Los silencios no son inocentes. Los silencios tienen lenguaje a
veces excesivamente ruidoso, a veces atronador. Son una manera de transmitir sentimientos
y emociones de forma mucho mas contundente que las palabras. En un silencio caben
todas las interpretaciones posibles. Y quienes lo usan como arma de desprecio o
descalificación, son verdaderamente conscientes de su fuerza y su poderío. El
silencio es una manera de invisibilizar al otro. Son formas de descalificación
donde lo que se quiere decir es algo semejante “no oigo, porque usted no
existe”.
Y si me ofendió que el Arzobispo de Cali patrocinara que en plena
Catedral de Cali, dentro del pesebre de
Navidad se colocaran letreros con un texto que decía “Si Jesús fuera
antioqueño”, me ha ofendido mas su silencio ante la columna donde le solicitaba
una explicación por su actitud. Sí, puede jugar a que “nadie la lee”, “no le
paro bolas”, “evito la polémica”, “dentro de unos días nadie se acuerda”, “deje
así” y tantas otras mañas que tienen los políticos (cualquiera que sea su
escenario) para pasar de agache. Pero no, Monseñor, yo necesito una explicación
de por qué usted despreció de tal manera la autoestima vallecaucana. Por qué su
actitud frente a nuestra sociedad. Y entonces, ahora sí, por sus actitudes ante
los cuestionamientos, vamos sumando… Una situación difícil la tiene cualquiera.
Pero ahora son demasiados “asuntos” pendientes (no aclarados) los que rondan la
diócesis de Cali y la actitud de la curia definitivamente no colabora en el
manejo de las relaciones. No se persigue a Monseñor, no, Cali, no tiene (pareciera,
hasta ahora) nada contra él, pero es obvio que “no se ayuda”. Sus actitudes
verdaderamente hostiles o despreciativas hacia la ciudadanía, hacen que se lo
sienta lejano (¿en Antioquia?). Por todo
lado surgen opiniones serias, escritos y palabras contundentes, pero Monseñor
“juega” a que estamos equivocados. A que se lo persigue. A que lo estamos
“sacando” de la ciudad. Pero, no se cómo se puedan interpretar los letreros de
Monseñor en el Pesebre de la Catedral. ¿La sociedad vallecaucana lo está
“sacando” o él se está yendo, o nunca fue uno de los nuestros y ni siquiera vibró
por la vallecaucanidad? Si no es Monseñor, (porque no se ”rebaja” para darle
explicaciones a una señora deslenguada) entonces que alguien me dé la
explicación “científica” de la conducta de la curia de Cali sobre los letreros
del pesebre donde se añoraba un Jesús antioqueño. En Cali. No quiero imaginarme
que hubiera pasado si en la Catedral de Medellín, un arzobispo de origen caleño
coloca a lo largo del recorrido hacia el altar varios letreros expresando “Si
Jesús fuera vallecaucano”. Ni me lo imagino.
¿Son los hechos o es el talante de Monseñor Monsalve? Es posible
que ante la gravedad de lo que vive la curia, este reclamo sea una pendejada.
Los líos internos en el manejo de la Catedral, los dineros “mal invertidos”, la
defensa de sacerdotes condenados, todo suma. Pero en definitiva lo mas grave es
la NO claridad que ronda la Curia. Considero que como sociedad vallecaucana
tenemos derecho a una explicación y ojalá que como comunidad nos uniéramos para
exigir respuestas. Porque como lo dijo Monseñor aquí en el Valle es mejor ser
antioqueño. ¿Será que sí? ¿Le preguntas Aura Lucía?
Gloria H. @Revolturas

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