Solo hay dos alternativas: o se sube al carro del cambio o el
cambio lo atropella. No hay manera de quedarse en la mitad. En este escenario
se debe escoger porque no existen términos medios, no hay grises. O es una
persona anquilosada, vieja, con espejo retrovisor o se suelta y acepta el
devenir del mundo. Que es estrepitoso, acelerado, imparable. En todos los
ámbitos de la condición humana hay movimiento. Este comienzo de década va a ser
“con todos los juguetes” y aceptando el peso y valor de la juventud. Irreverente,
desafiante, inconforme, indignada, cuestionadora, solidaria. ¿Qué mundo nos
dejan? Lo están preguntando pero también lo están cobrando…
Los retrovisores de los vehículos tienen como objetivo ayudar a
ver el panorama para evitar un choque. Son necesarios y por momentos
salvadores. Pero cualquiera que maneje sabe que no puede guiarse mirando solo el
retrovisor. ¡Imposible! ¿Qué vehículo adelanta direccionado únicamente por un
espejo retrovisor? ¿a dónde llegaría? Le serviría como prevención pero nunca
como motor de empuje en busca del camino a seguir. Adelante están los destinos,
las rutas, la vida, lo que está por construirse. En este momento tan especial,
cambio de año y comienzo de década, con un número fantástico 2020 (consulte a
un numerólogo) es necesario recalcar que no se puede vivir mirando para atrás,
ni haciendo añoranzas de tiempos pasados. La vida nunca se devuelve por mas que se
quieran vivir situaciones semejantes. Ni usted, ni los que lo rodean, ni el
mundo son los mismos. El continuo cambio impide (afortunadamente) que los
hechos se repitan. Por lo mismo, la salud mental pasa por el hecho de aprender
a desprender y mirar para adelante.
No es sano empezar nuevo período con añoranzas enfermizas porque estas envenenan el espíritu. Es allí donde el
pasado hace daño. Cuando se quiere regresar, cuando no se logra desapegar de lo
que ya sucedió. Porque tampoco se puede idealizar el pasado, no podemos ser tan
ilusos. A su lado deben existir jóvenes y niños que están cuestionando. ¿Qué mundo nos dejan? ¿Qué
es lo que añoran? Es posible que estos jóvenes no sepan muy bien como será el
futuro pero es obvio de que si tienen total claridad que no lo quieren como el
pasado. No van a repetir. Pueden equivocarse, tienen derecho a hacerlo, pero lo
anhelan diferente. La naturaleza posiblemente sea la reina de la película. En
torno a ella construirán (ellos y nosotros) sus vidas y sus agendas.
Naturaleza, equidad y respeto por la diferencia. No mas paradigmas viejos donde
el patriarcado, el autoritarismo, el modelo económico hicieron de las suyas. Las
generaciones mayores tenemos que aceptar el cuestionamiento. El mea culpa pasa
por admitir que nos equivocamos pero
queremos contribuir desde la experiencia y no desde la imposición.
Parece que lo que definitivamente nos une es el miedo. Como dice
la cuántica, estamos frente a un mundo de posibilidades. Y hay miedo en los
espíritus porque el porvenir está por hacerse. Entonces podemos unir nuestras
manos y nuestros corazones, apelar a lo mas bello de la condición humana, confianza
y gratitud para seguir adelante. Confía,
aquí está mi mano, mi corazón y mi experiencia. Dame tu ímpetu, tu nueva mirada
y tu juventud para que juntos construyamos lo que esta por venir.
Gloria H. @GloriaHRevolturas




























