La mejor ocasión para hablar con la madre es esta semana, vísperas
de su día, en medio de la parafernalia que arrastra la celebración. Flores,
corazoncitos, panegíricos, poemas, en fin, todo lo que trae esta “inolvidable”
fecha. Porque ya es hora, por favor, de que alguien tome la vocería y a nombre
de la salud mental de los hijos e hijas, de los yernos y de las nueras, adultos
todos, les diga, les suplique, les implore a las mamas “por favor, suéltame”. Por
favor, déjame crecer, déjame volar, permite que construya una vida
independiente. No me amarres con culpas, cuentas de cobro o sacrificios
desmesurados. No, mamá, déjame crecer, déjame tomar decisiones. No quiero
sentir mas que soy “el sentido de tu vida”, no quiero que este amor maternal se
vuelva una cárcel, no quiero sentirme aprisionado en los barrotes del afecto
culposo, no quiero hacer lo mismo que tu, amar como tu, comer como tu, vestirme
como tu.
Déjame nacer emocionalmente. Déjame escoger pareja a mi antojo. No
me chantajees con enfermedades psicológicas porque no elijo a la mujer u hombre
por ti esperado. No soy igual a ti porque no nacimos en la misma época ni
quiero convertirme en tu fotocopia. De esa manera no seríamos felices ni tu ni
yo porque estaríamos desubicados viviendo en cuerpo ajeno. No te enfermes por
mi. No sentencies que la única y mejor amiga eres tu, que la única en la que
puedo confiar es en ti, porque estas
limitando mis contactos y me estas volviendo prevenido y paranoico. El mundo no
se agota en tu espacio de madre. ¡Afortunadamente! Quiero existir
independiente, quiero creer en el dios que mi vida elija, quiero descubrir la
sexualidad que mi deseo construya, quiero agradecerte la vida pero no la
hipoteques a tus frustraciones. No nací para que tu tuvieras por qué vivir. Suéltame
mamá.
Que rico quererte, acompañarte y visitarte cuando es mi deseo o tu
necesidad real, pero no cuando toque hacerlo porque si no, “no te quiero”. No
digas por favor “primero conociste máma que esposa”, no destruyes el vínculo
con el hombre o la mujer que quiero argumentando que tu vas primero. Si así
fuera no podría existir el linaje humano. No me hagas heredero ni de tus odios
ni de tus amores, no tengo porque cargarlos. Hay tantas cosas maravillosas de
ti, en especial que me diste la vida y espero, a su vez, que me des la libertad
para construirme como lo deseo, como el mundo de hoy lo necesita y de acuerdo a
las personales circunstancias de mi actuar. No me metas en la mitad de las
peleas con papá, porque me es difícil escoger entre ustedes . Ambos son mis
padres. ¡Papá también es un buen hombre! Y no siempre te daré la razón porque
no siempre la tienes. Ojalá no te escudes en el victimismo, no te luce y además
sabes que no es cierto. Tu también perteneces a la raza humana y por lo tanto
eres imperfecta, todos lo somos.
El amor de madre es necesario para la vida, siempre y cuando esta
mujer tenga mundo propio y no considere la maternidad su “empleo”, lo que impediría el crecimiento de los hijos. Si
crecen quedaría “vacante” y no es fácil aceptar un “despido laboral”. Que lo
pagarían los hijos, claro. Por eso el mejor homenaje es permitirle ser mujer,
no amarrarla a la maternidad como su única fuente de vida, darle gracias y dejarla ser. ¿Es posible?
Gloria H. @Revolturas

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