En el espectro de candidatos
al Senado y Cámara hay de todo. La variedad permite escoger, ojalá los mejores.
No es una decisión fácil porque así como existen personas íntegras, con hojas
de vida limpísimas, existen otros con pasado oscuro, llenos de demandas y dudas
sobre sus actuaciones, su manejo de la cosa pública, su abuso de poder, etc. El
ansia de poder da para todo. Pero claro, hay que elegir. Creo que el voto en
blanco es una opción mas ingenua que real pero totalmente válida. Generalizar y
considerar que no existe nadie, absolutamente nadie capaz de representarnos, es
de alguna forma una exageración. Hay que buscar con lupa pero se encuentra
gente íntegra donde el pasado es quién determina sus actuaciones presentes. La
historia personal de cada quién determina qué calidad de persona será al
desempeñarse en el Congreso de la República.
Para empezar hagamos un
perfil de candidato ideal. Aquel o
aquella con la que sintamos que hay resonancia, con el que se vibra por los
mismos intereses, donde una Colombia en paz, desprovista de odios, rencores o
“cobros” del pasado, sea la que prevalezca. ¿Qué tal aquellos que intentan
llegar como “salvadores” considerando que no existe nada bueno en el momento
actual? O los hijos de la guerra, aquellos hombres o mujeres, “heridos” en su
historia familiar por acontecimientos vividos en su familia y que ilusos, consideran
que sus actuaciones están desprovistas de la carga emocional heredada y que
“cobrarán” su pendiente? ¿O aquellos que manipulan información para escoger
solo una parte de la verdad –la negativa- desconociendo que en todo
acontecimiento humano existen luces y sombras?
¡Hay
de todo! Lo primero el Valle debe escoger vallecaucanos. Ningún foráneo nos
podrá representar o resonar mejor con la región que los nuestros. A ninguno le
podremos reclamar mas “en directo” que a un vallecaucano o vallecaucana que
tiene sus raíces aquí, que su familia y orígenes están con lo nuestro, que
puede percibir “en vivo y en directo” qué significa ser vallecaucano. Además,
si lo hace mal, existe algo que Mockus (a propósito que vergüenza con algunos
candidatos del partido de Mockus) algo que el llamaba “vergüenza social”. La
pena de volver, estar aquí y haberlo hecho mal, o no haber hecho nada, se lo
“cobraremos”. Y la vergüenza social es mayor que cualquier otra pena. La
heredaran sus hijos y los hijos de sus hijos. Por eso, primer requisito que sea
vallecaucano: aquí avalamos su desempeño de acuerdo a su actuar.
Segundo,
su historia. ¿Qué tal los “eternos” representantes que han vivido de la
política y no se les conoce nada productivo ni interesante en favor de la
región? La historia del político en la política es importantísima. Los
dinosaurios eternos sin nada que mostrar no merecen nuestro voto. Hay que
escoger hombres o mujeres con criterio, con decisión, que logran enfrentar,
cuestionar, así se los critique, pero “existen”, no son invisibles ni amorfos.
Prefiero al que se muestre, al que indague, que al pasivo que pareciera que
“vive del Congreso” pero ni se unta. La región del candidato y su historia
personal son los avales con los que enfrentaremos estas elecciones. Que sea
vallecaucano, vallecaucana, activo, sin odios, con mas futuro que pasado y
comprometido con la paz, no un machista, hijo de la guerra perseguidor de
mujeres. Allí están ¡usted escoge!
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