jueves, 30 de noviembre de 2017

miércoles, 29 de noviembre de 2017

martes, 28 de noviembre de 2017

El poder masculino


Sí, puede que usted todavía lo dude. Puede creer que son “viejas exageradas”. Y su reflexión sea “ahora les dio a todas por decir lo mismo”. Puede que crea que el mundo se feminizó y todos los hombres se convirtieron en potenciales abusadores. Puede estar pensando que señalar hombres se convirtió en una pandemia, algo así como un virus contagioso y ahora todas las mujeres “si” recuerdan lo que los hombres que rodearon sus vidas les hicieron alguna vez. ¿Qué coincidencia? Todas a la vez. Sin embargo, déjeme decirle que es tan arraigado el concepto del “derecho” de un hombre, un padre, un hermano, un hijo, (hombres todos), sobre el cuerpo, el dinero, las ideas, los horarios de las mujeres, que lo mas delicado es la sorpresa por el descubrimiento. Era tan natural el sometimiento que ver lo contrario es sorprendente. Pasó en las narices de todos y “nadie” vio o se dio cuenta o registró. Pasó (y sigue pasando en todos los lugares) pero nadie lo captó. ¿Por qué?

Es el poder masculino, el poder de quien detenta los instrumentos para someter a otros. Son abismales sus secuelas y sus consecuencias. Sucede con la mujer, con los niños, con los animales. El sábado se celebró el “día de la no violencia contra la mujer”, donde lo que se busca es crear conciencia para no ver como natural conductas patológicas y humillantes pero es mas fácil derrumbar un edificio que cambiar creencias. Es tan natural generar violencia a nombre del patriarcado que en estos días, dos profesoras de Psicología de una universidad caleña, decidieron favorecer a un papá perturbado emocionalmente, por encima de la situación concreta y asfixiante que vivía su hijo. Dos profesoras de Psicología, en una actitud totalmente patriarcal. Pudieron mas el orgullo y ego del hombre que el dolor y derecho del niño. No importa: es el poder masculino por encima del sentir del hijo. “Por qué nadie me cree, ni Bienestar, ni los jueces de que digo la verdad, que no soporto a mi papá, que me desespera, que me llama todo el día, que me persigue, que se me aparece, que no me quiero ir con él”. Un poder asfixiante que somete, que considera que las mujeres, los niños y los animales, son instrumentos al servicio del patriarcado. Sí, la mujer también puede ser machista, en especial cuando desea ganarse el beneplácito masculino y allí sí, no importa lo que se lleve por delante.

Es visceral, está cosido a las entrañas y como tumor no es fácil de erradicar. Hace metástasis en el cuerpo comunitario. Los jueces son un cuello de botella. Un gran número de ellos no tienen sensibilidad para entender que hay que propiciar equilibrio y no un sometimiento donde “bajar la cabeza” no pueda ser la conducta a seguir. Existen multitud de casos en este momento, a pesar de las campañas, de los buenos deseos.  La información es tal vez el único instrumento para modificar las creencias. Sin embargo el miedo a perder el poder se convierte en el mayor enemigo. No hay que olvidar que el poder mas fuerte de la condición humana, por encima del dinero, del sexo, o de la droga, es el poder. Poder para poder. Poder para humillar. Poder para someter. Los casos se multiplican y pareciera que estemos arando en el desierto.  No hay que perder la esperanza: cada caso que devuelve la dignidad, vale la pena.     ¡Intentémoslo!


Gloria H. @Revolturas

lunes, 27 de noviembre de 2017

viernes, 24 de noviembre de 2017

jueves, 23 de noviembre de 2017

miércoles, 22 de noviembre de 2017

martes, 21 de noviembre de 2017

¿Usted necesita psicólogo?


La celebración del día del psicólogo, 20 de Noviembre, justifica la pregunta. Pero no, no se asuste. No le estoy diciendo que está loco, (es el sentir popular) sólo le estoy preguntando si se ha planteado la posibilidad de sentarse frente a un profesional donde usted pueda “desnudar su alma” sin ser juzgado. Donde pueda ser escuchado, pero tal vez, lo mas importante “escucharse a usted mismo” y caer en cuenta de aspectos de su vida que de pronto ha vivido en automático. Un lunes se conecta con el otro lunes y pareciera que el tiempo pasó en un segundo y “ni se dió cuenta” que fue lo que vivió. La rapidez del mundo actual, los cambios diarios que no dan espera, las nuevísimas formas de relaciones de pareja, la crianza de los hijos… a todo hay que dar respuesta y siente que no tiene las herramientas para poder enfrentar diversas situaciones. Lo que mas escucho en mi consultorio es la repetida expresión “si lo hubiera sabido antes…”. Sí, porque para eso está un psicólogo. Nunca para resolver la existencia, nunca para dar consejos. El psicólogo es la persona encargada de acompañarlo en el proceso de revisión de su vida, para señalar dónde está la dificultad que le impide tener un presente tranquilo.

Pueden ser causas ancestrales, construidas a través de la historia familiar, impactos de la vida presente, situaciones trágicas, momentos inesperados, problemas funcionales, las dificilísimas pérdidas (del trabajo, de un afecto, de una ilusión), hay tanto por revisar. Casi diría que es imposible “sobrevivir” sin la asistencia de la Psicología. Empezando porque sentarse frente a alguien ya es un acto de humildad, un acto que retrata lo humano de la naturaleza: “necesito ayuda” y eso de entrada ya es un comienzo positivo.

¿Cuál es el sentido de la Psicología?  En la interpretación del comportamiento, muchas veces hay que decir palabras fuertes, contundentes ante situaciones que se viven y enferman precisamente “porque no se las ve”. No se va a Psicología para que el psicólogo “preste el hombro” y llorar con él. El comportamiento humano merece revisión e informaciones claras que permitan salir de la dificultad.  Pero ojo, una cosa es una explicación profesional y otra una “opinión” sobre comportamientos. Impresiona la “igualada” donde todos creen saber porque lo psicológico impregna la vida cotidiana y es tan “simple” hablar de ello.  En los Medios abundan los opinadores que “dan cátedra”, no temen igualarse con el criterio profesional y argumentar  olímpicamente “no estoy de acuerdo”, como si fuera razón para cuestionar la teoría. Hace unos días la W hizo un cuestionamiento olímpico al tema de Constelaciones Familiares y como ellos no lo conocen, no les sirve, lo descalificaron de la manera mas prepotente. ¡Plof!

¿Qué los psicólogos tenemos problemas? Claro. Pero la formación ética y profesional que incluye haberse sentado “al otro lado del escritorio” para revisar la propia vida, permite acercarse al paciente desde una perspectiva equilibrada. Y mas que con la teoría (está en los libros) la terapia se realiza con la integridad del profesional que asiste en la terapia. La transferencia es un elemento vital del trabajo terapéutico y aun cuando el pasado no se puede cambiar sí puede aprender a “mirarse” de otra manera. ¡Qué rico ser psicólogo!


Gloria H. @Revolturas

lunes, 20 de noviembre de 2017

viernes, 17 de noviembre de 2017

jueves, 16 de noviembre de 2017

miércoles, 15 de noviembre de 2017

martes, 14 de noviembre de 2017

De Mocoa a Corinto…


El destino (la suerte, Dios, como quiera llamarlo) tiene unas jugadas que “válgame Dios”, sin ninguna clase de explicación. O contrario a las palabras de Einstein, momentos en que pareciera que “Dios si juega a los dados con el universo”. ¿De qué otra forma justificarlo? ¿Cómo explicar (o entender) que una familia en Mocoa, enfrente la avalancha, sobreviva, decida salir del pueblo de su desgracia para desplazarse a Corinto, donde –vuelve y juega- encare otro conflicto semejante? ¿Qué razón lógica podría explicarlo? ¿Azar, coincidencia, sincronicidad? Sin embargo los adelantos científicos prueban que las coincidencias no existen porque estamos escogiendo futuro de nuestro presente. El libre albedrío, la física cuántica, el desdoblamiento del tiempo, dan respuestas diferentes y dinamitan el concepto de coincidencias. Allá cada quien con su teoría… A lo que vamos ¿por qué suceden hechos como estos?

El humor negro  gritaría a voz en cuello “avisen pa´donde van, para saber los demás pa´donde nos movemos”. Porque aun cuando no es chiste, es tan absurda la situación que el humor pareciera ser la única herramienta disponible para digerir el asunto.  ¡Hay historias! La de una pareja sobreviviente de un accidente de avión de Air France en el Atlántico, que se desplazaba de Brasil hacia Europa, pero días después tuvieron otro accidente de automóvil en Italia y allí si murieron. O están los relatos de personas que huyeron de Colombia evitando un secuestro y fueron extorsionadas en Miami. Como si aquello que tenemos que vivir, como prueba de aprendizaje, o lo vivimos o lo vivimos. No podemos escapar de lo que hay que aprender. De lo que nos corresponde en el árbol genealógico. O de nuestras lealtades con nuestros ancestros. O de los pendientes del alma familiar. ¿Qué explicación puede darse?

¿El destino es una trampa? Desde la Psicogenealogía se dice que los pendientes del alma familiar siempre se cobran. Y como hay una deuda alguno de los miembros de la familia “asume” saldar la cuenta. ¿Por qué él o ella y no otro? Son las llamadas lealtades que pueden darse por repetición de nombre (Juan abuelo, Juan hijo, Juan nieto), cercanía con fecha de nacimiento o muerte, gemelo no nacido, en fin… Es posible que un nieto, un sobrino (hasta vivenciar un fractal), puedan ser las explicaciones de repeticiones a estos acontecimientos. Estamos conectados mucho mas  de lo que  desearíamos o quisiéramos aceptar. Pero ¿ hay solución?

Si, puedo asumir no “cargar” la historia familiar y sus pendientes en la medida en que  tome conciencia de ella. Pero debo conocer esa historia, no para juzgar o condenar, sino como proceso de aceptación. Los secretos, los abortos, los suicidios, las quiebras, robos, asesinatos, los excluídos, las venganzas, todo queda allí, en esa gran nube inconsciente y alguno en la  familia asumirá el papel reparador. Puedo “zafarme” siempre y cuando caiga en cuenta del contexto (soy parte del alma familiar, lo quiera o no) asuma el compromiso y responsabilidad con los ancestros, honre su historia (hicieron lo mejor que creyeron) pero “suelte” sus vidas para asumir la mía propia. Es un ejercicio que desde la Psicología puede trabajarse y solucionarse. ¿Por qué la avalancha “persigue” a esta familia? Interesante investigación…


Gloria H. @revolturas

viernes, 10 de noviembre de 2017

jueves, 9 de noviembre de 2017

martes, 7 de noviembre de 2017

Rafael Uribe Noguera paciente


El crimen de Yuliana Samboni, causado por Rafael Uribe Noguera, genera diversas miradas. La mas fácil, lógica e inmediatista, llenarse de indignación, repudiar al criminal y al estilo Trump, pedir pena de muerte para el asesino. Es la forma como la sociedad busca cobrar (y ¿reparar?) el hecho. Podría ser también un intento por lavarse las manos y expiar una posible responsabilidad social. No es la única arista.  Está la familia de la niña, su dolor, su angustia, su indignación. El perder a su hija y mas aún la manera en que fue asesinada. No hay compensación para su sufrimiento. Papá y mamá, impotentes, doblegados por el hecho, sin tener alguna forma de explicación que mitigue la pérdida de su pequeña. 

Están la Justicia, los jueces, la interpretación del hecho. Entiendo de acuerdo a las declaraciones del último fallo, que existen errores individuales que se asumen como ejemplos para la sociedad. Un individuo y su falta son ejemplarizantes para el núcleo social. De allí que a Rafael Uribe se le hayan extendido tanto la pena de  52 a 58 años como la multa, hasta el punto de no tener con que pagarla. Cobro con todo el peso de la ley. Me pregunto si a un individuo condenado a mas de 50 años de prisión le “afecta” que no sean 52 sino 58… es una manera punitiva, pero no reparadora de sanar problemas. Como cuando a un niño se le impone un castigo tan excesivo y prolongado que al final “se acostumbra” y ni se acuerda  por qué se lo “ganó”.

La otra arista fundamental, la familia del agresor. Desde la mirada psicológica me pregunto qué clase de familiares, (padres, hermanos, hijos) cuando se encuentran con un hecho tan impactante y sorpresivo, lo primero que  hacen es tomar el teléfono y llamar a la policía. ¿Qué clase de seres actuarían de esa manera? Si claro, los ideales… En un acontecimiento tan pero tan aterrador e increíble, lo que inicialmente se  intenta hacer es asimilar, digerir, “entender” qué sucedió. Estos “seres ideales” que llaman ipso facto a la policía no parecen existir. Lo que no significa complicidad sino tiempo para digerir los hechos… La sociedad espera comportamientos ideales para seres normales y allí radica una contradicción abismal. No se aceptan las fallas, los errores…la enfermedad. Es mas fácil hablar de seres malos que aceptar que existen patologías que motivan a esos comportamientos. El sufrimiento de la familia del agresor es tan fuerte y desgarrador como la de la niña. Ambas se encontraron con situaciones inesperadas, ambas sufren por sus propios hijos.

Si usted como Psicólogo recibe a un paciente como Rafael Uribe lo juzga como malo o lo trata como a un individuo enfermo. ¿Como profesional de la salud mental cree que existe la maldad o lo que hay son seres humanos “atrapados” en historias personales, genéticas y sociales, de las cuales no es fácil “liberarse”? ¿Cómo lograr el equilibrio? ¿cómo lograr una mirada donde todas las aristas sean consideradas para construir futuro mas sanador? En términos espirituales ¿cómo se explica el comportamiento de Uribe Noguera? Si se lo pregunta a un pastor o moralista obtendrá una respuesta condenatoria. Pero si se le pregunta a una mente espiritual se sorprenderá de su explicación. Existen, entonces, varias miradas que deben articularse para definitivamente sanar sociedades.
Gloria H. @Revolturas



viernes, 3 de noviembre de 2017

jueves, 2 de noviembre de 2017

miércoles, 1 de noviembre de 2017