Podemos hacer toda
la alaraca del mundo pero si no cambiamos de mentalidad, estamos arando en el
mar. Se ha dicho una y mil veces. Se señala, se marca, se juzga y nada. Aquí
seguimos los caleños y caleñas “mirando para afuera”, despreciando lo nuestro y
privilegiando lo externo. Luego queremos salir adelante pero si las zancadillas
nos las ponemos nosotros mismos, ¿cómo esperamos hacerlo? María Isabel Rueda
dice en su columna de “El Tiempo” cómo se puede “manipular” una licitación y
“dirigirla” para que se la gane el “ponente” escogido. O con el que se tiene el
acuerdo “secreto”. Entonces, si yo licito un evento de literatura, por ejemplo,
y estoy dispuesta a hacerlo de la manera mas “transparente” pero en los
requisitos señalo que el director debe ser una persona que “haya escrito mas de
3 libros, que a su vez sea periodista y que viva en un lugar de menos de
300.000 habitantes” es obvio que
esta supuesta licitación está dirigida para que la maneje Alvarez Gardeazábal.
Claro es un ejemplo de cómo manipular el “direccionamiento” para descabezar a
otros.
Pues así es como se
está manejando la licitación para los World Games de Junio en Cali. La
licitación se “direccionó” de manera que fuera el Teatro Nacional de Bogotá el
que se ganará la propuesta puesto que a lo que más valor se le dió fue a la
preparación escénica y teatral. Era tan “descarado” el direccionamiento que no
se creyó que podría haber competidores. Pero Corfecali la entidad de la
Alcaldía de Cali consideró que sí se podía y armaron un equipo tenaz para poder licitar y
ganarse la licitación que debería quedar en Cali. Obvio. ¿Se
imaginan a los paisas “entregándoles” la organización de sus Juegos
Suramericanos a bogotanos? Y no sólo es regionalismo. Es que aquí también
podemos. Claro, si creemos en nosotros y en lo que somos capaces de realizar.
Qué vaina tenerlo que volver a decir: ¿por qué está Medellín donde está, tomándonos
años luz de ventaja? No sólo por los alcaldes que ha tenido sino también por
“la sangre que corre por las venas paisas” de credibilidad en lo que ellos son
y pueden lograr.
Pues bien, la licitación para apertura y cierre de los Juegos totalmente
direccionada para que quedara por fuera de Cali (qué oso regional) fue
cancelada 3 horas antes de cerrarse el plazo sin mediar explicación. Se
cambiaron ciertas condiciones (apertura y cierre por separado) con precios
diferentes (¿para “equilibrar” y darle lo grande a Bogotá y lo chiquito a
Cali?) para hacer una jugada no limpia de quien licite para apertura no lo hará
para cierre…en fin, todas las suspicacias e interpretaciones posibles porque el
equipo que se montó en Corfecali era “teso” y los rumores asustaron a la
contraparte (Teatro Nacional) que ahora debe “apertrecharse” mejor. Lo grave es
que estos Juegos manejados por caleños de prestigio, no le están “jugando”
limpio a Cali. Y nuestra ministra de Cultura, tan de los afectos del Valle,
¿qué opina de esta “descarada” preferencia por Bogotá? Lo grave de esta
situación es que la licitación amañada para adjudicársela a foráneos (cuando
hay méritos para hacerlo aquí) es un golpe bajo a la autoestima caleña. En Cali
existen organizaciones capaces siempre y cuando se “juegue limpio” con la
ciudad. Alguien recordó que cuando Susana Correa estuvo en Emsirva, se le dio
la licitación del basurero a paisas, por encima de caleños. Ojalá, ahora no se
repita la discriminación pero sino estamos alertas, los Juegos del Valle para
el mundo los organizarían bogotanos por encima de organizaciones nuestras, todo
¡un golpe bajo! a nuestra esencia caleña.