viernes, 19 de septiembre de 2014

Amor y Amistad

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miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Quién educa estos nietos?


El programa “Séptimo día” el domingo anterior mostró un documental sobre una colombiana que viajó a Estados Unidos para estudiar una Maestría, se casó con un norteamericano, tuvo 2 hijas con él, pero terminó asesinada por su esposo en un ataque de celos. Las dos niñas están en manos de los abuelos paternos, padres del asesino. La familia de la mujer asesinada reclama, y con derecho, que sus nietas estén al lado de ellos, en Colombia, para ser educadas por la “parte sana” de la relación y no por la familia del asesino. La justicia norteamericana tiene la última palabra en este caso, pero como en Cali existe una historia semejante, bien vale la pena hacer algunas precisiones. Aquí, es Bienestar Familiar, el que debe decidir qué hacer con los niños hijos del asesino de su madre, hecho que sucedió hace dos meses. Aun mas, ya empezó a decidir dejando los niños en la familia que educó al hombre asesino, argumentando que el entorno de estos abuelos es lo que los niños ya conocen. La abuela, madre de la mujer asesinada, está reclamando el derecho a tener sus nietos pero Bienestar argumenta “lo que quieran los niños” sin analizar qué es lo mas conveniente para salud emocional de estos chiquitos. Ojalá que la nueva directora nacional, Cristina Plazas, se entere del caso y tome las medidas pertinentes por la salud emocional de los niños no por la inmediatez de los acontecimientos.

Claro, los niños están mas apegados a la familia del padre asesino porque con ellos es con quienes han vivido. Con ellos se han relacionado pero ¿serán los mas apropiados para educarlos? Cuando por ejemplo, unos niños viven con padres drogadictos, es necesario “sacarlos” de ese ambiente aun cuando duela la separación, la costumbre y la inmediatez. Nadie argumenta “déjenlos allí porque los niños están acostumbrados a sus padres drogadictos”. Por el contrario, aun cuando duele hay que proteger su futuro generando un nueva forma de vida que les ayude a formar una personalidad sana. Porque mirando su futuro, hay que “sacarlos” del ambiente contaminado para darles oportunidades de una vida diferente. Los niños de Cali, como las niñas de USA, no pueden estar “respirando” este aire de tragedia, con el fantasma del asesinato rondando sus vidas a diario. Además en honor a un equilibrio energético y sanador, ¿qué hubieran querido las mujeres asesinadas? Si ellas pudieran decidir, ¿cuál sería su voluntad? La de Estados Unidos y la de Cali ¿no murieron precisamente porque querían apartar a sus hijos de estos padres celosos, posesivos y enfermos? Entonces dejárselos a las mismas familias que educaron al los asesinos, es un doble irrespeto a la memoria de estas mujeres madres que lo dieron todo por sus hijos. En Cali, la familia que educó al asesino “vigila” el contacto de los niños con la abuela materna porque no los quieren perder. Pero, ¿es ese el ambiente mas sano para los niños?

Educar un niño no es fácil y argumentar “lo que quiere el niño” no puede ser, en ningún caso, una buena política de educación. Un niño “normalmente” quiere lo fácil, lo agradable, lo inmediato. Educar es precisamente disciplinar, proteger, intentar asegurar lo que mas le conviene un chiquito que no siempre es lo que mas le gusta. Un niño debe enfrentar dificultades, debe manejar sufrimiento. Cuidar su salud mental es precisamente colocar límites para poder enseñar a manejarle la frustración. En las 2 historias de mujeres asesinadas por sus maridos, qué importante sería que para ayudar a compensar un poco el dolor, el asesinato y la tragedia, los abuelos, padres de los asesinos, “ayudaran” a sus nietos a encontrar un camino sano educándose al lado de la familia de su madre. Es una forma de reparar una falta que aun cuando es individual tiene alcances de familia. ¡Esto es salud mental!

miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Usted se quedaría?


Un señor mató a su esposa en un acto de “ira e intenso dolor” después de que se escondió en un closet y escucho su conversación, de la que concluyó que ella quería separarse de él. Como tantos otros casos de historias en Colombia, este hombre macho no aceptó que su “mujer-propiedad” se fuera de su lado. O es mía o es de nadie. La mató de la manera mas vil sin ni siquiera considerar que tenían dos hijos que iban a sufrir el demoledor impacto (para toda la vida) de que su padre asesinó a su madre. Sucedió y usted pudo haber conocido esta historia hace unos días en los medios de comunicación.
Además de lo desgarrador de la situación y para “completar” el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, por interpretación de una de sus funcionarias y apoyada dizque en diagnósticos psicológicos de la psicóloga particular que “orienta” el caso, (amiga de la familia del homicida) decide entregar la custodia de estos niños a la abuela paterna, es decir a la madre del asesino, y a uno de sus hermanos. Madre y hermano del homicida son ahora, temporalmente, los responsables de la custodia de los niños mientras que la abuela materna tiene casi mendigar que le permitan ver a sus nietos, hijos de su asesinada hija. ¿Lo puede creer? Claro, vendrán los alegatos, las roscas, justificaciones (¿y algo más?), pero el sentido común, el mas elemental, el mas coherente, diría que estos niños deben “airearse” y salir de un entorno cargado, negativo y energéticamente contraproducente. Soy consciente que los problemas no se arreglan con cambios geográficos o locativos, pero a los niños si les aporta “desligarse” de la escena y el ambiente del crimen, para ubicar sus vidas en otros espacios. Se le puedan dar miles de interpretaciones a este caso pero el hecho real es que se produjo un homicidio donde un hombre mató a la madre de sus hijos. Por lo mismo cualquiera con sentido común podría considerar que el mismo ambiente que “educó” al homicida no puede ser el mas adecuado para educar a los nietos. O será que sí. O será que existen “teorías psicológicas” que justifican la permanencia de los niños en ese ambiente.
Salto de garrocha. Toda la explicación anterior, totalmente impactante, me sirve de apoyo para justificar (¡por Dios!) la salida a la carrera de la excontralora Sandra Morelli para Italia. Cuando le dicen y le advierten que no le pueden dar detención domiciliaria porque ella es un peligro para la sociedad y su falta muy grave y por lo tanto Bienestar Familiar se haría cargo de su único hijo de 10 años (huérfano de padre), creo que Sandra Morelli tiene todas, pero todas las justificaciones para salir corriendo y buscar que no le quiten a su hijo. Conociendo antecedentes como la resolución del caso del asesino de la madre de sus hijos por Bienestar, claro que la señora Morelli debió salir disparada para evitar que el Instituto le termine de educar su hijo ante la ausencia de otros familiares. Hay hechos que no dependen de reglamentos o leyes sino de interpretaciones personales. Qué mamá se va a atrever a “correr el riesgo”. Hagan una encuesta entre mujeres, aún mas entre abogadas, o entre jueces mamás, para escuchar cuántas responden “Yo me quedo, yo espero”. La inmensa mayoría saldría corriendo. Y qué tal que con esas “particulares” interpretaciones Bienestar pudiera terminar entregando el hijo de la doctora Morelli a la familia del fiscal por considerarlo “buen educador” del hijo de su enemiga. ¿Acaso no es lo que ha sucedido con los niños de la primera historia? Las interpretaciones se hacen con base en hechos concretos y esto son los resultados de las acciones de Bienestar. ¿Usted mamá se quedaría en Colombia pudiéndose ir y proteger a su hijo?

martes, 2 de septiembre de 2014

Pareja Ministerial

Hay que hablarlo pero no tanto porque sorprenda sino por lo que representa. Por lo que simbólicamente significa que dos mujeres inteligentes, capaces, protagónicas, sean pareja y ambas estén en el gabinete del Presidente Santos. Algunas empresas por ejemplo, no aceptan por reglamento, que una pareja (cualquiera que sea su sexo) pertenezcan a la misma empresa. Si se enamoraron dentro de la organización, hay la exigencia -si consolidan su unión- que uno de los dos se retire. A veces es el empleador el que “escoge”, en otras ocasiones la pareja decide. ¿Tiene lógica está limitante? Multitud de argumentos a favor y en contra pero si no existe la exigencia en el reglamento no hay porque aplicar la medida.

No se había presentado el caso y por lo tanto no debe existir determinación al respecto. Es muy seguro que ambas puedan (y deban) continuar. Es aquí, en momentos concretos, donde surgen las preguntas e inquietudes. Una pareja puede estar junta en un gabinete ministerial o en uno departamental, o ¿la proximidad del afecto impide que deban desempeñarse para la misma organización? La respuesta puede obedecer mas a la hipocresía social que a una realidad. Cuántas relaciones clandestinas se dan, se han dado, Presidentes con amigas, gobernadores con “sucursales”, y como no se conocen “públicamente” han podido continuar. Pareciera que “el delito” está en anunciarlo. En darlo a conocer, en “salir del closet”. En nuestra sociedad pacata, mientras se esconda no hay delito. Mientras no se conozca, no existe. El problema está en decirlo, transmitirlo. Si recibe el juicio de los demás, adquiere categorías diferentes porque la mirada externa aprueba o desaprueba. En el fuero interior muchas cosas son permitidas, obedecen mas a criterios que pueden representar libertad, rebeldía, sumisión, angustia. En fin…

Pero cada vez es mas claro que sí, estamos viviendo en un nuevo país. El que socialmente se estimule abrir mentes, en la opinión pública, para oxigenar creencias adaptándolas a las experiencias reales de los seres humanos, es construcción de salud mental. Claro, habrá personas con miedo. El miedo al cambio es uno de los temores mas ancestrales de cuantos existen. Cada quién tiene derecho a creer lo que quiera. Pero el proceso de evolución es movimiento no quietud. En el tema de las dos Ministras, Cecilia y Gina, el Presidente está dando unas muestras de apertura que revolcarán a los opositores. Se deben estar carcomiendo las entrañas pero es necesario hacerlo de esta manera, dándole opciones al amor, a la paz, a la diferencia. En toda decisión hay que escoger, todo no se puede tener. Decidir es escoger. Y la decisión de tener un país diferente ya es reparador. Con todos los escollos que puedan encontrarse. El sentido del perdón, por ejemplo, puede interpretarse de 40 millones de formas diferentes. Difícil llegar a un consenso. Pero hay que intentarlo.

Sí, el riesgo de dos trabajando para una organización, es que el retiro o la salida de uno de los dos de la pareja, implica que el que queda puede sentirse “untado” de la salida (o sacada) del que se fue. ¿Resentimientos? ¿Cuentas pendientes? ¿Retaliaciones? El Presidente tendrá que decidir qué hacer cuando se presente la crisis. Posiblemente, saldrán las dos. Pero el “atrevimiento” de permitir que en su Gobierno se de una muestra palpable de respeto por la diversidad es ya una colaboración a la salud mental de Colombia. Mientras tanto, disfrutemos de este nuevo momento del país donde el respeto por la diferencia permite mirar a compatriotas de una manera diferente. A no ser que el anquilosamiento sea total y sólo la muerte pueda movernos de esa quietud aplastante.