De qué sirve toda
la “carreta” que se dice y se escribe si la discriminación contra la mujer está
dada y patrocinada por las cabezas mas pensantes (¡) o mas lúcidas de este
país. Si dizque los que piensan y tratan de guiar a los que no ven, si ellos lo
hacen, lo repiten y lo vuelven a hacer ¿de qué sirve toda la perorata sino hay
coherencia? La inclusión es una de los métodos mas certeros para generar
equidad pero si no ver la discriminación, si no caer en cuenta del absurdo, es
natural, es lógico, es normal, cómo lograr que otros “no tan capaces”, no tan
inteligentes, no tan agudos, no repitan el mismo comportamiento discriminatorio?
La revista Semana y
Royal Salute están patrocinando un premio a la excelencia con 30 postulados
para el primer puesto, pero los 30 postulados son todos hombres porque en
Colombia no existe ni una mujer, ni una sola, que pueda candidatizarse para la
excelencia. ¡No hay ni una! Y es la Revista
Semana (¿la mejor del país?) la que patrocina el Premio. Ni manera de
decir que “son ignorantes” o que no tienen elementos de análisis. No. Como
también promueven un Foro en el departamento de Córdoba para hablar de restitución
y los 4 conferencistas son hombres. No hay ni una mujer que sea capaz de
hablar, desde su mirada de mujer, sobre el tema.
Entonces ¿en qué
estamos? El Presidente de la República no nombra ni una sola mujer en las
negociaciones de paz. De pronto es que “no se necesita”: los hombres pueden
“solos” arreglar el país que desorganizaron ellos. Ellos pueden parar la guerra
que pedaliaron ellos. Y para seguir “lloviendo sobre mojado”, el Gobernador del
Valle va a suprimir la Consejería sobre Mujer y Equidad, para ajustar el
presupuesto. Claro los asuntos de mujeres siempre “sobran” o se pueden
recortar, o se pueden aplazar. Total, las mujeres siempre esperan... ¿Cómo
lograr entonces que en un Municipio sencillo o que en una vereda lejana,
hombres y mujeres se sienten en la misma mesa, generen igualdad de derechos y deberes, merezcan
igual trato y consideración, sino se cae en cuenta de la discriminación. Estoy
segura que la respuesta de muchos es “no caímos en cuenta”, “no lo vimos así”
porque les parece natural el desarrollo de los acontecimientos. ¡Es natural que
los hechos se den sin mujeres! Es natural que la mujer esté en silencio, en la
cocina criando hijos. Es natural que la mujer esté “detrás de todo gran hombre”
ayudándole a surgir mientras ella desaparece. Es natural que ella sea paciente
y siga esperando cuándo le dan permiso de existir o de ser visible. ¿Así no fue
que la “hizo” Dios?
Hierve la sangre que se vean como naturales estos comportamientos. Por
un lado se habla y escribe sobre la violencia intrafamiliar donde las mujeres
padecen de los efectos de la cultura patriarcal y por otro los Medios, los
dirigentes, los que señalan y abogan por la no violencia, borran a la mujer,
desapareciéndola de sus agendas. Lo hace la Iglesia, el Ejército, las empresas,
las familias, el Estado. ¿Cómo soñar entonces con el cambio si los que lideran
no lo ven? Si para ellos la discriminación es natural ¿cómo lograr una sociedad
con equidad? Así como existen “Defensores del televidente”, se requieren
defensores de la equidad en Medios de comunicación. Revista Semana, ¿puede
rectificar y corregir para bien de una sociedad donde la mujer también califica
para la excelencia?