martes, 4 de octubre de 2016

¿Ganaron? o empatamos


Pueden existir múltiples interpretaciones sobre los resultados del domingo pero lo que sí es obvio es que se dio un empate, un empate técnico donde claro, ganó uno y perdió otro, pero el resultado tan igualitario muestra que en definitiva nadie ganó y nadie perdió. Perdimos todos o ganamos todos, cada quien decide lo que quiera avalar. Pero hay hechos de fondo que es importante analizar.

Siempre creí que detrás de todo lo vivido con el proceso de paz está la pelea de Uribe y de Santos. La profunda enemistad del uno con el otro. Que Uribe “subió” a Santos, que Santos traicionó a Uribe y desde  entonces la terquedad, protagonismo y rabia de Uribe y la independencia y obstinación de Santos hicieron que el partido de ping pong continuara. Santos es un calculador innato y Uribe un narcisista egocéntrico. Se lograron unos acuerdos con las FARC pero no había paz entre los principales antagonistas ni entre sus seguidores del “otro” conflicto. El resultado del domingo es un empate, nadie ganó, nadie perdió, sorprendió que es diferente. Como empate hay que sentarse de igual a igual. ¿Ambos, Uribe y Santos están dispuestos a hacerlo? ¿Por fin Uribe aceptara que no es ni mas ni menos que Santos y que tiene que sentarse de igual a igual con él? Santos no es discípulo de Uribe ni Uribe es el mandamás de Santos. Si alguna vez fue su pupilo “se le creció” y ahora es de igual a igual. ¿Lo aceptara Uribe cuando su deseo de protagonismo es desmesurado?

Santos ofreció abrir el diálogo para un consenso nacional. A Uribe se le ofreció la opción de escucharlo pero se resistió alegando que no quería paz con impunidad. Pero aquí viene “la otra pata de la mesa”. Entre Uribe y Santos hay un conflicto que está empatado. Los que votaron NO dicen que si quieren la paz pero sin impunidad. Esto significa que quieren “continuar” en La Habana con las FARC. Pero regresar a la mesa sin aceptar los acuerdos del grupo de Santos significa someterlas mas, doblegarlas mas, quitarles privilegios y arrinconarlas en cárceles y prisiones. Para los del NO, esto es “su” paz sin impunidad. Ellos querían que las FARC pagaran por sus delitos atroces  con mas severidad y castigo. ¿Aceptará la guerrilla sentarse en la nueva mesa sabiendo que las llevan al matadero? ¿Las FARC van a negociar mas castigo, mas culpa, mas prisión?

Es complejo el momento porque se traslucen egos, protagonismos, retaliaciones. Los pueblos que han sufrido la guerra querían la paz, la anhelaban porque son ellos los que realmente han puesto los muertos. Una “nueva paz” sin impunidad es mas sometimiento, mas censura para la guerrilla. Difícil que lo acepten. Pero, está por verse. No quiero pensar que se regresa a la Habana “a lo mismo” sólo colocándole la firma de un hombre cuyo egocentrismo no perdona  el triunfo de otro. Es un líder, arrastra, tiene seguidores incondicionales, como si fuera una religión. Personalmente creo que tantísimas mentiras y el protagonismo excesivo nos llevaron a este momento. El 50% que no aceptó este Acuerdo, que diga entonces cómo lo va a hacer. Honrando su promesa, deben ir a La Habana para ver cómo negocian sus planteamientos con el grupo guerrillero. Quedamos a la espera de los resultados. ¿Otros cuatro años? O será que nos pasó lo mismo que a Inglaterra…

Gloria H. @revolturas


No hay comentarios: