexualidad es el telón de fondo.
La Iglesia Católica como institución está a las puertas de su final. En las famosas predicciones con los nombres de Papas, se dice que faltan dos y el terror era asociar “no más nombres” con el fin del mundo. La que termina como institución puede ser la Iglesia, no el mundo, porque cada vez es más claro que para crecer en evolución, hay que dejar la religión. Cualquiera que ésta sea. Porque las religiones generar guerras, caos, política, lucha de poder, marcan lo correcto e incorrecto, buenos y malos, etc. Espiritualidad y religión no son lo mismo. La espiritualidad nunca se deja… Otro error garrafal de la institución católica es promover la culpa a través del concepto de que los seres humanos “ofendemos” a Dios. Imagínese usted al “pobre Dios” recibiendo las ofensas de no sé cuántos humanos… Como si Dios se ofendiera con los actos nuestros. Como si Dios fuera “tan delicado” para sentirse con lo que hacemos las personas. Dios es cada uno y allí radica la gran diferencia de lo que la institución católica no quiere transmitir. Hay tantas cosas que debe cambiar, claro, si se acepta humana, humilde y limitada. Si sigue creyéndose “representante de Dios en la tierra” he ahí las consecuencias…

No hay comentarios: