El párroco de la Catedral, Carlos A Giraldo, me hizo llegar una
extensa carta para explicar porque le colocó el letrero de “Si Jesús hubiera
nacido en Antioquia”, en el pesebre de Diciembre, hecho que golpeó tantísimo la
identidad vallecaucana. Pues bien, el sacerdote Giraldo explica que ese letrero
es parte de una campaña de inclusión, motivada por el Papa Francisco. Por ello,
el año pasado Giraldo construyó un
pesebre donde Jesús había nacido en el polo norte y en el 2015, Jesús era
napolitano. Es el objetivo de su campaña de inclusión.
Que Monseñor Monsalve “nada” tiene que ver con este hecho
(cualquier parecido con “sucedió a mis espaldas”, o el elefante de Monseñor
Rubiano es pura coincidencia) y que por lo tanto no le puedo reclamar lo que
Giraldo hace en la Catedral. Pregunto, ¿será que el superior “nada tiene que
ver” con situaciones tan agresivas hacia la comunidad, así la intención del
subalterno sea requetebuena? ¿Y mas en un momento tan álgido de las relaciones
de Monseñor Monsalve con el sentir caleño? Porque creo entender que una campaña
publicitaria, así sea de inclusión o de cualquier índole, se debe sostener por
si misma sin necesidad de explicaciones adyacentes. Si necesita aclaraciones no
es una buena campaña. No cumple su cometido sino que confunde, ofende o
despista en vez de cumplir lo propuesto. La sola intención no basta. Alguien decía que el infierno está repleto de
seres bien intenciones con malos resultados.
Entonces, la campaña se hizo para cumplir objetivos de inclusión. Y
la teníamos que entender y “asimilar” si o si. Pero es tan enredada en si misma
susodicha campaña que Giraldo me reclama por confundir al lector: no es lo
mismo, argumenta “Si Jesús hubiera nacido en Antioquia” (que dijo él) a “Si
Jesús fuera antioqueño” (que escribí yo).
Giraldo logra captar(¡) una diferencia abismal entre las dos frases,
pero no logra entender (o asimilar) la ofensa que sí le produjo su “buena
intención” al Valle. Le repito, si está tan seguro de su intención propóngale a
su homólogo de la Catedral de Medellín que coloque en el pesebre de Diciembre
un letrero de inclusión (las recomendaciones del Papa son para todos) “Si Jesús
fuera vallecaucano”. Propóngaselo y esperemos la “acogida” del pueblo
antioqueño. ¿Aguardamos?
O mientras tanto, qué le parece sacerdote Giraldo si empieza una
campaña de inclusión donde diga “Si Jesús fuera mujer…”. O “Si Jesús fuera
homosexual”. Esa si sería una verdadera
campaña donde no se discriminaría ni a las mujeres ni a los homosexuales. Se
enseñaría el valor del ser humano independiente del empaque que lleve. Porque
en este terreno de inclusión e igualdad la Iglesia Católica está en pañales. La
doble moral de enseñar a otros inclusión pero no practicarla. Ni el Papa
Francisco ha podido con el machismo y patriarcado de la institución. A las
mujeres en la Iglesia las tienen de empleadas de servicio y a los sacerdotes homosexuales
“los esconden” o tapan para que no se vean. Pero ninguna de estas dos
comunidades tienen visibilidad para la Iglesia. Empecemos por allí, sacerdote
Giraldo. Empecemos por la mujer. Empecemos por decir “Padre-Madre-Dios”. Si Jesús
es Dios, ¿por qué no puede ser mujer? ¿Y si fuera homosexual? Que tal Semana
Santa con esta campaña de inclusión. ¿Le parece?
Gloria H. @Revolturas

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