En el programa “Oye Cali” ante la satisfacción que sentíamos por
el reconocimiento a Catherine Ibargüen, se llamó a Ramiro Varela, presidente de
la Asociación de Atletismo para escuchar su testimonio de orgullo colombiano.
En un principio fue agradable la comunicación, hasta se conversó sobre el
incidente de la maleta perdida de la deportista y la “generosidad” del Comité
Olímpico de proveer los necesario para su presentación. Todo bien. Pero resulta
que antes de colgar, el señor Varela se le ocurrió decir que condenaba, (si leyó
bien, condenaba) la elección de Cali como Capital Deportiva de América para el año
2019, título o premio otorgado por Aces Europa,
organización que fomenta el desarrollo del deporte a nivel mundial, Los
integrantes de la mesa de “Oye Cali” no lo podíamos creer. ¿Cómo? No alcanzó a
argumentar mas y se terminó la llamada. Pero la cara de los integrantes del
programa fluctuaba entre ¿desconcierto? ¿inconformidad? ¿rechazo? ¿rabia? No se,
colóquele la emoción que quiera pero lo claro para todos los allí presentes es
que era inaudito.
Inaudito, sí, increíble. Si antes se dudaba del famoso
canibalismo caleño, aquí quedó retratado de cuerpo entero. Un dirigente
deportivo caleño poniéndole zancadilla a su ciudad porque no está de acuerdo
con una distinción recibida, debido a sus celos con otros dirigentes
deportivos. ¿Es posible tanta mezquindad? Ah, si, tiene derecho a no estar de
acuerdo pero quédese callado. El, en ese momento, no es un ciudadano cualquiera
sino el representante de una organización deportiva cuestionando a su ciudad de
origen, hablando de temas deportivos, invadido me imagino por la envidia y
rencor por rencillas personales. En El Corrillo de Mao explicaron que son
situaciones particulares con Silvio López, Secretario del deporte municipal.
Pero nunca me había tocado escuchar y percibir en vivo y en directo, al
canibalismo caleño en toda su dimensión.
Y eso que Ramiro Varela pertenece a una reconocida familia
que le ha servido políticamente a la ciudad. ¿Qué pensaran sus hermanas
exconcejal, una y servidora pública la otra, sobre el “amor” de su hermano por
la ciudad que ellas han impulsado? No,
no es ser hipócritas, no es ser cómplices. Es tener la capacidad de servir en
forma gallarda y decente a una ciudad que es la suya y a la que se debe
cuestionar cuando exista la falla, pero no atacar cuando recibe méritos. Porque
lo que demuestra es un rencor y mala leche semejante a los niños pequeños que
no dudan en defecar donde quieran porque sus necesidades fisiológicas son
superiores (aun) a su educación. ¿En qué le “ayuda” a Cali la “franqueza” del señor Varela? Con
seguridad desdice mas de él que de la ciudad. Habla mas de su rencor que de su
generosidad.
Existe un grupo de “personajes” caleños, que pareciera
disfrutan con que a la ciudad le vaya mal. Uno de ellos, campeón de noticias
falsas, frustrado porque no llegó a concejal, otros eternos resentidos porque
no lograron ser Alcaldes (como imagino soñaban) se han convertido en adalides
del mal agüero, apostándole a que todo sea negativo. Pareciera que buscan en
las alcantarillas y no logran ver los
rayos de sol. Cada equivocación del Alcalde es su triunfo. Alimentarse de
carroña parece que los hace “mejores” ciudadanos. ¿Será que si?
Gloria H. @Revolturas

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