Y ahora, el día del maestro con la necesidad urgente de revisar la
educación. Se que para una gran parte de la sociedad la economía es lo
prioritario pero si no se revisa cuál es el sentido de la educación, nuestros
hijos y nietos se verán abocados a mas de una pandemia como esta y lo que
quisiéramos es que no los cogiera con la misma impotencia que nos tocó vivirla
ahora. Porque el mundo cambió y no se puede seguir añorando el pasado. En una
extraordinaria entrevista el Ministro de Educación de Francia habló de un antes
y un después y cómo no se puede volver al materialismo e individualismo
actuales. Pero este cambio de mentalidad pasa por la educación. Sin modificar
las creencias no estamos haciendo nada.
La educación es integral y no solo está para transmitir
conocimientos. La asignatura obligatoria de todos, para todos los niveles, es
manejo de la frustración. ¿Qué tanto se está trabajando? ¿Cómo se transmite? ¿Cuántos
profesores han hablado al menos de incertidumbre, muerte, desempleo, equidad,
hambre, desigualdad? No importa el nivel educativo del estudiante, cada edad
tiene capacidad de asimilarlo con metáforas y ejemplos. Para los trabajos
intelectuales siempre habrá tiempo. Pero la carga emocional puede ser una bomba
con fecha de vencimiento… Esta crisis plantea muchos interrogantes sobre la
clase de ser humano que quisiéramos formar. El capitalismo y el individualismo
deben expirar para dar paso a la solidaridad y la equidad. ¿Cómo formar en
estos nuevos paradigmas? ¿Educamos para las certezas (Newton) o educamos para
la incertidumbre (Cuántica)? Esa es la próxima normalidad que es urgente
abordar desde las aulas de clase. Un muy buen ejercicio pedagógico es
observarnos (si observarnos) cuál es la reacción ante esta crisis. Es la hora
de poner en práctica “en vivo y en directo” toda “la carreta” que se les transmite
a las nuevas generaciones. ¿Usted mamá o papá quiere hijos pacientes pero
explota como polvorín ante un inconveniente? No podemos olvidar que no solo los
computadores enseñan: las actitudes de hoy son los mejores maestros de las
nuevas generaciones. Nos ven y nos copian.
Entonces, aprendemos de nuestros errores, de lo que vivimos, de
cómo actuamos y tener un recuerdo escrito de ello, ayuda para no repetir.
Cuántas veces buscamos historias de otros para aprender sobre sus vidas,
olvidando qué es la propia historia la que mas enseña. Hacer conciencia de lo
vivido es la manera mas sana de madurar. Para empezar (sencillo) escribir, la
bitácora del día a día, el libro de la propia historia es un extraordinario
manual de crecimiento. Tiene el estigma de diario de quinceañera, pero es
absolutamente terapéutico como herramienta de auto conocimiento porque la
reflexión sobre el acontecer diario es lo que ayuda a madurar. Eso se llama
autoconciencia, conocerse a si mismo.
Para el día del maestro (o de la educación) debería abrirse una
convocatoria de ideas sobre lo que podría ser educar. La sociedad toda, exige
una revisión. No hay una sola respuesta
pero es obvio que llegó la hora de escuchar mas al ser integral y menos al ser
racional. Hoy, hijos de la razón estamos frente al resultado de su poder. Trump,
Bolsonaro, Hitler, Mussolini, 4 hombres “educados” que han jugado con el mundo.
¿Queremos perpetuarlo?
Gloria H.
@GloriaHRevolturas
Imagen de David Schwarzenberg en Pixabay

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