Si usted es chileno, tiene una hija “casadera” y le presenta su
novio colombiano, la primera sensación que seguramente le brota de su corazón es
“peligro”. ¿Qué le podría hacer ese hombre a mi hija? En una dificultad ¿hasta
dónde llegaría? Porque el impacto por la forma como el muchacho de Andalucía Valle
Colombia mató a su novia forma ya parte del imaginario colectivo chileno y
asociar hombre colombiano con depravado es instantáneo. Nada ni nadie justifica
la muerte de un ser humano y mucho menos dizque a nombre del amor como es el
argumento para explicar la muerte de una mujer por su pareja. Pero la manera como
la mató es un plus de violencia que no es fácil de asimilar.
Las casas de pique, descuartizar seres humanos y en otros lugares,
“gozar” tirando gente viva de los aviones, pagar salarios por violar mujeres,
cortar cabezas como espectáculo de redes sociales, encerrar seres humanos en
mazmorras, muestran una condición humana que nos iguala con un instinto animal
totalmente depredador. En cualquier lugar del mundo surgen individuos que
asombran por su crueldad. ¿Cómo explicarlo? Desde una mirada biológica, de
sobrevivencia, propia de la naturaleza se impone la ley del mas fuerte como
forma de existir. La sobrevivencia, impulso primario por excelencia, lleva a
“usar” lo que está alrededor para no dejarse morir. Lo externo aparece entonces
como oportunidades para salir adelante, para sobrevivir. La realidad no existe,
solo está la necesidad, como si se viviera en un mundo totalmente autista. Sin
medir cómo o a quién se lastima. Comportamientos como el de este muchacho lo
“igualan” con lo instintivo, con lo animal, con los niveles mas primarios de conciencia.
¿Qué pasa por la mente de un asesino de esta magnitud? Hice la pregunta mal. No
hay mente, no hay conciencia. Sólo impulso “puro”, emoción primaria. Necesidad
de sobrevivencia donde está amenazado, puede perder porque “le quitan” parte de
su yo (la otra persona) y el peligro es eminente. ¿Niveles inferiores de
conciencia, enfermedad mental, comportamiento puramente instintivo?
No somos solo Biología y aun cuando estamos determinados por lo
biológico, allí no nos agotamos. Decía Theilard de Chardin que estamos a mitad
de camino entre las bestias y los dioses. Lo que marca la diferencia es la
conciencia, el caer en cuenta de que somos dueños de nuestro actuar cuando
logramos superar lo puramente instintivo. De acuerdo al desarrollo de la conciencia, que
no depende de la biología, la evolución nos hace mas conscientes, mas humanos,
menos irracionales. Porque la conciencia marca la diferencia con lo instintivo.
La epigenética (por encima de la genética) muestra cómo la conciencia es mas
poderosa que los genes. Somos amos de nuestros genes, no simples victimas. La “nueva”
biología está basada en el hecho de que la percepción controla el comportamiento
y la actividad del gen, como quien dice que no estamos determinados sólo por lo
biológico.
Es difícil
aceptar los niveles de crueldad y violencia que infringe un ser sin conciencia,
desde lo instintivo. ¿Maldad, enfermedad, niveles primarios de evolución? Difícil
respuesta. No somos iguales, ni estamos
en el mismo nivel de conciencia. El contraste que tanto golpea,
paradójicamente, es lo que nos permite aprender. ¡Y para eso nacimos!

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