Existen multitud de razones para pensar en un suicidio. Desde religiosas, pasando por políticas hasta personales y simples. La
frustración es uno de los mas fuertes “motivadores”. No soportar que las cosas
no resulten como se espera puede desequilibrar hasta el punto de querer
desaparecer. ¡No va más! ¿Para qué seguir cuando no vale la pena? Cuando no hay
nada que dé sentido a lo que se vive. Con base en esas reflexiones, no sorprende que
en algún momento de la vida no haya pasado por la mente la idea del suicidio.
¿Y si muriera? Existe la suposición que acabada la vida, terminan los
problemas. Además las contradicciones religiosas están “obligando” a muchos a
caer en un escepticismo galopante. No
existe un “mas allá”, no existe Dios (¿si sus representantes hacen lo que
hacen, cómo creer?) o, si es tan poderoso ¿porque “permite” el mal?
En ese orden de ideas, el suicidio no aparece tan descabellado. El
cuestionamiento a las religiones, el despertar para no creer tan sólo por miedo
o inseguridad, los adelantos científicos, Dios no existe, la información
desbordada, la prepotencia humana (se dispone de la vida y se escoge cuando morir),
múltiples factores que abren mas la puerta para decidir voluntariamente poner
fin a la vida. De acuerdo a la edad, las motivaciones varían. Para los jóvenes
que comienzan, sentir que no hay nada porque vivir. A propósito ¿qué tan válido
es un estudio que relaciona el niño no deseado con mayores tasas de suicidio? O,
rodeados de situaciones familiares conflictivas, los líos de papa (¿existe?) de
mamá (¿dónde está?), la violencia intrafamiliar (dizque son los que mas quieren
y cuidan de mi), el futuro aparece como
una mancha oscura y tenebrosa. No tiene sentido prolongar algo que no va para
ningún lado. Los jóvenes dicen que no pidieron que los trajeran al mundo y en
esta cloaca no vale la pena continuar. ¿Por qué no morir ya? Los mayores lo pueden
considerar por físico desgaste. Para que mas de lo mismo. ¿Por qué prolongar el
sin sentido de una vida vacía, fracasada, donde no se logró lo que se esperaba?
Las frustraciones, los sueños congelados, la desesperanza, el desamor, todo un
coctel de razones donde no hay por qué vivir. El suicidio aparece como una
salida, desesperada pero salida, a un sin sentido de vida.
Para escapar de ese hueco de desesperanza existen dos posibles caminos:
sentido de trascendencia, creer en un mas allá, creer en procesos de evolución
a través de muchas vidas, o dedicarse al servicio de otros a los cuales se les
pueda alivianar el dolor. Salirse de uno mismo, de la propia angustia o
desesperanza y servir al otro, es una manera sanadora de darle sentido al
existir.
Un suicidio es mas angustiante para los que quedan que para el que
se va. El ya vivió su calvario. Posiblemente en silencio, confundido, en una
desesperanza total: la idea del suicidio se acrecienta en la medida en que la
persona se encierra, construye explicaciones y respuestas desde su propia
angustia sin permitir airearlas con alguien diferente a su propio yo. Abrirse a
otro puede facilitar oxigenación en la oscuridad de la mente. No es fácil. El
suicidio en definitiva es un desafío a la ciencia, a la cultura y a la
información. No se esta exento de que pueda suceder en el entorno. Hay que
poner cuidado.
Gloria H. @Revolturas

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