miércoles, 2 de enero de 2013

Bajarle el moño


La sabiduría popular tiene dichos estupendos por lo precisos y directos. Allí no se habla con sutilezas. Directo y a la mandíbula. La sacada, sí, la sacada no la salida, de Fabiola Perdomo del gabinete departamental tiene todos los visos de “una bajada de moño”, como si el Gobernador Delgado tan insípido e invisible, se hubiera asustado con la importancia y la fama de alguno de sus subalternos. Nadie puede brillar mas que él. Nadie puede ser mas protagónico que su señoría y todo aquello que se destaque o tenga “luz propia” debe ser apagado. La propuesta de Fabiola (qué pena, mas de ella que del Gobierno Departamental) fué la realización con más brillo y recordación en el pasado 2012. Lo que se destaca de este mandato anodino es el Pacto Vallecaucano y había que quitarle protagonismo a su patrocinadora para ver si el Gober y el reemplazo de Fabiola se pueden “apropiar” de la idea y sacarla adelante. Pero las ideas cuando se gestan con pasión, no producen el mismo resultado en manos de sus reemplazos. Algo tendrán que cambiarle, quitarle o recortarle para “apropiarse” de la idea dándole protagonismo al Jefe y quitándosela al gestor de la iniciativa.

¿Recuerdan la historia de los Mazos?  Alvarez Gardeazabal, gobernador y Gustavo Góngora, entonces director de Infivalle los gestaron con resultados extraordinarios para bien de la educación (averigüen donde están esos primeros y originales Mazos y se sorprenderán de sus alcances) pero Germán Villegas, como gobernador posterior,  no pudo con el peso de la fama y alcance de ideas ajenas, por lo que “se vió obligado” a cambiarla, a recortarla y a suprimirla para darle entierro de tercera. El ego amenazado no resiste el protagonismo de las ideas de otro. Ahora otro Gobernador (qué coincidencia, conservador también) se asusta del brillo de su subalterna y la apaga para que “algo de su luz” rebote sobre la silla principal. ¿Será que sí?
Allí está Petro queriendo protagonismo y metiéndole la mano a lo de las basuras, para formar semejante basurero descomunal. Los egos de algunos políticos son tan grandes que su servicio en “pro de los demás” es una simple careta con que disfrazan sus intenciones. Definitivamente a Gober Delgado le faltó quien lo asesorara, (si él no logra captarlo) para evaluar qué tan poco estratégico era este cambio en este momento. Ahora sí va a “ser visto” por la torpeza de su decisión y no por la “grandiosidad” de su trabajo. El logró “brillar” desde la envidia porque definitivamente lo que más se envidia es lo que más se admira.
A diferencia de Rodrigo Guerrero, alcalde de Cali,  al que no se le nota “ni por el forro” ni una gota de protagonismo. Pareciera como si quisiera desaparecer y lo que lo motiva es que las cosas marchen, con su orientación, pero totalmente invisible para brillar. Que se destaquen los logros no él... y claro, nuestras gentes necesitan, requieren, protagonismos. No se puede llegar al extremo de aplastar a los que brillen, bajarles el moño como se lo hicieron a Fabiola Perdomo de la manera más olímpica, pero también se necesita “aparecer” detrás de los logros porque nuestra cultura así lo requiere. Algún aprendiz de psicólogo diría que “necesitamos papá o mamá” que nos lleven de su mano. Nuestro nivel de conciencia o desarrollo como pueblo así lo requiere. Tampoco que la garrotera entre los que nos dirigen sea como una riña de gallos.  Como diría el refrán popular, que nos ayuda a entender la situación, a encontrar el punto de equilibrio. “Ni tanto que queme al sano ni tanto que no lo alumbre”.

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