¿Qué “tantas” Colombias conviven en el mismo
momento? ¿Qué tantas culturas o mentalidades nos agrupan como nación? Confieso
que estoy realmente impresionada con el despliegue de los Medios por la muerte
de Diomedes Díaz. Estoy impactada. Y no por qué no puedan hacerlo (cada quien
hace de su capa un sayo) si no por la incoherencia o elementalidad que
demuestran los comunicadores. Por un lado realizan miles de campañas o
estrategias para hacer “caer en cuenta” del machismo, del maltrato hacia la
mujer y en la apoteosis de la muerte de Diomedes están haciendo la apología de
un ídolo que nunca debió ser ídolo. Como
excelentemente escribió Eduardo Escobar “no me alegra la partido del llamado
cacique de la Junta. (…) Nunca entendí
que el país lo convirtiera en ídolo. Un país con ídolos así tiene que ser
anormal. Diomedes nunca pasó de ser mas que un formidable aullador, en los
escenarios, y por fuera de los escenarios un canalla indigno de servir de
modelo a las generaciones del futuro. (…) Hagamos un minuto de silencio sobre
su tumba. Devolvámosle con un pequeño bien el mal que tan largo hizo”. La
cultura de Valledupar lo considera su ídolo, así como muchos consideran a Pablo
Escobar un héroe, pero quien maneja opinión pública tiene la obligación de
“mostrar” otras formas de ver la vida. Estos personajes, sin ninguna clase de
límites, transgresores de todas las normas posibles, no pueden ser inflados por
los Medios por el solo hecho de generar raiting y “agradar” a la opinión que
“quiere” esta clase de información. “Eso es lo que vende” contestaría mas de un
director de Medio, pero, igual, “la droga vende”, la “pólvora vende” y han
sido prohibidos. Alimentar la condición humana no sólo es proveerla de arroz y
papa. Algo que se llama espíritu o sensaciones u emociones, se “alimenta”
energéticamente de lo que se transmite. Y alimentar de carroña un país es
atenerse a las consecuencias.
No se cambia la mentalidad con imposiciones pero
plantear otras miradas ayuda a que lentamente, (a veces demasiado) se caiga en
cuenta de las atrocidades de individuos que creyeron que la fama eximía de
responsabilidades. O les daba licencia para hacer lo que les viniera en gana. El
gravísimo problema es que los Medios resuenen en esta onda. ¡Allí si hay
responsabilidad! El mundo de estas mujeres “sometidas”, “idiotizadas” por
Diomedes, es el retrato de lo que una mujer con una buena autoestima jamás debe
hacer. Produce lástima, pena ajena, la actitud rastrera de estas esposas o
exesposas o amantes a este hombre. La historia de la muchachita de 17 años que
lo sigue desesperadamente y de pronto Diomedes le dice “hoy quiero estar
contigo” es una aberración. La apología del machismo, claro, alimentado por la
sumisión de una mujer “invisible”. ¿Cómo ayudar entonces a que las mujeres
construyan una mejor valoración de si mismas cuando se vende la historia de que
algún día el hombre “le hace el favor” de distinguirla, mirarla y escogerla
como pareja de una noche? La trata de blancas se quedó en palotes. ¿Y eso es lo
que (¿Colombia?) Valledupar ensalza como ídolo y se llora como prototipo de
hombre? ¿Este es el modelo a seguir, un hombre que con canciones o música o
dinero merece admiración? Hey, colegas,
es hora de “tocarnos”. Los que practicamos la doble moral somos nosotros. Una
cosa es informar y otra ensalzar. La información nunca se puede negar pero la
falsa idealización si la pedaleamos desde los Medios de Comunicación. Que
Diomedes descanse en paz pero ojalá jamás se convierta en modelo a seguir.
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