Sí, es un hombre bueno, conciliador, tranquilo. Pero con la
ingenuidad que bordea el infantilismo. No tiene criterio, no sabe qué hacer.
Todo lo que sucede le genera duda, miedo, desconfianza. Claro está aprendiendo y
tiene derecho a su curso de introducción. Pero el problema es que su inducción
la está haciendo con nosotros, con Colombia entera. El mismo no midió en lo que
se metería al liderar un cerco a un hombre nefasto, sí, pero sin evaluar las consecuencias
de su fatal liderazgo. Lo están usando y él creyéndose el cuento de que está
ayudando a arreglar líos. Hoy estamos adportas de una guerra, en la mitad del
sandwich. USA “dichoso” porque consiguió lo que quería a costa de la “ingenuidad
colombiana”. Los Estados Unidos nunca ha hecho nada por Haiti porque en su
territorio no existe ningún elemento que le interese. Ni siquiera por Puerto
Rico que dizque son “de los mismos”. Haiti puede estar peor que nuestros
vecinos. Pero Venezuela es “apetecida” porque hay petróleo y por ello vale la
pena luchar y ponerse todas las mascaras posibles de la “generosidad” y el altruismo.
Haiti no da para eso…
Claro, hay que ayudar porque la situación de los venezolanos es
lamentable. Pero en este juego de filigrana, se debe hilar muy delgado, porque
al intentar alivianar el dolor del pueblo venezolano ¿a quién se está salvando y
a quien perjudicando? Duque sube en las encuestas porque asume actitudes
bravuconas. Todavía existe muchísima gente en Colombia (y en el mundo) que cree
que violencia se derrota con violencia. No sé cuantos muertos haya que
contabilizar antes de que Duque se siente (otra vez) a dialogar con ELN. ¿O
existen algunos otros ingenuos que todavía crean que al grupo guerrillero se lo
puede derrotar con estrategia militar? El tiempo para llegar a ese punto se
contabilizará en cadáveres, en dolor, con el Hospital Militar otra vez repleto…
Mientras, Venezuela al lado, hirviendo y Colombia untada hasta la coronilla.
El momento es complejo pero no “nos cayó del cielo”. Se ha
construido, paso a paso, con una falta de criterio y experiencia abismales. Aun
cuando suene muy fuerte, cuando no hay criterio se corre el riesgo de
matricularse en un curso acelerado de títere con todas las opciones posibles.
Uribe, Trump, Guaidó, las encuestas, Macías, el CD. Hay para escoger. Porque el
vacío se debe rellenar con criterios ajenos, escogidos entre aquellos que sí
tienen intenciones, anhelan el poder, quieren el mundo “a su manera” y no
respetan ni la diversidad ni la multiplicidad. Iván Duque está al vaivén de las
aguas, sin tener dominio sobre el barco que dirige. Ojalá en momentos de
confusión pensara en los hijos, en ese niño de 9 años Matías, que “debería” ir
a la guerra si es un buen colombiano. ¿Su papá lo aceptaría?
Porque las guerras no se pueden seguir haciendo con hijos ajenos,
con los de otros que ni se conocen para luego “acompañarlos” compungidos a
enterrar sus cadáveres. Todo aquel que considere la guerra una solución, por
favor matricule a su hijo o nieto en un curso de violencia donde pueda perder
la vida. Pero hágalo ya, porque se esta preparando la guerra de hoy y los
próximos años que deberán asumir niños y adolescentes que hoy tienen 10 y 12
años. Escoja su “contribución”. Por algo los pueblos tienen los gobernantes que
merecen.
Gloria H. @Revolturas

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