El objetivo se cumplió. Ampliamente. Es un símbolo, una muestra
del sentir femenino moderno y está cumpliendo a cabalidad todas las expectativas.
Claro, es arte y por lo mismo es un imposible que todos estén de acuerdo.
Auditorios y jueces internacionales han avalado a la artista creadora (para
evitar que los malpensados consideren que
el amiguismo la escogió después de grandes dosis de mermelada). No es una artista
improvisada, no es su “primer” trabajo ni será el último. El tema mujer,
hombre, pareja, seres humanos, ha marcado un derrotero en su caminar artístico.
Sobre todo el tema mujer. Ha sido incisiva en mostrarla en todas sus facetas o
roles de acuerdo a los juicios de la cultura. Desde monja hasta sinvergüenza,
pasando por heroína, compañera de vida, sacerdotisa... Fue escogida para construir un símbolo y sin
lugar a dudas lo logró.
María Fernanda Cuartas es la artista de la obra “Ella”, el
monumento que recibe a los visitantes que llegan a Cali, situado en la rotonda
del aeropuerto. Una mujer sin rostro (puede ser cualquiera) pero que carga unos
significados valiosísimos. No es el vestido, o el zapato, ni la tira que cae… no,
nada de eso es tan valioso como lo que transmite integralmente. La escultura
produce desafío. Es retadora. “Y a usted que le importa”, o “a mi no me
importa”. Hay desfachatez, irreverencia, un aire de libertad que expele la
escultura. “Míreme como quiera pero aquí estoy”. “Así soy yo”. Como diría la eterna
vieja canción “a mi manera”. Es definitivamente retadora, libre, sin
prejuicios.
Sí, es una nueva mujer y para muchos una amenaza porque no está
amarrada a los estereotipos tradicionales con los cuales la cultura pretende
dominarla o encasillarla. Ni madre, ni cocina, ni hijos, ni víctima, ni cara de
abnegada, ni rosario. No, por el contrario reta, desafía. “Y qué”. Desde el
color del vestido, su postura, su actitud, son verdaderamente representantes de
un nuevo estilo de mujer. Paradójicamente, la pregunta es al revés. No es LA
representante de las mujeres vallecaucanas sino, por el contrario, es una
invitación para que la que quiera (y decida) se identifique con ella, con su
actitud. La mujer que la observe y no se refleje en ella tiene todo el derecho
a su decisión. Valdría la pena, sin embargo, revisar un poco que tanto de
conservadurismo, miedo, prejuicio, guarda en su interior para no resonar en la
libertad que expele Ella. Aún su aparente desorden corporal es atractivo. ¿Por
qué siempre debemos estar “bien puestas”?
Me gusta y la aplaudo. Es irreverente. El mundo actual está
cansado de repetir trillados estereotipos. El mundo patriarcal se acabó. Su muerte se huele por todo lado y existe el
temor a lo nuevo. Que es desafiante. Que tiene aire de energía femenina. Que
renueva. Por eso “Ella” no está para gustar. Está allí para que se la
interprete. No encasilla a nadie, ni siquiera a las mujeres vallecaucanas
porque ella es una nueva mujer que invita a no copiar, a no imitar, a
atreverse, a retar. Está allí como una invitación a la libertad de espíritu y
de actitud. Ha sido un acierto el lugar, el tema, el aporte de la Gobernación
con aire de mujer. No está para gustar está para inquietar y si ya produjo
tantas reacciones, está cumpliendo su objetivo. Una nueva mujer para un nueva
época.
Gloria H. @GloriaHRevolturas

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