Empiezo por darle una información elemental sobre los insultos.
Cuando se dice “vaciar el tarro” significa ensuciar, arrojar “verbalmente” materia
fecal al otro. Todo un simbolismo que tiene que ver con los orificios del
cuerpo humano. Lo anal se relaciona con la rabia, de allí la expresión “cagarse
en los demás”. El afecto se relaciona con la comida y con la boca. Por ello, la
anorexia es un conflicto con la madre-nutriente. Cada orificio tiene un
significado relacionado con el comportamiento humano. Insultar entonces, es una
manera de enlodar al otro. Pero también es importante destacar que el insulto
es un “obsequio” que solo cumple su cometido si se lo recibe. Si no llega, no
hay manera de insultar.
¿Qué necesito para que me insulten? Recibir la grosería. El título
de un libro escrito por J. Mario Valencia, con ayuda de psicólogas, “Insúltame si
puedes”, sirve de partida para hablar de
los insultos y agresiones verbales, a raíz claro de la grosería de la señora a
Juan Manuel Santos. “Insúltame si
puedes” es la radiografía mas precisa de que los insultos solo llegan si se los
recibe. Es decir, si te das por aludido, si te “engarzas” en la rabia del otro.
De lo contrario el que insulta se queda
con el insulto en su boca, “escupe para arriba” y toda la babaza que deseaba
echar se le devuelve.
Es paradójico porque la cultura motiva para que “responda”, “no se
deje”, sin entender que el verdadero poder personal está precisamente en no
responder. Se necesita “entrenamiento” pero se logra. Y produce una inmensa
satisfacción estar blindado contra los insultos que le producen mas rabia a
quien está disparando y no logra su cometido. En definitiva somos libres de
recibirlos. En el video la mujer no logra su propósito porque Santos no se los
recibe. Ni se inmuta. No la mira. No existe para él, entonces la mujer se queda
“untada” de su propia inmundicia. El video fue promovido por el Centro
Democrático para “golpear” a Santos y justificar el hecho. Pero otra vez, un
representante de este grupo, Carlos Holmes Trujillo reclama por el insulto de Maduro
a Duque. Claro, apoyamos esta molestia contra el Presidente del país, pero eso
no justifica fomentar otros insultos a otras personalidades. Para ser
coherentes, no pueden existir insultos justificados y no justificados, en
especial pedaleados por el mismo “promotor”. La coherencia es vital… y
definitivamente el Centro Democrático no la conoce ni por el forro.
Discrepar con argumentos es diferente a insultar. A través de
redes y de opiniones, la gente se aficionó a empajar como una manera de refutar
ideas. El anonimato fomenta esta actitud que solo retrata a quien la practica.
Me imagino que muchos de los que lo hacen,
pueden ser padres o madres de familia que critican las violencias,
feminicidios, violaciones sexuales, sin captar que estas actitudes son
entrenamientos hogareños para que sus niños o adolescentes, (ahora o mas tarde),
no sólo vomiten agresiones sino también
no duden en actuar su rabia matando, violando o lastimando. Todo tiene que ver
con todo. Ese “inocuo” insulto conecta con toda una red de emociones
desbordadas que pueden terminar asesinando. Insúltame si puedes dice mas del
que lo lanza y quien lo creyera, puede que nunca llegue a ninguna parte. ¿Se
justifica?
Gloria H. @Revolturas

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