…porque es conmigo¡ La Física Cuántica tiene tres principios
básicos que si o si, estamos practicando. Incertidumbre, creatividad y
conexión. Para hablar sólo de uno de ellos, es evidente la conexión existente
en lo que se vive. La epidemia es la mas clara muestra de conectividad. Por
ello todo lo que vivas como individuo tiene repercusión, o en tu medio, o en tu
casa, o en tu trabajo o en el mundo. De allí la inmensa responsabilidad social,
que no la determina un gobierno, o un estado o una política. Es tarea de cada
quien.
Si algo destapó la epidemia fue la desigualdad. “Sabíamos” que
existía un problema social, que la injusticia caminaba por nuestras calles,
pero una cosa es saberlo como datos teóricos y otra vivirlo (o sufrirlo) en
directo. Y a la desigualdad se le suma ahora el desempleo. Entonces, ¿qué
hacer? ¿Jugamos a que todo sigue igual? ¿No existe un ápice de conciencia para
asumir un cambio de actitud? Por ello no puedo entender cómo una mujer, por
ejemplo, puede esperar que le regalan artículos de lujo, antojos (no
necesarios), u objetos, para cumplir con una obligación de festividad. ¡No
puedo entenderlo! Esto no lo puede “enseñar” un gobierno, ni puede convertirse
en una política de estado. Es un mínimo de compasión y solidaridad. No importa
que sus hijos puedan (y quieran) pero hay que mirar para los lados. Una mama, o
un papa, deben practicar y enseñar conciencia social, es decir cuidado de
todos. La desigualdad es hija del abuso y si yo tengo y puedo, no puedo comprar
“lo que se me de la gana” sin tener en cuenta lo que se vive alrededor. Hay
gente con hambre y el hambre vuelve al ser humano irracional y primario. Otra
vez, estamos conectados, no solo para lo bueno, sino también para lo negativo.
Y en esta o nos ayudamos todos o perdemos todos.
El dinero tiene que circular para que la sociedad sobreviva. Pero me impacta cómo no existe la compasión
como sentimiento que motive a un cambio de comportamiento. Las necesidades
básicas son la prioridad pero hay una desconexión con esas urgencias vitales de
tantas personas que necesitan sobrevivir. No logro asimilar la indiferencia
social preparándonos para celebrar las
fechas “clásicas” del consumismo como si no hubiera pasado nada. ¡No ha pasado
nada! porque esperamos que todo siga igual. A mi como mujer, como madre, como
ciudadana, me daría vergüenza que mis hijos me regalaran un collar, una cartera
o una blusa cuando escucho niños y mujeres que gritan frente a los edificios
“tengo hambre, por favor ayúdenos”. ¿Nadie mas los escucha?
Estamos conectados como un cuerpo integral donde si duele el
corazón no puedo caminar. Este cuerpo social está demasiado lastimado para
pretender que el consumismo de lo superficial vuelva a dominar. ¿Qué significa
la palabra madre? Madre tierra, madre naturaleza, madre patria, madre mía,
lengua materna, tantas cosas representadas por esa madre que no puede ser
indiferente frente al dolor social. Madre significa cuidado y protección. No estamos siendo
buenas madres al no cuidar y al no enseñar a cuidar. Una madre conectada con
sus hijos es capaz de quitarse el pan de su boca para alimentar a su pequeño.
No pedimos que te quedes con hambre. Esperamos que sientas que otros tienen
hambre. ¿Y desde tu corazón de madre lo percibes?

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