viernes, 29 de septiembre de 2017
jueves, 28 de septiembre de 2017
miércoles, 27 de septiembre de 2017
martes, 26 de septiembre de 2017
Inteligente y/o malcriado
Los Medios de comunicación tenemos muchísima responsabilidad en
pregonar estudios de no se cuál instituto u organización y repicarlo como
“verdad científica”. Tan fácil hoy publicar una supuesta investigación (¡) y
darla por válida, construyéndole encuestas, datos estadísticos y otros soportes
para justificar un resultado. O una tendencia. Sin embargo se olvida que
internet está invadido de mentiras que escapan a todo control. Un último (¡)
estudio de determinado instituto pregona que la lactancia prolongada “hace”
hijos mas capaces. Que si una madre da pecho por un largo período su hijo será
mas inteligente. Entonces, detrás de la importancia de la inteligencia las
mujeres alimentarán a sus hijos 2, 3 (¿mas?) años porque “alguien” probó que este
hecho los haría mas capaces. Y como para la cultura occidental lo mas
importante es la inteligencia, qué maravilla encontrar un “estimulador” de
inteligencia. “Pienso luego existo” dijo Descartes y para muchos “esa”
inteligencia cartesiana es lo mas valioso de un individuo.
Pero, lo que sucede es que los humanos no somos solamente
biología. Por alimentar un cuerpo, mas de un especialista “olvida” el contexto
de los niños, donde los vínculos y la relación con la madre no pueden convertir
el pecho materno en un “dispensador de leche”. Los factores emocionales que
marcan la conducta de un niño de 2 años “exigiendo” teta y “apoderándose” del
seno como si fuera un “fragmento” de su propio cuerpo, dan grima. Sí, es
posible que de acuerdo a la teoría de lactancia prolongada, pueda convertirse
en un niño “intelectualmente brillante” pero de comportamiento elemental y
“bobo”. Un niño que no enfrenta el destete máximo al cumplir 8 meses, se
convierte en un chico dependiente, sobreprotegido, caprichoso, con
comportamientos de malacrianza al que “le ganan” la dependencia y la
incapacidad para enfrentar la vida. Los berrinches, los caprichos, por no
manejar la frustración simbólica que le produce el destete dan al traste con la
inteligencia más aguda. En esta teoría sobre la importancia del cuerpo
“biológico” y la inteligencia “intelectual”, se desconocen otras condiciones donde
la frustración simbólica es necesaria, indispensable y estructurante.
El mito de la inteligencia como factor principal de la educación
muestra seres “inteligentes y brillantes” pero no integrales. Seres
fragmentados, “cabezas que caminan” sin un ápice de humanidad. El narcisismo,
la soberbia, la prepotencia, son “herederos” de la inteligencia donde siempre
se debe ganar. Cuando se observa el “poder” formado en los mejores “centros de
inteligencia”, se concluye que no puede ser la inteligencia la que debe
orientar la vida. El mito de niños inteligentes, el premiar la inteligencia per
se, es el coletazo de una mentalidad racional a la que solo le interesan los
resultados, el poder y ganar. Por el contrario, seres integrales deben manejan
la frustración, el error, el “no siempre se puede”. Un niño o una niña lo
construyen desde el destete, cuando comienzan a sentir la frustración de que su
madre-teta no les pertenece, ni su deseo de poseerla “siempre” se puede
cumplir. Otra vez, ¿qué tanto sabemos de procesos psicológicos? ¿Qué tan
necesaria es la psicología en nuestras vidas y en la construcción de una nueva
mentalidad?
Gloria H. @Revolturas
lunes, 25 de septiembre de 2017
viernes, 22 de septiembre de 2017
jueves, 21 de septiembre de 2017
miércoles, 20 de septiembre de 2017
martes, 19 de septiembre de 2017
El niño de Medellín
Un niño en Medellín, Miguel Angel, fue asesinado por su madre y su
padrastro según dicen las autoridades. El niño, 2 años, una carita preciosa,
fue agredido de tal manera que los golpes le causaron la muerte. En el barrio
donde sucedió la tragedia, casi linchan a los posibles responsables. Tuvo que
intervenir hasta el Smart para evitar mayores complicaciones.
Y es aquí donde cabe la pregunta básica: ¿aceptamos que existe la
enfermedad mental? ¿Hay personas “buenas” y personas “malas”? ¿Causar daño a
otro es una conducta aprendida, es un acto de sobrevivencia, o es un momento de
enajenación mental? Aun cuando vivimos en una sociedad donde existen la ley u
las normas, es claro que no todos caminamos de la misma manera, ni tenemos las
mismas oportunidades, ni estamos en el mismo nivel de conciencia (en términos
espirituales). Eso no significa que no haya que asumir responsabilidades y
consecuencias. Fuimos educados para clasificar nuestra realidad bajo uno de
estos dos parámetros: bueno o malo. Además términos excluyentes. Si eres bueno
no eres malo y viceversa. No hay alternativa posible para el punto medio. Correspondiente
con esta dualidad está el juicio. Tan fácil hacerlo. Tan sencillo que es
convertirse en juez de una situación y condenar. Como mujer y como psicóloga me
queda muy difícil señalar a una mujer que tiene dificultades con sus hijos. Una
mujer que no los quiera, que los rechaza y hasta aquella que llegue al extremo
de “desaparecerlos”. Porque es obvio que la enfermedad mental ronda en estos
casos. Y comprueba, una vez mas, la gran falacia de la cultura cuando sigue
sosteniendo la existencia del instinto maternal.
Una mujer con una pésima autoestima, educada dentro de la cultura
machista, aprende que lo “único” que le da valor a su vida es tener un hombre
al lado. Ni siquiera un hijo, que puede ser tan desvalorizado como ella, le da
esa importancia. Peor dolor si tiene una hija mujer. En el libro “Donde está mi
papá” me acerco a una respuesta para explicar la conducta. La dimensión de la
desvalorización es tan enorme, que esta mujer no logra ver nada diferente que
aquello que le “ofrece” (así sea mentira) importancia, remedos de afecto, o
simplemente “mirarte y tenerte en cuenta”. Por eso perdura en una relación
tóxica, aplastante y humillante. Entre nada y “esto” aquí me quedo. Como si
fuera una pipa de oxígeno, el Hombre (con mayúscula) es lo que le da vida a su
vida. La expresión “por llamar la atención” es repetitiva en la cultura y
significa que un individuo patológicamente puede asumir cualquier conducta para
“ser mirado”. Existen seres que nunca
han sido mirados lo que significa que nunca han construido un vínculo con
nadie. Para ninguno han sido importantes. Su pequeñez y orfandad los hacen
presas fáciles de cualquier “ofrecimiento” amoroso, a cualquier precio y bajo
cualquier circunstancia.
Juzgar, tan fácil. Siempre hay una historia detrás de todo “crimen”,
Hay que leerla no para justificar el hecho sino para entender qué tan
responsables somos todos en la construcción de esta sociedad. Sí, hay que
defender a los niños físicamente niños, pero también existen multitud de niños
grandes cuyos cuerpos crecieron pero sus necesidades afectivas y su salud
mental nunca evolucionaron. Aquí esta un caso.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
lunes, 18 de septiembre de 2017
viernes, 15 de septiembre de 2017
jueves, 14 de septiembre de 2017
miércoles, 13 de septiembre de 2017
martes, 12 de septiembre de 2017
¿Con qué vibra?
El Papa Francisco vino a Colombia e hizo vibrar a muchísimas
personas. ¿A todos? Claro que no. Cada quien vibra en la energía con la que
sintoniza. Para algunos pudo ser un hecho totalmente plano. Nada pasó y nada
produjo. Si desde el interior se resonaba en una onda de desprecio hacia su
visita, lógico que se vibró en esa onda. Cada cual va a recordar aquello que
mas le impactó. Pero vale la pena destacar que como todo es energía, no es el
“oficio” del Papado lo que lo hace tan significativo. Es el hombre, el ser
humano, que tiene una energía especial y logra que muchos se “conecten” con él
y vibren con su actitud: eso es lo que impacta. No es un Papa cualquiera. Es
Francisco con carisma propio. Y a pesar de la poca efectividad de cambios
reales dentro de la anquilosada Iglesia, existen frases de Francisco que permiten cuestionar conceptos. Que las
expresiones se concreten y se vuelvan
estructurales no parece fácil. Aun mas, puede que ni siquiera él los
vea. Homosexualidad y comprensión hacia el aborto son temas complejos no solo
para la Iglesia Católica. Pero Francisco ya habló de esto.
La masa que nos compone como entes físicos, en realidad no es masa
sino energía. Energía condensada que es a la vez partícula y onda. No es tan
necesario entenderlo como sentirlo. Si
somos energía, vibramos con lo que nos llega “de afuera”. Por lo mismo no todos
vibramos en la misma onda. No somos iguales en cuanto genes, historia,
experiencia, ilusiones, fracasos o realizaciones. Nuestra “particular” energía
se tiñe con nuestras propias realizaciones. He allí una de las diferencias
básicas entre los seres humanos. Y mientras usted puede, por ejemplo, sentir
hasta los tuétanos la música de su banda de rock preferida, para otros que no
resuenan en esa onda, el acontecimiento es absolutamente neutro. Un impacto
energético fuerte resuena en mas personas que sintonizan con esa vibración. Se
dice que en el mundo moderno 4 acontecimientos han marcado vibración en muchos
lugares: el tsunami del oriente, la muerte de Lady Di, las torres gemelas de
New York y los mineros de Chile. Se logró medir (¿quién lo hizo?) la vibración
energética del mundo y el impacto fue notorio.
Las interpretaciones de su visita entonces serán múltiples de
acuerdo a la energía de cada quien. Personalmente creo que es muy significativo
señalar que existe una necesidad de espiritualidad, que el mundo material
requiere “complementos” que no se agotan en lo concreto. Ni en el consumismo,
ni el lo externo. Necesidad de trascendencia, como una forma de llenar los
vacíos de la existencia. Es como si muchas personas “necesitaran” creer en
algo. “La idea tradicional de Dios no
está actualizada. Uno puede ser espiritual pero no religioso”, dijo Francisco.
Otros dos temas importantes. Los niños: hay que cuidarlos y escucharlos.
Y la paz pero no solo la de los fusiles sino la de las palabras, los agravios,
las ofensas. Aprender a escuchar o leer sin responder es un trabajo bien
espiritual. Y “teso” como dirían los muchachos: no dejarse engarzar requiere
mas fortaleza que debilidad. Es mas fácil la ofensa que el silencio. Si se quiere vibraren el odio y la agresión,
cada cual es libre de hacerlo. Resonamos en aquello en lo que vibramos. ¿Quiere
conocerse? Mire en lo que vibra…
Gloria H. @Revolturas
lunes, 11 de septiembre de 2017
viernes, 8 de septiembre de 2017
jueves, 7 de septiembre de 2017
miércoles, 6 de septiembre de 2017
martes, 5 de septiembre de 2017
¡Es con usted!
¡Y conmigo! Te lo dicen en todos los idiomas, desde diferentes
lugares de la tierra, en modo risa y carcajada o en modo seriedad. Te lo
anuncian desde la ciencia pasando por religión, espiritualidad, artes manuales,
música, psicología o nutrición. Si está cansado de oírlo se puede volver una
cantaleta. Y te lo seguirán diciendo. Sin embargo, por mas que lo oiga, lo
repita, se lo cuenten, lo lea o lo vuelva a escuchar, no podrá hacerse nada si
cada quien no empieza. O sea que no mas manos extendidas “esperando” el cambio
o soñando con que este país sea diferente si usted no está dispuesto a hacer
algo personal. A untarse de lo que estamos viviendo. Y untarse significa
comprometerse. El cambio no lo harán los políticos, ni los viejos, ni los
nuevos. Hay que comprometerse con lo que anhela. Nadie mas lo va a hacer porque
es una tarea eminentemente personal. Nadie nos va a eximir de esa
responsabilidad. No llegara ningún congresista, no habrá ningún sacerdote,
pastor o religioso, o alcalde que logre el milagro. No es desde afuera donde
nos harán cambiar.
A Exposer asistieron mas o menos 1.500 personas. Escucharon una y
otra vez, lo mismo pero en versiones diferentes, desde diversas posiciones de
escuelas del pensamiento y de la ciencia. Pero fue lo mismo. Una y otra vez. En términos populares “la misma perra con
distinta guasca”. En términos mas sofisticados, cualquiera que sea el camino,
cualquiera que sea la ruta, al final se llega al mismo lugar. Todo empieza en
uno, ningún proceso es efectivo si no hay una toma de conciencia personal. Y si
estas 1500 personas de este Seminario empiezan, por ejemplo, a sintonizarse con
el otro y no juzgar (versión Mario Alonso Puig) o a cuidar su cuerpo con la
alimentación (versión Julio Calonje) o a manejar mejores relaciones con los
hijos (Los Bucay) o a permitirse ser feliz valorando lo que se tiene no lo que
falta (versión Pilar Sordo), a caer en cuenta (versión Karen Berg) algo tiene
que moverse en el entorno. Y en ellas. Y
en Colombia.
La campaña política se avecina feroz. Con agresividad desde todos
los costados. Ataque hecho, ataque devuelto. Pero no sólo de políticos e
implicados directos. Sus seguidores hacemos gavilla y contribuimos al clima de
agresividad colectivo contestando insultos, defendiendo al representante de
nuestro equipo. Entonces, empecemos por allí. Si sabemos que no vamos a cambiar
al otro, si sabemos que esperar que primero se mueva el vecino antes que yo, es
una utopía, actuemos. Comencemos por no dejarnos engarzar en la rabia y el
miedo de quienes quieren seguir en actitudes de violencia. No responder, pero
sí respetar la opinión ajena, es un buen comienzo. Y allí todos participamos.
Si algo de lo que oímos “nos quedo” es allí donde se inicia la paz…
La corrupción no se elimina con una ley. Ingenuos si lo creemos. Con
bajarles el sueldo a los congresistas las cosas no mejoran. Si hay que hacerlo,
se hace. Pero construir una mejor sociedad es tarea individual. Podemos vivir
literalmente en un infierno o en paraíso dependiendo de cómo encaremos las
situaciones. Pero no lo digo yo. Es contundente desde todos los frentes. Mario
Alonso Puig lo probó, justificó, demostró, lo ancló en la neurociencia. Solo
queda ¡practicarlo!
Gloria H. @Revolturas
lunes, 4 de septiembre de 2017
viernes, 1 de septiembre de 2017
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