¡Cómo golpea el machismo de la Iglesia Católica, cómo lastima!
Cómo entender con un mínimo de lógica que en pleno siglo XXI se reúnan 400
hombres solteros para hablar de familia. Para decidir las políticas a seguir
para hombres y mujeres respecto a sus relaciones de pareja, a su trato con
hijos e hijas, cuando ninguno ni ha tenido esposa, ni ha tenido hijos. Y para
rematar, ni siquiera escuchan a “la otra mitad” de lo que están hablando.
Golpea, lastima, agrede. No existe ni una sola mujer presente en ese sínodo de
familia. Por momentos lo siento como una burla a las mujeres. ¿Cómo pueden los
sacerdotes explicar este absurdo? Aún mas, ¿cómo nos pueden mirar a la cara con
tranquilidad para transmitirnos las políticas que 400 hombres solos y solteros decidieron?
¿Tienen agallas para hacerlo? ¿Cómo aceptar la absurda explicación de que “siempre
ha sido así”, o “Dios lo dispuso” en pleno siglo XXI?
Para empezar entonces cualquier determinación que decidan, las
mujeres la tendremos que poner en duda. Ni soñar con que acataremos políticas
gestadas a nuestras espaldas. ¿Cómo así? ¿Pensando por nosotras? ¿Sabrán cómo
somos, cómo sentimos, cómo nos expresamos? ¿Qué saben de nuestro cuerpo? Las
mujeres ni somos retrasadas ni somos entes incapaces de analizar. Sí, empieza el sínodo sobre familia, en el
siglo XXI como si estuviéramos en el siglo XVIII. Para la Iglesia Católica ni
han pasado los años, ni ha cambiado la mirada, ni todavía la mujer “existe”
como ser pensante. Ningún grupo político se “atreve” a semejante osadía. Ah,
tal vez la cultura mahometana o religiones muy “atrasadas” del Oriente.
Creíamos que los “anquilosados” eran otros.
Y creíamos que la Religión Católica había “avanzado”, se había
modernizado. Atropello igual se empareja con los fundamentalistas religiosos de
oriente y su mirada discriminatoria contra la mujer.
Sí, me lastimó el video de los 400 hombres, sentados, con sus
sombreros rojos, frente a un Papa que intenta ser moderno pero que se devuelve
“años luz” tratando de hablar sobre hombres y mujeres, pareja e hijos. Me
golpeó porque es una forma de decirle a la mujer incapaz, bruta, elemental,
retrasada. No calificamos para sentarnos alrededor de esa “inteligencia”.
Todavía no pasamos de empleadas del servicio o cocineras. O, amantes escondidas
que satisfacen sacerdotes cobardes que no dan la cara. ¿Qué puede concluir este
Sínodo que tenga validez y vigencia? ¿Qué determinación es aplicable en la
teorización que van a hacer para que otros y otras acaten orientaciones que
ellos mismos no pueden practicar? Es un pensamiento masculino, machista,
patriarcal.
Aquí si que “Dios lloró” y sigue llorando porque el que estos
hombres, criaturas de Dios, no logren encontrar un lugar para “la otra mitad”
del universo es un atropello contra el mismísimo Dios. Dizque El no genera ni
discriminación ni exclusión pero el Papa mediático y contradictorio, hoy se
devuelve para tomar determinaciones en contravía de lo que venía diciendo. ¿Tan
difícil es darle a la mujer el lugar que le corresponde? Pero no, no se
preocupen, continúen con su Iglesia patriarcal y machista que las mujeres
encontraremos el camino de la espiritualidad sin necesidad de pisar una iglesia
en busca de sacerdotes excluyentes y discriminatorios.
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