Me impacto la foto que reprodujo en primera página este diario a
raíz de los atentados de Bélgica. Una mujer herida, aterrorizada, impotente,
con su cara de desconcierto y angustia
mientras el reportero “registra” su dolor para realizar (supongo) una
gráfica de concurso. O, (mermémosle a la interpretación) para hacer una buena
toma de la realidad porque “ese” es su trabajo: fotografiar acontecimientos
cualesquiera que sean y donde sean. A su vez los Medios también transmitieron
el video de un hombre tirado en el piso, sangrando, impotente, mientras que la
cámara capta “en toda su dimensión” su dolor y la sangre que corre por su
cuerpo. El reportero filma y el hombre continúa en el piso desangrándose.
“Gracias” a esos registros (¿cínicos? ¿fríos? ¿indiferentes?) el mundo pudo
captar (¡) la dimensión de lo sucedido. ¿Será que sí?
Y es allí, en situaciones como estas donde vale la pena preguntarse (otra vez) cuál es el papel de
los Medios en momentos de angustia y sufrimiento. Porqué pareciera que a los
periodistas nos interesara mas “nuestra profesión” que el dolor humano. Que
fuera mas importante registrar que colaborar. No, no se requiere ser voluntario
de la Cruz Roja pero ante una situación de emergencia, ¿primero va la cámara
para registrar los hechos antes de contribuir a aliviar (de alguna manera) el
momento de angustia de los dolientes? Igual sucedió con la foto del niño
inmigrante ahogado al borde del mar. Para un buen(¡) periodista ¿es mas valioso
captar el momento “para la historia” que ser humano, solidario y ayudar? ¿Qué
es mas importante la vida o la profesión?
La necesidad de ser protagónicos (individual o colectivamente como
Medios) nos está llevando a confundir prioridades. Pero no sólo le sucede a los
comunicadores. Con ese afán de registrarlo todo, aún en redes sociales, se ven
casos espeluznantes donde lo prioritario es registrar, antes de corregir,
evitar, mediar o colaborar. Se va a caer, hay dolor, hay maltrato pero ¡no
importa¡ El registro fotográfico de lo que va a suceder es mas importante que
evitarlo y “perderse” el momento chistoso o impactante para recibir cuantos “me
gusta” y ser el “autor” de lo mas visto.
Pareciera que casi estuviéramos deseando la tragedia para ser registrada e
inmortalizarnos. Lo importante es que “yo pueda estar allí” para registrarlo y
no que “ojalá” nunca sucediera. Una obra de teatro se titula “Seis personajes
en busca de autor”. Parodiando su título ¿cuántos periodistas “anhelan una
tragedia” en busca del registro oportuno? “Ojalá yo esté allí” podría ser la
motivación de algunos comunicadores.
Y como se dice tantas veces, los terroristas cualquiera que sea su
nombre de pila, necesitan dos elementos básicos para lograr la totalidad de su
objetivo. Que se publique en “todos los medios” posibles y que cause miedo. Que
cada ciudadano de este planeta “resuene” con angustia. Entonces, habrán ganado
porque el pánico genera campos mórficos que paralizan. La resonancia en el
miedo es vital para el terrorismo. De allí que sea básico no quedarse pegado de
ese momento y “construir” otros estados emocionales. Es como una guerra de
energías, terrorismo vs solidaridad. Lo podemos lograr si nos proponemos. Y si
los Medios ayudamos. ¿Primero la profesión que la vida?
Gloria H.

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