viernes, 29 de julio de 2016
jueves, 28 de julio de 2016
miércoles, 27 de julio de 2016
martes, 26 de julio de 2016
El ‘loco’ de tu vecino
Cuando sucede una de esas matanzas a las que ojalá nunca nos
habituemos, los periodistas indagan en el vecindario de los asesinos para ver
si existe algún indicio que pudiera deducir su conducta patológica. Cómo son,
saludan, se relacionan, sacan la basura, qué clase de música escuchan, tienen
mascotas. Situaciones cotidianas que los inscriban en la normalidad o marquen,
desde siempre, su ‘rara’ conducta. Es una manera de intentar explicar si estas
actuaciones son predecibles o si se presentan de ‘buenas a primeras’, lo que
generaría una gran angustia. ¿Cualquiera de la noche a la mañana se puede
volver asesino? ¿Cualquiera ‘normalito’ puede cambiar abruptamente, empuñar un
revolver y empezar a disparar?
¿Qué es la locura? ¿Qué es la normalidad? Los textos de
psiquiatría pueden tener definiciones exactas sobre la conducta pero es obvio
(la vida lo demuestra) que es muy difícil hacer precisiones rigurosas sobre la
conducta humana. Entran en juego tantos pero tantos factores, que por mas que
se quiere, algún ítem ‘escapa’ del perfil de enfermo o sano y por allí se
‘cuela’ el comportamiento inesperado. Hacer deducciones después del hecho,
relativamente es fácil y coherente. Claro, se puede explicar su conducta enfermiza
con miles de razones… Pero lo paradójico es que esas mismas características que
crecen y ‘aclaran’ el hecho delictivo, no necesariamente desembocan en hecho
delictivo. Un gran número de personas pueden tener características de vida y
personalidad semejantes a los asesinos pero su conducta en la vida cotidiana no
es peligrosa. Como a la vez, muchos ‘normales’ pueden ser una bomba de tiempo y
ser mas peligrosos que el asesino sangre fría.
¿Qué dispara una conducta ‘normal’ para volverla patológica? Imposible
predecirlo. La incertidumbre es una
palabra y un concepto que aterroriza a la condición humana. No poder conocer lo
que va a suceder, estar sujetos al devenir, al destino, a la suerte, a Dios, a
lo que corresponde, genera niveles de angustia insospechados. Pero, es la
incertidumbre la que maneja nuestras vidas. No podemos tener certezas de nada
aunque mas de uno daría lo que fuera por tener seguridades. Ni siquiera en
salud mental. “De las aguas mansas líbrame señor” dice el adagio popular lo que
en términos de salud mental es muy acertado. Porque quien se ‘adapta’
totalmente a lo que la sociedad espera de él, quien se acomoda y camufla
excesivamente en la ‘normalidad’ puede convertirse en una bomba de tiempo. Como
también el que vive al margen de la norma, quien transgrede lo establecido,
puede ser un candidato a conductas delictivas. ¿Cómo saberlo?
En el fondo de todo existe una reflexión mucho mas profunda. ¡Es
la condición humana¡ Parece que se nos embolatara el sentido de la vida. ¿Para
qué nacemos? No podemos vivir en una sociedad perfecta como tampoco podemos
derrotar la muerte. La imperfección, el aprendizaje y la finitud son constantes
del existir. Distraídos en el mundo material, acumulando dinero y poder,
marcando fronteras, creyendo que existen razas o colores superiores y otros
inferiores, no hemos enfocado el existir en lo que verdaderamente importa. La
filosofía lo dice en todos los idiomas. Pero nunca es tarde. Y la vida siempre
“habla” donde mas nos duele. Que es lo que mas enseña…
Gloria H. @revolturas
lunes, 25 de julio de 2016
viernes, 22 de julio de 2016
jueves, 21 de julio de 2016
martes, 19 de julio de 2016
Terrorismo
El tema no es asunto fácil, sobre todo si se pertenece al grupo de
personas (o al nivel de conciencia) donde el mundo está dividido en dos: buenos
y malos. Victimas y victimarios. Justos y depravados. Por eso, si su mente
“todavía” está anclada en ese concepto –totalmente respetable- no me va a
entender, mucho menos a aceptar y será uno de esos foristas que disfrutan
desdoblándose en insultos e interpretaciones desde su odio personal.
Respetable.
Pero el mundo está cambiando. Y aun cuando parezca increíble para
las mentalidades patriarcales y controladoras, hay que aceptar que violencia no
se elimina con violencia como se ha practicado durante siglos. Hoy sorprenden y
asustan los efectos del terrorismo pero en la interpretación de los hechos, pareciera
que se hubiera llegado a una película comenzada. No se entiende lo que pasa y
la escena presente es de unos “malos” que causan daño y agreden la honra y vida
de ciertos países. Hemos llegado a ser espectadores de los horrores del
terrorismo sorprendidos por sus alcances. Pero si se buscan explicaciones (y sobre
todo soluciones) definitivamente debemos mover nuestro chip de creencias y
atrevernos a pensar y actuar diferente. No hay de otra. Si quiere una justificación para cambiar de
pensamiento, así sea de la manera mas egoísta y simplista, hay que aceptar las
consecuencias de acciones de muchos años donde ha primado la desigualdad,
exclusión, racismo, prepotencia y orgullo, y hoy pasan la factura que tienen pendiente. El
terrorismo no comenzó en este siglo. Sólo pasa cuenta de cobro, apoyado en
redes sociales, tecnología de última generación y globalización.
¿Cómo enfrentarlo? Creo que se tiene conciencia de que es una
tarea inútil, un imposible. Hay 3 elementos que explican la dificultad de
vencerlo. El terrorista “trabaja” con la sorpresa por lo que es iluso preveer
su próximo movimiento. Está motivado por una rabia ancestral, incrustrada en
los genes de mas de tres generaciones de seres lo que le da una motivación de
venganza difícil de parar. Y no le teme a la muerte, a la que sus
“practicantes” consideran “un premio”. ¿Qué queda?
Las inequidades,
injusticias, exclusiones, abusos,
atropellos, religiones, políticas de Estados, el deterioro de la naturaleza, la
alimentación, tantos elementos que separan
e impiden que se acepte el sentido de formar parte de un colectivo
universal. Las religiones y filosofías hablan de vincularidad, procesos de
respeto y tolerancia, en definitiva de un amor incondicional sabiéndonos
iguales, partes de un todo, seres en contacto y procesos de evolución. Sí, no
me he enloquecido, para allá debemos llegar. Es lo único que “derrotará” el
terrorismo, un cambio de mentalidad, una aceptación universal de las
equivocaciones de todo lado y por tanto, de las reparaciones también de todo
lado Pero con venganzas, con resonar en
el miedo, con los odios para marcar frontera entre “buenos y malos”, lo único
que hacemos es atizar el fuego. Y aún desde la pasividad de nuestro hogar,
convertirnos en terroristas de corazón, pedaleando miedos, ansiedades y
retaliaciones. Quien lo creyera el terrorismo “ayuda” a despertar solidaridad,
compasión, generosidad. ¿Será entonces el terrorismo “el maestro” que nos haga
cambiar de chip del atropello humano?
Gloria H. @revolturas
lunes, 18 de julio de 2016
viernes, 15 de julio de 2016
jueves, 14 de julio de 2016
miércoles, 13 de julio de 2016
martes, 12 de julio de 2016
¡Lo normal no es noticia!
Blu Radio que dirige desde Cali Mabel Lara organizó un miniforo
con un grupo de periodistas para comentar las palabras del Alcalde Armitage en
torno a la idea de qué tanto los Medios “creábamos” la sensación de inseguridad
en la ciudad, contando “sólo” lo negativo. Hubo varias conceptos pero quiero
destacar uno, en especial, impactante por lo que significa para la salud mental
comunitaria. En la charla, Guido Correa director de 90 Minutos expresó que “lo
normal no es noticia”, refiriéndose al ejemplo de por qué se destaca el hecho
de un caso de fleteo (uno sólo) frente a la posibilidad de que ese mismo día, por
ejemplo, 300 personas pudieron retirar dinero y no les sucedió nada en la misma
“insegura” ciudad. “Esa” normalidad, se
concluyó, ¡no es noticia! Lo que vale la pena destacar es el fleteo, el robo,
así sea uno solo frente a muchas situaciones “normales”. ¿Existe equilibrio en
la información o se dimensiona el fleteo, real y único, como el hecho “clave”
del día para probar la “inseguridad” de Cali?
Igual con los robos a restaurantes y con los problemas que a
diario suceden aquí y en muchísimos lugares del mundo. No es que se oculten
pero si tratar de equilibrar la noticia de manera que se dé una información mas
acorde con lo real teniendo en cuenta también la salud mental de una comunidad.
Porque asustando, estimulando el miedo, generando pánico, ni se eliminan los
hechos delictivos ni se construye sociedades mas sanas. El miedo jamás ha sido
un buen acompañante de ninguna situación. Pregunto entonces ¿cómo se hace
periodismo en Suiza donde no sucede casi nunca nada fuera de lo normal? ¿Cuáles
son las noticias que publican o transmiten los medios de comunicación suizos? La
tranquilidad, el buen vivir, pareciera que no son noticia, no son atractivas y
no “vale la pena” destacarlas. ¿Qué tanto es el morbo, lo truculento o como
decía alguno “el ansia de plaquetas” lo que está alimentando a nuestros medios
de Comunicación? Que las redes se conviertan en “alcantarillas” de
interpretaciones, venganzas, morbo es una cosa, pero que los medios sólo
consideren noticia lo truculento, es bien diciente. Porque significaría que los
periodistas sólo tendrían “trabajo” si el mundo sigue al revés. Otro periodista dijo “los Medios se deben a lo
que siente la gente”, pero qué tanto “la gente siente al ritmo de lo que
transmiten los Medios”.
El objetivo no es ocultar o callar pero es indispensable
equilibrar. Existe responsabilidad ética al asumir la transmisión de una
información. Impacta que lo normal no sea noticia. La creatividad del
comunicador es volver atractivo aquello que aparece “normal” y educar para
disfrutar “platos sanos” de comunicación. Hemos aprendido a comer sano, en el
campo de la nutrición, cambiando “papa, arroz y maduro” por comida nutritiva.
Hasta la modalidad de 3 comidas se ha modificado a 5 diarias. ¿Qué sucede con
la alimentación “mental”? ¿Cómo se nutre
la salud emocional comunitaria? Salud mental no sólo se “corrige” en los
consultorios privados. Alimentar de morbo, truculencia y miedo puede producir
rating pero a la larga todos pagamos las consecuencias. La violencia, visual,
real, de oídas, genera mas violencia. Es todo un reto informar desde el
equilibrio, no desde la truculencia. ¿Sabe cómo hacerlo?
Gloria H. @revolturas
lunes, 11 de julio de 2016
viernes, 8 de julio de 2016
jueves, 7 de julio de 2016
miércoles, 6 de julio de 2016
martes, 5 de julio de 2016
¿A qué horas?
El gobierno nacional quiere hacer de Colombia “la mas educada”. Entre
los planes para lograrlo está la promoción del estudio nocturno. “Un país se
construye no sólo en el día sino también en la noche” dice la Mineducación brindándole
a todos los que trabajan en el día la opción de estudiar de noche. De esa
manera, tendremos ciudadanos mas preparados y un “mejor país”.
La propuesta estupenda, “atrapará” a miles que anhelen
conseguirlo. Pero como dice Moisés Naím, “los que gobiernan tienen que escoger
entre lo malo y lo terrible”. Es posible que aquí la elección no sea tan ‘terrible’
pero con esta política (totalmente válida) el estado colombiano le apueste a la
disolución de la familia tradicional. La familia conservadora donde papá o
mama, o ambos, al finalizar el día se reúnen con sus hijos, revisan tareas,
leen la agenda escolar, “conversan” un poco de lo sucedido, comen unidos, rezan
antes de acostarse, leen un cuento, tienen relaciones sexuales, miran noticias,
hojean el periódico o la revista, ninguna de estas actividades volverá a realizarse.
Y no porque papá y mamá, empleados y estudiantes a la vez, (responsables de sus
oficios) no lo quieran hacer, sino porque ¡no hay tiempo! ¿A qué horas? Por mas
que la Ministra quiera, el tiempo no se puede estirar mas allá de 24 horas y
las actividades comunitarias que vinculan a una familia no las puede realizar
un hombre o una mujer solos, a las 3 de la mañana. Trabajar de día, estudiar de
noche es estupendo. Pero no esperes tener a la vez, lo que se denomina en
Colombia “una familia tradicional”, es decir compañero o compañera e hijos. ¿A
qué horas? Tienes todo el derecho al desarrollo de tu individualidad, a tu
crecimiento intelectual y profesional. Pero no lo puedes tener todo, incluída
una familia que necesita tiempo real, no sólo virtual.
Además, el estudio de noche (imagino) no sólo implica “sentarse” a
escuchar al profesor sino que “el paquete” del estudio incluye trabajos de
investigación, reuniones en grupo (adivine cuándo y a qué horas) lo que
definitivamente significa que les digas a los tuyos “nos encontramos dentro de
5 años”. ¿Quién aguanta esta clase de relaciones? ¿Cuándo regreses donde tus
hijos e hijas, te ‘reconocerán’? ¿Tu ‘sufrido’ cónyuge ‘estará allí’? Unos
problemas por otros, porque es obvio que ‘todo’ no se puede tener a la vez. Existen
las prioridades y al escoger unas desechas (o aplazas) otras. Y claro, en la
construcción de una nueva sociedad, la familia tradicional y conservadora, recibe
todos los embates del cambio para el que, muy seguramente, no está preparada.
O, como parece lógico, el esquema de familia tradicional también tiene ya fecha
de vencimiento y esta “nueva” sociedad requiere nuevas formas de vincularidad.
Una familia diferente (,cuál, cómo?) niños y niñas diferentes, con valores de
autoridad, jerarquía, disciplina, individualidad, solidaridad, novedosos. No
será mejor ni peor, será distinto. Una determinación como esta, en apariencia
positiva ¿cómo cambiará la vida? ¿a la sociedad? Es contundente que el cambio
no se puede detener. La familia está en la mira. ¿La individualidad, envuelta
en empaque de mas educación, será lo que “dinamite” el concepto tradicional de
familia? Está por verse. Mientras, el matrimonio sucumbe.
Gloria H. @revolturas
viernes, 1 de julio de 2016
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