Todavía sigo esperando la respuesta. En agosto 3 del 2015, escribí
el primer capítulo de esta columna y aún estoy aguardando que se me explique
por qué Dilian es mala. Que aquellos que tenían la certeza de lo nefasta que sería
ella como Gobernadora del Valle, sustenten su criterio. Porque lo que es obvio
es que rumores, consejas, enemigos políticos, distorsionan una realidad y generan
climas de inestabilidad y desconfianza. Atacando con rabia, desde una supuesta
indignación por lo que nos podía suceder, se quería empañar y enlodar una
opción positiva para la región. En ese momento, en vísperas de elecciones del
2015, Dilian era lo peor que le podía pasar a nuestro departamento. Han pasado
2 años.
Hoy, los resultados están a la vista. Basta observar la cohesión
que vivimos como departamento. ¿Que falta mucho por hacer? Claro, no es
perfecta, tiene muchísimas falencias como ser humano que es, pero lo que sí es
obvio es que es una máquina de trabajo y le devolvió al Valle dos elementos
fundamentales: orgullo de región, autoestima colectiva y unión en torno a
objetivos comunes. El Valle hoy tiene quien lo dirija, tiene capitana a bordo y
la certeza de que existe una mujer que le pone la cara a las situaciones.
Dilian no evade, no se “arruga”, enfrenta. La sensación es de que una mujer,
una dirigente, es autoridad, es guía y conoce lo que quiere para su
departamento.
Llama la atención en especial, la actitud de consensos que genera
la actual administración. Pareciera
como si la gobernadora siempre intentara sumar, ella no resta. Une, aglutina,
junta, acopla, tiene en cuenta todas las posiciones. ¿Con quien ha peleado
Dilian? ¿Qué bronca ha armado? ¿A quien ha ofendido o descalificado, así no
esté de acuerdo con la otra posición? Su espíritu es tranquilo pero directo. No
es una mujer que se deja mangonear pero se la percibe respetuosa de las
diferencias. Hay momentos en que da la sensación de que los problemas no la
atemorizan, como si tuviera la certeza de que ese es su oficio, manejar
problemas, no asustarse por ellos y buscarles una solución.
La dignidad vallecaucana debe destacarse, debemos sentirnos orgullosos
de nuestra creatividad. Y junto con la marca “el Valle del Cauca vive al ritmo
del Pacífico” que genera tanta cohesión, hay que reconocer los
antecedentes del programa nacional “Ser pilo paga” de la Ministra Parody. Aun
que no sea fácil aceptarlo, la “paternidad” de la idea de favorecer a los
mejores estudiantes que no podrían pagar su Universidad, es vallecaucana porque en el gobierno de
Alvarez Gardeazábal, el Valle lideró un exitosísimo programa “Mazos” donde se
escogieron los mejores bachilleres de todo el departamento. Estos bachilleres
todavía le siguen dando satisfacciones al departamento en varios lugares del
mundo. Dilian Francisca revivió el programa con el nombre “Los mas porras del
Valle”, escogiendo a 130 estudiantes de los 42 municipios vallecaucanos que
deseen ingresar a la U y no puedan costear sus carreras. Estudiantes porras,
los mejores. Queda por hacer pero generar confianza, aunar esfuerzos, asumir
retos comunes, crear sentido de pertenencia mientras nos invade el orgullo vallecaucano
al ritmo del Pacífico esperando con optimismo el futuro, es un muy buen
balance. ¿Quieren mas? que les piquen
caña…
Gloria H. @Revolturas

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