El Papa Francisco vino a Colombia e hizo vibrar a muchísimas
personas. ¿A todos? Claro que no. Cada quien vibra en la energía con la que
sintoniza. Para algunos pudo ser un hecho totalmente plano. Nada pasó y nada
produjo. Si desde el interior se resonaba en una onda de desprecio hacia su
visita, lógico que se vibró en esa onda. Cada cual va a recordar aquello que
mas le impactó. Pero vale la pena destacar que como todo es energía, no es el
“oficio” del Papado lo que lo hace tan significativo. Es el hombre, el ser
humano, que tiene una energía especial y logra que muchos se “conecten” con él
y vibren con su actitud: eso es lo que impacta. No es un Papa cualquiera. Es
Francisco con carisma propio. Y a pesar de la poca efectividad de cambios
reales dentro de la anquilosada Iglesia, existen frases de Francisco que permiten cuestionar conceptos. Que las
expresiones se concreten y se vuelvan
estructurales no parece fácil. Aun mas, puede que ni siquiera él los
vea. Homosexualidad y comprensión hacia el aborto son temas complejos no solo
para la Iglesia Católica. Pero Francisco ya habló de esto.
La masa que nos compone como entes físicos, en realidad no es masa
sino energía. Energía condensada que es a la vez partícula y onda. No es tan
necesario entenderlo como sentirlo. Si
somos energía, vibramos con lo que nos llega “de afuera”. Por lo mismo no todos
vibramos en la misma onda. No somos iguales en cuanto genes, historia,
experiencia, ilusiones, fracasos o realizaciones. Nuestra “particular” energía
se tiñe con nuestras propias realizaciones. He allí una de las diferencias
básicas entre los seres humanos. Y mientras usted puede, por ejemplo, sentir
hasta los tuétanos la música de su banda de rock preferida, para otros que no
resuenan en esa onda, el acontecimiento es absolutamente neutro. Un impacto
energético fuerte resuena en mas personas que sintonizan con esa vibración. Se
dice que en el mundo moderno 4 acontecimientos han marcado vibración en muchos
lugares: el tsunami del oriente, la muerte de Lady Di, las torres gemelas de
New York y los mineros de Chile. Se logró medir (¿quién lo hizo?) la vibración
energética del mundo y el impacto fue notorio.
Las interpretaciones de su visita entonces serán múltiples de
acuerdo a la energía de cada quien. Personalmente creo que es muy significativo
señalar que existe una necesidad de espiritualidad, que el mundo material
requiere “complementos” que no se agotan en lo concreto. Ni en el consumismo,
ni el lo externo. Necesidad de trascendencia, como una forma de llenar los
vacíos de la existencia. Es como si muchas personas “necesitaran” creer en
algo. “La idea tradicional de Dios no
está actualizada. Uno puede ser espiritual pero no religioso”, dijo Francisco.
Otros dos temas importantes. Los niños: hay que cuidarlos y escucharlos.
Y la paz pero no solo la de los fusiles sino la de las palabras, los agravios,
las ofensas. Aprender a escuchar o leer sin responder es un trabajo bien
espiritual. Y “teso” como dirían los muchachos: no dejarse engarzar requiere
mas fortaleza que debilidad. Es mas fácil la ofensa que el silencio. Si se quiere vibraren el odio y la agresión,
cada cual es libre de hacerlo. Resonamos en aquello en lo que vibramos. ¿Quiere
conocerse? Mire en lo que vibra…
Gloria H. @Revolturas

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