Tiene todas las características de un triángulo pasional común y corriente. De los que pasan a diario y frente al cual no existe vacuna de ninguna clase. Esposo, esposa, amante. Aún es difícil para las viejas creencias aceptar que el ser humano es infiel por naturaleza. Pero no porque sea malo o pervertido sino porque humanamente ningún otro u otra nos puede llenar totalmente. Y ese pedacito de espacio “que sobra” o está vacío, siempre está abierto a recibir a otro u otra. Claro, en la vieja concepción del amor. Porque en una nueva mirada, nadie me debería llenar ni un poquito ni mucho. Cada quién debería intentar bastarse a si mismo para entonces sí, pedirle a otro u otra que “me acompañe” por la vida, nunca que me llene o me complemente.
Pero a lo que vamos. Robinson, Adriana y Sara conforman el típico ejemplo de lo que sucede tantas veces. Allí están las mujeres enfrentándose, dando la cara, intentando hablarse entre ellas, dolidas, desgarradas, sintiéndose burladas, a veces con pena o rabia (o ambas) por la otra, mientras que el hombre o se esconde, o evade, o se contradice, o juega a dos manos, o no tiene los pantalones para definirse y aceptar que sí, que estuvo con las dos, que le gustan las dos, que está atraído por las dos. Que con una tiene estabilidad, hogar y familia y con la otra aventura, novedad y riesgo. Pero no, el señor Robinson, muy fiel a su género, juega a la contradicción, a la dualidad. Por la mañana le dice algo a una y por la tarde se lo dice a la otra. Al otro día cambia de opinión y juega a hacerse “víctima”. ¡Pobrecito! Son las despiadadas mujeres las que lo llevan a esta situación tan difícil. Por culpa de “la mala”, que lo “tentó”, él cayó y está en la situación actual. Los hombres, por lo general, nunca saben (?) cómo sucedió, a qué horas se dió. Pareciera como si la gran mayoría de ellos se volviera algo así como retrasados mentales, idiotas, bobos, atontados, h…, que no saben qué es lo que pasa, como pasa y cuánto pasa. Todo les toma de sorpresa. Porque si no son las mujeres las que destapan y enfrentan el lío, ellos podrían durar “toda la vida” en la triangularidad. Es decir muchos viven la situación sin ninguna clase de definición porque no les interesa asumir consecuencias y enfrentar la decisión. Gozan la aventura, el riesgo. Su ego se alimenta del espectáculo: dos mujeres “peliando por él”, disputándoselo (debe ser el verraco de guacas) la adrenalina que genera la prohibido y la calma que produce “hogar dulce hogar”, todo reunido sin que pase nada. Claro, él no suelta nada porque él goza ambas situaciones. ¿Qué pasa con ellas? Qué pena, en medio del disfrute no ha tenido tiempo para analizar que a esas dos “que tanto quiere” las está lastimando. Las hormonas le impiden que sus células intelectuales “gasten” tiempo en pensar en ellas. Lo único que interesa es que él se goza la situación, la disfruta y cada día se encarreta mas. Allá ellas con su dolor. El, que dice quererlas tanto (¿a propósito Robinson y otros tantos especímenes de su especie aceptarían que amar a alguien es desear lo mejor para ese ser, asi nos duela en el alma lo que sentimos?), el que las quiere tanto no logra salir de su ego y con gozar y gozar tiene su recompensa. Pero ojo: ellos en ese trance, nunca deciden. Si no es una mujer, una de las dos, la que define de pronto llega mas rápido el día del juicio final. Excelente ejemplo público para analizar y aprender…
lunes, 27 de julio de 2009
martes, 21 de julio de 2009
Call Center
A nombre de la eficiencia (¿de la apariencia?) las empresas que prestan alguna clase de servicio han institucionalizado el servicio de “call center” u de operadores contratados que se encargan de responder (?) las inquietudes de los usuarios. Servicio al cliente podría ser el título mas platanizado. Pero resulta que en la gran mayoría de los casos los call center han terminado siendo la “mamadera de gallo” mejor organizada del mundo. Los operarios u operarias cometen tal cantidad de disparates, de desinformación, de mentiras y hasta de errores garrafales, que bien valdría la pena que las empresas que los tienen le pusieran mas cuidado al asunto. A veces son empleados de las organizaciones, otras no. Pero el daño que le causan a la imagen de la empresa es contundente. “Ineficiencia ventiada”. Las respuestas son de todos los colores y olores. Alguna vez en un banco, como respuesta a una misma pregunta, cinco operadores de la institución contestaron cinco explicaciones diferentes. En otra ocasión la respuesta (cumbre) fue que cobraban dos veces la misma cuenta en el mes de Enero porque “Febrero tiene 28 días”. En otras respuestas la idea es envolatar, entretener, distraer, salir del paso. Pero eso sí, las instrucciones son ser “postizamente” amables, seductores “cómo se siente usted hoy”, “gracias por su amable espera”, “¿está satisfecho con la respuesta?” (y la respuesta resultó ser una equivocación que sólo se pudo probar cuando se puso en práctica), pero de resultados, pocas veces se cumplen.
Aun los llamados “defensores del cliente” por más que su nombre esté asociado al cliente, como son contratados por la entidad están al servicio de la empresa, no del usuario. Estamos esperando aún que en el “eficiente” Banco Colpatria el defensor (¿de quién?) responda a una queja hace 20 días. Pero no es el único Banco que muestra el cobre. Llámense celulares, empresas de servicios públicos, corporaciones, la ineptitud es absoluta. Lo que desconcierta es que se ofrecen como ayuda y terminan siendo un engaño porque no informan y mucho menos resuelven. Envolatan que es una cosa diferente. Algunas respuestas son de tal estupidez que el cliente llega a sentirse como un idiota, al que lo intentan engañar con “espejitos” como hicieron con los indígenas en la conquista. A usted como a todos le debe haber sucedido que llama, responden, luego pasan a otra extensión, luego a otra, después al supervisor, luego a otra (van seis) y nada que solucionan. Las personas que contratan no tienen la información requerida y la pérdida de tiempo es inmedible.Los ejemplos son de nunca acabar. Cuando te llaman a ofrecer servicios y el vendedor telefónico, al que le pagan por “pescar” usuarios, puede mentir descaradamente por el sólo hecho de ganarse al cliente, causando toda la desinformación posible aun desprestigiando al Banco porque puede asegurar que la anterior información (de otro vendedor) fue equivocada. Se podría escribir un manual de errores donde las entidades se sorprenderían de las respuestas de sus operadores de call center. Lo más significativo de toda esta cadena de errores es la desinformación, cómo en la gran mayoría de los casos, se pierde el tiempo de la llamada y termina siendo mas práctico, acercarse a la institución aun cuando también la demora puede ser infinita. Las instituciones se llenan de clientes, no miden la dimensión del servicio y la inoperancia empieza a hacer de las suyas. Efectos de la modernidad y de las agallas que no compaginan con el respeto por el usuario.
Aun los llamados “defensores del cliente” por más que su nombre esté asociado al cliente, como son contratados por la entidad están al servicio de la empresa, no del usuario. Estamos esperando aún que en el “eficiente” Banco Colpatria el defensor (¿de quién?) responda a una queja hace 20 días. Pero no es el único Banco que muestra el cobre. Llámense celulares, empresas de servicios públicos, corporaciones, la ineptitud es absoluta. Lo que desconcierta es que se ofrecen como ayuda y terminan siendo un engaño porque no informan y mucho menos resuelven. Envolatan que es una cosa diferente. Algunas respuestas son de tal estupidez que el cliente llega a sentirse como un idiota, al que lo intentan engañar con “espejitos” como hicieron con los indígenas en la conquista. A usted como a todos le debe haber sucedido que llama, responden, luego pasan a otra extensión, luego a otra, después al supervisor, luego a otra (van seis) y nada que solucionan. Las personas que contratan no tienen la información requerida y la pérdida de tiempo es inmedible.Los ejemplos son de nunca acabar. Cuando te llaman a ofrecer servicios y el vendedor telefónico, al que le pagan por “pescar” usuarios, puede mentir descaradamente por el sólo hecho de ganarse al cliente, causando toda la desinformación posible aun desprestigiando al Banco porque puede asegurar que la anterior información (de otro vendedor) fue equivocada. Se podría escribir un manual de errores donde las entidades se sorprenderían de las respuestas de sus operadores de call center. Lo más significativo de toda esta cadena de errores es la desinformación, cómo en la gran mayoría de los casos, se pierde el tiempo de la llamada y termina siendo mas práctico, acercarse a la institución aun cuando también la demora puede ser infinita. Las instituciones se llenan de clientes, no miden la dimensión del servicio y la inoperancia empieza a hacer de las suyas. Efectos de la modernidad y de las agallas que no compaginan con el respeto por el usuario.
lunes, 13 de julio de 2009
Síndrome de aniversario
El mundo se mueve. Nada permanece quieto. En Psicología, como en cualquier otra rama de la ciencia constantemente se producen aportes que no van en contravía de lo anterior, sino que suman para construir una mirada integral sobre el ser humano. Los avances no van “contra” ninguna teoría. Agregan, aportan, que es la forma sana y armónica de aceptar la evolución. Ni un solo ser, ni una sola escuela, ni un solo concepto podrían abarcar toda la complejidad humana. Entonces, bienvenidas las investigaciones que van sumando para cada vez estar mas cerca de la armonía y salud integrales.
La psicogenealogía empieza a coger una gran fuerza. Desde 1980 Alemania se abre un poco a la temática y hoy existen varios enfoques que trabajan el mismo tema. El árbol genealógico no sólo es importante sino necesario. Como dice Chantal Rialland es un trabajo que no se debe hacer solo por sanar problemas sino casi que “es una llave para explicar nuestra personalidad y nuestros comportamientos. La psicogenealogía se ha convertido en el conocimiento de uno mismo”. Somos herederos de nuestras familias, para bien o para mal. Y los conflictos no resueltos por alguno de nuestros antepasados están vigentes en nuestra propia vida. Los conflictos no resueltos paralizan la vida presente. O se vuelven enfermedad. O se convierten en muertes o en tragedias. De allí que las llamadas coincidencias familiares -2 o 3 generaciones de mujeres que quedan viudas- como también rabias u odios hacia el mismo sexo (o al contrario) por parte de abuelos o abuelas (y si qué existieron en su época de desigualdades y atropellos), quiebras económicas en antepasados, secretos familiares no dichos, adopciones no manifestadas, madres que conocen al “verdadero” padre de su hijo, etc, etc, se expresan en el momento actual. Claro que el pasado no se puede modificar pero sí se puede hacer conciencia sobre él para poderlo manejar. La conciencia sumada a un ritual o una técnica apropiada, logran “poner en orden” la estructura familiar. Hellinger con Constelaciones Familiares, Luis Martínez con Terapia Regresiva Reconstructiva, pueden ser alguno de los caminos. El psicoanálisis se introduce en el pasado pero agota su investigación en los padres. A no ser que ahora sí, Carl Jung tenga toda la credibilidad del mundo con su teoría del “inconsciente colectivo”. Siempre hay alguien que se adelanta y jalona el cambio…“Con los años comprendí que el nombre y el apellido encierran programas mentales que son como semillas, de ellos pueden surgir árboles frutales o platas venenosas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehículos de dramas. Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Esto nos condena a ser el otro nunca nosotros mismos. Si la hija recibe el nombre de una antigua amada del padre se ve condenada a ser su novia toda la vida. Un tío o una tía suicidados convierte su nombre, durante varias generaciones, en vehículo para las depresiones”, son algunos de los ejemplos de Alejandro Jodorowsky, otro de los grandes investigadores del tema. De alguna manera “cuando los antepasados duelen” o cuando en una familia se produce el síndrome de aniversario (fechas repetitivas, acontecimientos semejantes de generación en generación) es hora de empezar a revisar el árbol genealógico y junto con una buena terapia, abordar aquello no resuelto. Es el tema de la psicogenealogía. Se sorprenderá de los resultados.
La psicogenealogía empieza a coger una gran fuerza. Desde 1980 Alemania se abre un poco a la temática y hoy existen varios enfoques que trabajan el mismo tema. El árbol genealógico no sólo es importante sino necesario. Como dice Chantal Rialland es un trabajo que no se debe hacer solo por sanar problemas sino casi que “es una llave para explicar nuestra personalidad y nuestros comportamientos. La psicogenealogía se ha convertido en el conocimiento de uno mismo”. Somos herederos de nuestras familias, para bien o para mal. Y los conflictos no resueltos por alguno de nuestros antepasados están vigentes en nuestra propia vida. Los conflictos no resueltos paralizan la vida presente. O se vuelven enfermedad. O se convierten en muertes o en tragedias. De allí que las llamadas coincidencias familiares -2 o 3 generaciones de mujeres que quedan viudas- como también rabias u odios hacia el mismo sexo (o al contrario) por parte de abuelos o abuelas (y si qué existieron en su época de desigualdades y atropellos), quiebras económicas en antepasados, secretos familiares no dichos, adopciones no manifestadas, madres que conocen al “verdadero” padre de su hijo, etc, etc, se expresan en el momento actual. Claro que el pasado no se puede modificar pero sí se puede hacer conciencia sobre él para poderlo manejar. La conciencia sumada a un ritual o una técnica apropiada, logran “poner en orden” la estructura familiar. Hellinger con Constelaciones Familiares, Luis Martínez con Terapia Regresiva Reconstructiva, pueden ser alguno de los caminos. El psicoanálisis se introduce en el pasado pero agota su investigación en los padres. A no ser que ahora sí, Carl Jung tenga toda la credibilidad del mundo con su teoría del “inconsciente colectivo”. Siempre hay alguien que se adelanta y jalona el cambio…“Con los años comprendí que el nombre y el apellido encierran programas mentales que son como semillas, de ellos pueden surgir árboles frutales o platas venenosas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehículos de dramas. Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Esto nos condena a ser el otro nunca nosotros mismos. Si la hija recibe el nombre de una antigua amada del padre se ve condenada a ser su novia toda la vida. Un tío o una tía suicidados convierte su nombre, durante varias generaciones, en vehículo para las depresiones”, son algunos de los ejemplos de Alejandro Jodorowsky, otro de los grandes investigadores del tema. De alguna manera “cuando los antepasados duelen” o cuando en una familia se produce el síndrome de aniversario (fechas repetitivas, acontecimientos semejantes de generación en generación) es hora de empezar a revisar el árbol genealógico y junto con una buena terapia, abordar aquello no resuelto. Es el tema de la psicogenealogía. Se sorprenderá de los resultados.
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