La suerte me dio la oportunidad de estar mañana en Barcelona,
participando de un curso increíble sobre “el desdoblamiento del tiempo” concepto
antiquísimo que vuelve a actualizar el físico Jean Pierre Garnier. Ser
conscientes de que construimos futuro
con la sola energía del pensamiento es impactante. Los antiguos lo sabían pero la mente
racional y el querer demostrarlo todo nos han marginado de conocimientos y
herramientas utilísimas que bien vale la pena desempolvar. Y ¡practicar! Ya les
contaré porque este ciclo es el 2 módulo de tres sobre el tema de “el doble” y
el desdoblamiento del tiempo. Garnier físico francés, reconocido por la Ciencia
en su teoría de fluidos, “descubre” el tema del “doble”, lo actualiza y lo
propaga para asegurar mejores condiciones de vida. Sobre todo, calibrar el
poder del pensamiento y medir todo su potencial. El pensamiento es onda y
energía, construye futuro y está en las manos de cada quien saberlo utilizar.
Pero ¿cómo es volver a una Barcelona revolcada por sus cambios
políticos? En menos de 3 meses, esta ciudad ha vivido impactos fuertes que no
se quedan tan solo adheridos a las fachadas de los edificios o “rodando” por
sus calles. Impactos como lo de Las Ramblas y ahora la supuesta independencia,
“tocan” la condición humana y claro, afectan las relaciones entre unos y otros.
El ambiente de una ciudad lo hacen sus gentes, su forma de respirar, de pensar,
su manera de crear sueños o desilusionarse de su entorno. Barcelona siempre ha
sido encantadora y ahora convulsionada por la energía que la ronda, debe ser
una ciudad diferente. Eso no significa que haya perdido encanto, pero si es una
comunidad donde la fractura se debe respirar en cada rincón. La división genera
prevención y de allí viene el miedo. Los diferentes pueden sentirse como
peligrosos y entonces…
Lo que si es claro es que en cualquier parte del mundo, los
políticos son iguales. Ofrecen mentiras y claro, no pueden sostenerlas. ¿Cómo
hacerlo? Su esencia es el cinismo, el descaro, la indiferencia, el no
“importaculismo”. Pareciera que juegan con la gente, como si la creyeran con
discapacidad mental. El “si pero no” de Carlos Puigdemont definitivamente
es vergonzoso. No quiere quedar mal con nadie pero se asustó con las
consecuencias, imagino que la económica de primera. Mas de 100 empresas que ya
retiraron su sede principal de Barcelona, evitando el posible colapso de verse
obligadas a salir de la Unión Europea. Al igual que con el brexit, no se miden
efectos y los dirigentes “matan el tigre y se asustan con el cuero”. Afortunadamente para muchos, la supuesta
independencia quedó en veremos y ahora, aun cuando parezca que recular es humillante, mas vale
corregir antes de definir.
A esta
Barcelona convulsionada se llega esperando que el proceso actual no quiebre su
encanto y no dañe el talante alegre y despreocupado de sus gentes. Algún
psicoanalista podría hasta explicar los hechos con una supuesta rivalidad entre
ciudades hermanas. Ambas, Madrid y Barcelona, reclaman el mismo puesto y el
mismo poder. Ser segunda sintiéndose capaz de ser primera no es fácil de
asimilar. Envalentonar comunidades detrás de espejismos es muy fácil pero
aterrizarlos a la realidad si que es complejo.
Allí está Barcelona a la expectativa de su futuro.
Gloria H.
@revolturas

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