Pasó en Barranquilla pero podría haber sucedido en cualquier otro lugar
de Colombia. Un profesor del colegio, consigue los exámenes del ICFES, se los
vende a una estudiante y ella su vez, o lo vende o lo reparte al resto de sus
compañeros de curso. El fraude está instalado. Las directivas lo detectan y
como consecuencia, suspenden la ceremonia de grado. Cada familia debe recoger
el diploma por ventanilla. Las cámaras muestran el desfile de carros entrando y
saliendo del plantel… Sucede en un colegio, donde se educan las nuevas
generaciones. Algunos padres de familia “protestan” e instalan una tutela. El
colegio se sostiene en su posición. Por la noche es la fiesta de grado con
Silvestre Dangond (contratarlo cuesta alrededor de 300 millones) y todos
participan de la rumba. En definitiva, nada ha sucedido y la “fiesta debe
continuar”. El próximo domingo Colombia celebra elecciones para elegir un
Presidente. ¿Tienen alguna relación estos acontecimientos?
Puede alegarse que todos no participaron en el fraude y es válido.
¿Pero lo sabían todos? Y en caso de que lo supieran y no participaron ¿el
silencio es sinónimo de complicidad? ¿Denunciar a sus compañeros sería “tirarse”
su futuro, convirtiéndose en sapos? ¿Cuál es la responsabilidad social que se
tiene con el delito de otros pero que nosotros conocemos? ¿Y si no lo sabían y
no participaron del hecho, deben pagar las consecuencias por ser compañeros de
sus compañeros? Sí, estos son los asuntos que deben preocupar a la educación.
Ya no es tan vital conocer nombres de países y sus capitales porque google lo
responde. Ya no es tan importante acumular información como sí, vivenciar
ejemplos de la vida cotidiana que tienen que ver con el acontecer, con la
corrupción, con la ética, con la comunidad. ¿Los silencios son defensa o son alcahuetería?
¿Si ud es padre de familia apoya al colegio o participa de la
tutela en contra de la medida? ¿Ud papa o mamá, patrocina la fiesta posterior?
¿Le dice a su hijo que si sabe, se calle para evitar represalias? Si su hijo
fuera el promotor del fraude ¿qué castigo le impone o de pronto piensa que son
“muchachadas” y “mas grande” no lo volverá a repetir? Lo justifica con la
excusa de ¿quién no se ha robado un examen? ¿Ud. es el primero que
“desautoriza” al colegio por “exagerado”? Mientras, una gran parte de Colombia
(y del mundo) se desgarra en la corrupción. Alguien podría decir, eso no tiene
nada que ver. Una cosa son exámenes de un colegio y otra la corrupción de los
políticos. Pero es que los políticos fueron estudiantes de colegio, hijos de
familia y aprendieron lo correcto e incorrecto. O bueno, creemos que se los
enseñaron y lo aprendieron. Porque es posible (también) que por instruir sobre
tablas de multiplicar se hubiera descuidado enseñar vida y conciencia. Hoy
vivimos el gran fracaso de la educación. Las elecciones del domingo tienen que
ver con el fraude del colegio en Barranquilla. O en cualquier lugar. Tiene que
ver con lo que se enseña y se aprende. Y tiene que ver con la disyuntiva de
escoger entre la certeza del que es, lo que ya es y lo rodea y la incertidumbre
del que parece ser y puede convertirse en lo que su prepotencia lo alimente.
Mientras educamos generaciones con el permiso de que no importa lo que hagan,
la fiesta continúa…
Gloria H. @Revolturas.

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