lunes, 28 de enero de 2013

¡Arde y duele!


Podemos hacer toda la alaraca del mundo pero si no cambiamos de mentalidad, estamos arando en el mar. Se ha dicho una y mil veces. Se señala, se marca, se juzga y nada. Aquí seguimos los caleños y caleñas “mirando para afuera”, despreciando lo nuestro y privilegiando lo externo. Luego queremos salir adelante pero si las zancadillas nos las ponemos nosotros mismos, ¿cómo esperamos hacerlo? María Isabel Rueda dice en su columna de “El Tiempo” cómo se puede “manipular” una licitación y “dirigirla” para que se la gane el “ponente” escogido. O con el que se tiene el acuerdo “secreto”. Entonces, si yo licito un evento de literatura, por ejemplo, y estoy dispuesta a hacerlo de la manera mas “transparente” pero en los requisitos señalo que el director debe ser una persona que “haya escrito mas de 3 libros, que a su vez sea periodista y que viva en un lugar de menos de 300.000 habitantes” es obvio que esta supuesta licitación está dirigida para que la maneje Alvarez Gardeazábal. Claro es un ejemplo de cómo manipular el “direccionamiento” para descabezar a otros.
Pues así es como se está manejando la licitación para los World Games de Junio en Cali. La licitación se “direccionó” de manera que fuera el Teatro Nacional de Bogotá el que se ganará la propuesta puesto que a lo que más valor se le dió fue a la preparación escénica y teatral. Era tan “descarado” el direccionamiento que no se creyó que podría haber competidores. Pero Corfecali la entidad de la Alcaldía de Cali consideró que sí se podía  y armaron un equipo tenaz para poder licitar y ganarse la licitación  que debería quedar en Cali. Obvio. ¿Se imaginan a los paisas “entregándoles” la organización de sus Juegos Suramericanos a bogotanos? Y no sólo es regionalismo. Es que aquí también podemos. Claro, si creemos en nosotros y en lo que somos capaces de realizar. Qué vaina tenerlo que volver a decir: ¿por qué está Medellín donde está, tomándonos años luz de ventaja? No sólo por los alcaldes que ha tenido sino también por “la sangre que corre por las venas paisas” de credibilidad en lo que ellos son y pueden lograr.
Pues bien, la licitación para apertura y cierre de los Juegos totalmente direccionada para que quedara por fuera de Cali (qué oso regional) fue cancelada 3 horas antes de cerrarse el plazo sin mediar explicación. Se cambiaron ciertas condiciones (apertura y cierre por separado) con precios diferentes (¿para “equilibrar” y darle lo grande a Bogotá y lo chiquito a Cali?) para hacer una jugada no limpia de quien licite para apertura no lo hará para cierre…en fin, todas las suspicacias e interpretaciones posibles porque el equipo que se montó en Corfecali era “teso” y los rumores asustaron a la contraparte (Teatro Nacional) que ahora debe “apertrecharse” mejor. Lo grave es que estos Juegos manejados por caleños de prestigio, no le están “jugando” limpio a Cali. Y nuestra ministra de Cultura, tan de los afectos del Valle, ¿qué opina de esta “descarada” preferencia por Bogotá? Lo grave de esta situación es que la licitación amañada para adjudicársela a foráneos (cuando hay méritos para hacerlo aquí) es un golpe bajo a la autoestima caleña. En Cali existen organizaciones capaces siempre y cuando se “juegue limpio” con la ciudad. Alguien recordó que cuando Susana Correa estuvo en Emsirva, se le dio la licitación del basurero a paisas, por encima de caleños. Ojalá, ahora no se repita la discriminación pero sino estamos alertas, los Juegos del Valle para el mundo los organizarían bogotanos por encima de organizaciones nuestras, todo ¡un golpe bajo! a nuestra esencia caleña.

domingo, 20 de enero de 2013

Fabricando mitos



El caso “Amstrong” es como una caja de Pandora. De allí se pueden extraer todas las interpretaciones posibles, relacionadas con los valores de la cultura, el deporte, la astucia y sagacidad, los negocios, el cinismo, los gestos del cuerpo, la salud mental, el dinero, el comercio, los nacionalismos…en fin, podrían hacerse cualquier cantidad de análisis y todos, muy seguramente, guardarían algo de verdad. El caso Amstrong es como un prisma de múltiples colores donde todas sus tonalidades son válidas porque son reales. O sea que ni pretender tan siquiera, ponerse de acuerdo en una sola manera de mirar lo sucedido. Sin embargo queda una pregunta elemental: ¿qué tanta responsabilidad le cabe a los Medios en la construcción de esta situación? Fabricar un ídolo, alimentarlo, venderlo, promocionarlo, hundirlo o destacarlo, taparle, inflarlo, darle pedal, usufructuarse de él a través del rating, hacerlo mito, codearse con él, manosearlo, chantajearlo y claro “desecharlo” cuando ya no es “productivo” como noticia, ¿tienen algo que ver los medios con esta situación? Hasta la entrevista de Opra ¿son los Medios los que inflan o desinflan personajes?
Las noticias decían que para el 21, la prensa estaría pendiente de la llegada de Shakira a la Clínica para dar a luz. Y si no fue ayer, será otro día. En una desproporción, miles de cámaras anunciarían una noticia corriente donde una mujer va a dar a luz y lo que es un hecho cotidiano, atravesado por el lente de los medios, toma visos de magnificencia. ¿Cuántas muchachitas de 12 o 14 años sueñan con un parto-hijo que las “engrandezca” y  las haga importantes al estilo Shakira? En nuestro país, las cifras sobre embarazos de adolescentes son alarmantes pero sin que sea la única causa la influencia de noticias “bonitas” sobre la maternidad, ¿cómo se “vende” la historia romántica de un hijo a través de Medios? Los periodistas nos damos cuenta de lo que estamos generando fabricando a través de la construcción de mitos? Sí, existen condiciones magníficas de seres humanos que se destacan y contribuyen para mejores condiciones de vida. Pero, la inflada de ídolos, ¿qué tan sana es? Músicos, deportistas, políticos, famosos, ¿cuántas personas del común no están dispuestas a cualquier cosa por un minuto de fama o de pantalla? Ganar a cualquier precio dijo Amstrong. Y para que esto se cumpla la caja de resonancia perfecta son los Medios. ¿Nos cabe algo de responsabilidad? ¿Qué tan éticas son nuestras decisiones frente al raiting, el ego o la fama? ¿Tenemos algo que ver con la desproporción del caso Colmenares?
La alternativa no es no informar, o callar o esconder, pero creo que estamos demasiados inmersos en un espiral de fabricación de ídolos como si fueran seres de otras dimensiones sin medir cómo se construye cultura a través de esos falsos o reales o inflados ídolos.  Cómo, en la escogencia de un tema queda la responsabilidad de inflar o perder las proporciones de lo vital para obsesionarse con temas que terminan obsesionando a pasivos oyentes, lectores o espectadores. Los niveles de conciencia marcan la diferencia de cómo se recibe una información. De allí que no sean ni la razón ni la inteligencia ni la preparación académica las que determinan cómo se capta. Hay seres  elementales y su manera de ver es quedarse “pegados” de la fama de otros. Los mitos son creados por los Medios y  esta desproporción no solo genera desilusión y dolor, sino (lo más grave) crea mentalidad. Y es entonces cuando el resultado del trabajo periodístico podría sintetizarse en una frase: “escupimos para arriba”…

El caso “Amstrong” es como una caja de Pandora. De allí se pueden extraer todas las interpretaciones posibles, relacionadas con los valores de la cultura, el deporte, la astucia y sagacidad, los negocios, el cinismo, los gestos del cuerpo, la salud mental, el dinero, el comercio, los nacionalismos…en fin, podrían hacerse cualquier cantidad de análisis y todos, muy seguramente, guardarían algo de verdad. El caso Amstrong es como un prisma de múltiples colores donde todas sus tonalidades son válidas porque son reales. O sea que ni pretender tan siquiera, ponerse de acuerdo en una sola manera de mirar lo sucedido. Sin embargo queda una pregunta elemental: ¿qué tanta responsabilidad le cabe a los Medios en la construcción de esta situación? Fabricar un ídolo, alimentarlo, venderlo, promocionarlo, hundirlo o destacarlo, taparle, inflarlo, darle pedal, usufructuarse de él a través del rating, hacerlo mito, codearse con él, manosearlo, chantajearlo y claro “desecharlo” cuando ya no es “productivo” como noticia, ¿tienen algo que ver los medios con esta situación? Hasta la entrevista de Opra ¿son los Medios los que inflan o desinflan personajes?
Las noticias decían que para el 21, la prensa estaría pendiente de la llegada de Shakira a la Clínica para dar a luz. Y si no fue ayer, será otro día. En una desproporción, miles de cámaras anunciarían una noticia corriente donde una mujer va a dar a luz y lo que es un hecho cotidiano, atravesado por el lente de los medios, toma visos de magnificencia. ¿Cuántas muchachitas de 12 o 14 años sueñan con un parto-hijo que las “engrandezca” y  las haga importantes al estilo Shakira? En nuestro país, las cifras sobre embarazos de adolescentes son alarmantes pero sin que sea la única causa la influencia de noticias “bonitas” sobre la maternidad, ¿cómo se “vende” la historia romántica de un hijo a través de Medios? Los periodistas nos damos cuenta de lo que estamos generando fabricando a través de la construcción de mitos? Sí, existen condiciones magníficas de seres humanos que se destacan y contribuyen para mejores condiciones de vida. Pero, la inflada de ídolos, ¿qué tan sana es? Músicos, deportistas, políticos, famosos, ¿cuántas personas del común no están dispuestas a cualquier cosa por un minuto de fama o de pantalla? Ganar a cualquier precio dijo Amstrong. Y para que esto se cumpla la caja de resonancia perfecta son los Medios. ¿Nos cabe algo de responsabilidad? ¿Qué tan éticas son nuestras decisiones frente al raiting, el ego o la fama? ¿Tenemos algo que ver con la desproporción del caso Colmenares?
La alternativa no es no informar, o callar o esconder, pero creo que estamos demasiados inmersos en un espiral de fabricación de ídolos como si fueran seres de otras dimensiones sin medir cómo se construye cultura a través de esos falsos o reales o inflados ídolos.  Cómo, en la escogencia de un tema queda la responsabilidad de inflar o perder las proporciones de lo vital para obsesionarse con temas que terminan obsesionando a pasivos oyentes, lectores o espectadores. Los niveles de conciencia marcan la diferencia de cómo se recibe una información. De allí que no sean ni la razón ni la inteligencia ni la preparación académica las que determinan cómo se capta. Hay seres  elementales y su manera de ver es quedarse “pegados” de la fama de otros. Los mitos son creados por los Medios y  esta desproporción no solo genera desilusión y dolor, sino (lo más grave) crea mentalidad. Y es entonces cuando el resultado del trabajo periodístico podría sintetizarse en una frase: “escupimos para arriba”…

lunes, 14 de enero de 2013

¡ábrase!


Cada vez que se encuentre con un hecho diferente que no “encaja” con lo que usted conoce, o practica o con lo que usted aprendió, intente abrirse, es decir, procure al menos no defenderse argumentando “eso no es posible” “así no es”, “cómo se le ocurre”. “Abrirse” significa movimiento, significa desplazarse de una posición a otra. Significa probar a oír o ver lo diferente que tiene el mundo y que usted se lo perderá, no porque no exista, sino porque usted está cerrado a modificar creencias. Sí, puede que en fondo exista un miedo tremendo a aceptar que las cosas están cambiando, que las teorías se modifican, que la ciencia rectifica, eso puede producir pavor. ¿A qué me aferro si eso es en lo que siempre he creído? Pero el mayor trabajo para este nuevo año de 2013, es tratar de escuchar nuevas formas, nuevos conceptos, nuevas ideas. Nada, pero nada en el mundo, puede permanecer quieto. Lo que no se modifica está muerto. Como quien dice que debo intentar una apertura interior para –al menos- escuchar que hay de nuevo en el mundo que me rodea. Si no, es como protocolizar mi muerte personal: estoy congelado y considero que todo está bien (o mal) hecho, que nada puede transformarse, que es “imposible” que el mundo sea diferente y por lo tanto no vale la pena hacer un esfuerzo por pensar diferente. En la jerga juvenil, está out. Su obsesión por defenderse creyendo que lo que usted aprendió y practica ahora no puede modificarse, lo califica en la categoría de “dinoasaurios mentales”. Ah, claro, está en todo su derecho. Pero eso le producirá un grandísimo sufrimiento que posiblemente usted “cargue” sobre el mundo que lo rodea. Su miedo lo proyecta amargándose, cobrándole a quién esté a su lado, Y quién lo creyera, la terquedad de pensamiento es la madre de la amargura. En definitiva, una persona amargada es alguien con miedo, que no quiere cambiar, que se aferras obstinadamente a lo que cree porque en esa creencia “se le va la vida” Reconocer un cambio es perder identidad. Así de trágico.
Cuando alguien desea que usted se quite de su vista, le grita “ábrase” como una forma de “no verlo” de que desaparezca de su entorno. “Abrase” entonces, en forma simbólica puede significar “córrase”, muévase  a otra posición. Y este es el principal trabajo (y actitud) para asumir este año y en lo que está por venir. Los cambios son tan pero tan intensos que por lo menos cada día, algo debe modificarse. Una idea, una emoción, un pensamiento, una actitud, una interpretación. Cada día hay algo nuevo. Como dijo el filósofo “nos nos bañamos nunca en el mismo río” no solo porque el agua corre sino también porque el que se baña en ese río, ya no es el mismo…
La cultura se equivocó pidiendo estabilidad, quietud como paradigma de vida. Una persona estable, que no hace movimientos en su vida, es definitivamente una persona anquilosada. Tiene derecho a vivirlo pero su incapacidad para desenvolverse en un mundo que se mueve a velocidades increíbles, lo desubica de su entorno. Y es cuando encontramos ese dolor tan grande de quién “no entiende” el mundo, que no sabe vivir en él y que presenta una incapacidad total para adaptarse. Como una psicosis cultural donde  no acepta lo que pasa… Una resistencia a soltarse, a abrirse y resonar con una época que no permite la quietud y mucho menos lo estático. Pero se puede aprender. Se puede aprender a vibrar con el cambio: poco a poco, cada día, modificando una actitud o una idea, aprendemos que vivir en definitiva es moverse.

miércoles, 2 de enero de 2013

Bajarle el moño


La sabiduría popular tiene dichos estupendos por lo precisos y directos. Allí no se habla con sutilezas. Directo y a la mandíbula. La sacada, sí, la sacada no la salida, de Fabiola Perdomo del gabinete departamental tiene todos los visos de “una bajada de moño”, como si el Gobernador Delgado tan insípido e invisible, se hubiera asustado con la importancia y la fama de alguno de sus subalternos. Nadie puede brillar mas que él. Nadie puede ser mas protagónico que su señoría y todo aquello que se destaque o tenga “luz propia” debe ser apagado. La propuesta de Fabiola (qué pena, mas de ella que del Gobierno Departamental) fué la realización con más brillo y recordación en el pasado 2012. Lo que se destaca de este mandato anodino es el Pacto Vallecaucano y había que quitarle protagonismo a su patrocinadora para ver si el Gober y el reemplazo de Fabiola se pueden “apropiar” de la idea y sacarla adelante. Pero las ideas cuando se gestan con pasión, no producen el mismo resultado en manos de sus reemplazos. Algo tendrán que cambiarle, quitarle o recortarle para “apropiarse” de la idea dándole protagonismo al Jefe y quitándosela al gestor de la iniciativa.

¿Recuerdan la historia de los Mazos?  Alvarez Gardeazabal, gobernador y Gustavo Góngora, entonces director de Infivalle los gestaron con resultados extraordinarios para bien de la educación (averigüen donde están esos primeros y originales Mazos y se sorprenderán de sus alcances) pero Germán Villegas, como gobernador posterior,  no pudo con el peso de la fama y alcance de ideas ajenas, por lo que “se vió obligado” a cambiarla, a recortarla y a suprimirla para darle entierro de tercera. El ego amenazado no resiste el protagonismo de las ideas de otro. Ahora otro Gobernador (qué coincidencia, conservador también) se asusta del brillo de su subalterna y la apaga para que “algo de su luz” rebote sobre la silla principal. ¿Será que sí?
Allí está Petro queriendo protagonismo y metiéndole la mano a lo de las basuras, para formar semejante basurero descomunal. Los egos de algunos políticos son tan grandes que su servicio en “pro de los demás” es una simple careta con que disfrazan sus intenciones. Definitivamente a Gober Delgado le faltó quien lo asesorara, (si él no logra captarlo) para evaluar qué tan poco estratégico era este cambio en este momento. Ahora sí va a “ser visto” por la torpeza de su decisión y no por la “grandiosidad” de su trabajo. El logró “brillar” desde la envidia porque definitivamente lo que más se envidia es lo que más se admira.
A diferencia de Rodrigo Guerrero, alcalde de Cali,  al que no se le nota “ni por el forro” ni una gota de protagonismo. Pareciera como si quisiera desaparecer y lo que lo motiva es que las cosas marchen, con su orientación, pero totalmente invisible para brillar. Que se destaquen los logros no él... y claro, nuestras gentes necesitan, requieren, protagonismos. No se puede llegar al extremo de aplastar a los que brillen, bajarles el moño como se lo hicieron a Fabiola Perdomo de la manera más olímpica, pero también se necesita “aparecer” detrás de los logros porque nuestra cultura así lo requiere. Algún aprendiz de psicólogo diría que “necesitamos papá o mamá” que nos lleven de su mano. Nuestro nivel de conciencia o desarrollo como pueblo así lo requiere. Tampoco que la garrotera entre los que nos dirigen sea como una riña de gallos.  Como diría el refrán popular, que nos ayuda a entender la situación, a encontrar el punto de equilibrio. “Ni tanto que queme al sano ni tanto que no lo alumbre”.