Me escoge a mí, mujer, entre cientos de
cuestionamientos, denuncias y críticas
que le han hecho otros tantos columnistas y medios de comunicación, para
“cobrar” su rabia y confrontar su molestia. Con ninguno otro se “mide”. Solo
conmigo, que soy mujer y a la que considera puede aplastar o dominar
porque lo femenino suele presentarse
ante el mundo patriarcal como débil, frágil, asustadizo. Y no es que desee que
lo haga con alguien más, no. Existe sin embargo una explicación más profunda
para interpretar el por qué de la rabia y persecución de Ospina, exalcalde de Cali, contra mí, mujer. Otros le han dicho lo mismo
pero sólo me escoge a mí, mujer...
Las Constelaciones Familiares son una técnica
psicológica, basada en la teoría de campos mórficos de Rupert Shdrake, y
constituídas por Bert Hellinger. Explica cómo los guardados o pendientes del
alma familiar, siempre, siempre, necesitan compensación. En cualquier parte del
planeta, los hijos de las guerras, pueden constituirse en hijos de la rabia,
que en actos de amor simbólicos con sus ancestros, intentarán “compensar” lo
que está por sanarse. “Los que vienen después, así parece, tienen que recuperar
a los “fantasmas” ocultos para que suceda algo que les dé otra vez un lugar en
el corazón de los sobrevivientes y sus descendientes y se les conceda de manera
definitiva el alivio por su desgracia y la paz de la muerte” Schneider, Jakob
Robert “Constelar familias”, ed. Herder, pag 84).
Jorge Iván Ospina, como el expresidente Uribe,
es hijo de la guerra, por lo tanto hijos de la rabia, con pendientes familiares
y en ambos casos con historias parecidas puesto que ambos se construyeron en
huérfanos de la guerra: sus papas fueron asesinados “en batalla”. A uno lo mató
la guerrilla en un intento de secuestro y el otro, murió escondido, en el
interior de una casa huyendo de la
persecución del ejército. Heridas de guerra para dos niños o muchachos que
crecieron con el estigma de la venganza, de la rabia, de la retaliación. Cada
uno en su bando, pero hijos de la guerra. Y la guerra es patriarcal, machista,
deja heridas profundas donde las mujeres son un botín fácil para ufanarse de
poder. ¡La mujer es botín de guerra! Ospina se presume inocente de lo que se le
acusa, pero es dueño de su rabia contra mí, por ser mujer. Uribe, por el
contrario, las utiliza y se “adorna” con las mujeres de su lista.
Anne
Ancelin Schutzenberguer, psicoanalista, escribió un libro “Ay mis ancestros” donde muestra cómo hoy,
todavía, en Europa, las secuelas de las heridas de guerra tienen vigencia en
los comportamientos. “Cómo me duelen mis antepasados” es otro libro
de teoría transgeneracional donde se prueba cómo los pendientes familiares se
“arrastran” mientras no se pongan en paz. Los hijos de la guerra son personas
cuyas vidas tienen sello de retaliación y buscan inconscientemente que alguien
“reciba” su rabia para descargarla.
La mujer es “necesaria” en la guerra porque es
el lugar donde el hombre “siempre” gana, donde se cree poderoso. Con una mujer “garantiza”
triunfo. Así se los enseña el mundo
patriarcal. Uribe vive cobrando su pendiente. Ospina lo muestra con su actual
“cobro”. Sus contendores no son hombres. Iluso, en twiter (proyectando lo que
guarda) interpreta que mi escrito está “…lleno de odio”. Espera acaso que de
acuerdo a su actuar como Alcalde ¿lo quiera, lo admire? ¿Así de perdido está?
La justicia debe conocer temas que explican el
comportamiento. Una venganza inconsciente no justifica prohibir opiniones que no concuerdan con nuestro criterio. Y más
cuando la motivación puede ser un pendiente familiar por saldar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario