“Navidad dulce
navidad, vuelve a casa, vuelve al hogar, que llegó la navidad. Navidad dulce
navidad… en calor de hogar” dice la bella canción. Y aun cuando la letra de la
tonada invita “a casa”, es paradójico lo que realmente sucede en estos dìas en
la intimidad de algunos hogares. De acuerdo a la educación patriarcal expresar
sentimientos es sinónimo de debilidad por lo tanto fechas como estas pueden ser
“angustiantes” porque “debilitan” las corazas y enfrentan con emociones que
asustan: la ternura, el abrazo, la sonrisa de un niño o de una niña, la
felicidad, la risa, el villancico, la intimidad, los regalos. Es hora de
compartir y la mentalidad patriarcal no lo soporta. Sólo conoce de razones,
justificaciones, órdenes o autoritarismo, que muchas veces se enmascaran en el
trago desenfrenado, la pelea, el malgenio, la incapacidad para disfrutar. Y las
festividades terminan siendo fechas de peligro porque enfrentan con
sentimientos y emociones. Imagínese no
mas si usted se pasa todo el tiempo rechazando una sensación y de pronto hay
una fecha, un momento, en que le toca sentir todas esas sensaciones, qué
“atorada” tan grande la que le toca vivir. La mejor manera, entonces, de
enfrentarlo es con una pelea. Algo parecido a decir con la actitud “no se me
acerquen”, “no soporto sentir”, “no resisto estas emociones”.
Asi son los recuerdos
de muchos adultos en Diciembre. “En mi casa siempre había una pelea: o por el
dinero, o por el trago, o por la familia donde pasaríamos el 24”. Imágenes
dolorosas porque se daban golpes, o por
la cuñada “espantosa” o por la tía regañona o por “tu mamá que no la soporto”.
Diciembre no es un mes fácil así la propaganda y la publicidad quieran vender
otra idea. Muchos adultos que de niños o niñas vivieron situaciones de
angustia, quedan atrapados en la emoción y recuerdos negativos y repiten la
misma situación para sus hijos e hijas. En Diciembre construímos vida pero
también fabricamos recuerdos que son los que perduran y nos hacen confiar y
crecer con optimismo y solidaridad. Pero como cada día hay mas estrés, mas
carreras, mas exigencias por la apariencia, para muchos Diciembre debería
desaparecer del calendario. No hay un antídoto para evitarlo ni existe
conciencia colectiva para hacerlo diferente. Sólo queda sustraerse un poco,
blindarse de manera personal e intentar vivirlo de manera mas sana. La forma
mas sencilla (y elemental) de hacerlo es aceptar que es temporal y cuando menos
se piense, ya pasó. Sólo por hoy y termina. Lo segundo intentar que el ajetreo
no lo desespere: todo es relativo. Sino se pudo comprar, no se pudo. Sino
se llegó, no importa. Nadie es mas
importante que usted, ni sus hijos, ni su compañero o compañera, ni sus padres.
Nada es tan importante como que usted y su inquilino interior estén en paz.
Porque si usted está tranquilo puede darles a los demás algo de su mundo
personal. Una persona ofuscada, mal geniada o intolerante contamina el ambiente
con una energía desastrosa. Es como si oliera mal: de ese tamaño es la
influencia. La irradia a su alrededor y todos quedan marcados. Pero la tranquilidad
también se contagia. Lo mejor es proponerse dar de lo que tiene internamente.
Ojala sea positivo. ¿Cuál es su emoción: miedo, rabia, alegría, ofusque,
intolerancia, ternura? ¡Usted decide!
Gloria H.
@GloriaHRevolturas

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