lunes, 31 de marzo de 2025

Aquí atando cabos…


 

Impacta la trama de “Adolescencia” y se buscan posibles causas y soluciones, suponiendo que el remedio debe indagarse en sesudos análisis mientras los hechos cotidianos y reales se vuelven paisaje. Nos dolemos con la película, no terminamos de entender en esa adolescencia los “nuevos” conceptos sobre hombres y mujeres y su forma de relacionarse (posiblemente el disparador del tema), donde ahora los muchachos adolescentes consideran que las mujeres solo escogen un tipo particular de pareja y ello los obliga a matricularse en el grupo incel (celibato involuntario), justificando la violencia como manera de castigar esa afrenta femenina del rechazo. Todo eso sucede mientras aplaudimos a rabiar la venganza femenina, creyendo que esa es la forma más sana de empatar las cargas. Si, es el tiempo de la mujer, es su momento, aguantó tanto durante siglos que ahora puede pasar factura, ahora puede vengarse, ahora volteemos la torta. Las mujeres ya no lloran, ahora facturan.

Entonces, la encrucijada es impactarse frente a Adolescencia pero correr a aplaudir a Shakira y su “reivindicación femenina”. ¿Qué podría estar incubando Shakira en el inconsciente femenino justificando que como ella fue lastimada tiene permiso social de vomitar su dolor y resentimiento?  Sublimando la traición la volvió música y legitimó el rencor, “contagiando” a cientos de mujeres que aceptan la venganza como forma de vida. De acuerdo con ese criterio el dolor se convierte en dinero y de esa manera la mujer “supera” la traición. Como si las emociones pudieran calibrarse como objetos materiales. Con esa actitud ¿se dignifica a la mujer o se la cosifica equiparando sus sentimientos con billetes? Además, qué se construye en el imaginario femenino (y masculino): ¿podemos ser compañeros, amigos, pareja, amantes o estamos condenados a destruirnos por el empaque con que nacemos?  

¿Cómo ve una adolescente de 14 años su relación con una pareja? ¿Como la ve un muchacho adolescente? ¿Los hombres son malos? ¿Las mujeres son las malas? ¿Cómo se comporta una mujer de 30 años porque la cambiaron por otra? ¿Qué significa la palabra hombre para los cientos de asistentes a sus conciertos? ¿El amor es una obligación “para toda la vida”? ¿Mi cuerpo es manoseable? Era agresivo rastrillar a una mujer pero de acuerdo al show ¿en qué quedo ese actuar? Las lecciones de vida no se aprenden en el aula escolar. Ahora son el mundo, las redes, la cultura, los “grandes maestros” ¿qué se está enseñando? En una medida absurda pero que retrata lo actual, un grupo de hombres de alguna región de Rusia le pidió al gobierno prohibir las series turcas porque las mujeres de su terruño ya no los escogían porque los consideraban feos frente a la “belleza” de los hombres turcos.  

Tendremos que enfrentar realidades como las de la serie Adolescencia donde estamos con los guantes puestos sino se aprende que la vida no es una ecuación de oprimidos y opresores, donde cualquiera que sea el “empaque físico”, la calidad de vida se acrecienta porque doblegas, controlas, así se disfrace la conducta con la palabra amor. La guerra de sexos apenas inicia pero una mujer empoderada no puede repetir lo que tanto sufrió. La solución no es voltear la torta. Y es la actitud de la mujer de hoy, con su historia y experiencia la que puede despejar el futuro. La “nueva” mujer no puede ser hija de una Shakira herida y resentida. ¿Hay esperanza? 


Gloria H. @GloriaHRevolturas

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viernes, 28 de marzo de 2025

jueves, 27 de marzo de 2025

miércoles, 26 de marzo de 2025

martes, 25 de marzo de 2025

¿Quiere tener hijos?


 

Es posible que usted pertenezca al grupo de los que sueña con tener hijos, estilo bebes de Johnson y Johnson donde la alegría y las sonrisas eran evidentes. Tiene derecho a su ilusión. En el mundo en que se formaron muchas generaciones los hijos eran asumidos como una bendición. Le daban sentido a la vida de sus padres, en especial a la de la mujer (que no hacia nada diferente a criarlos ¡para eso nació!). En los cambios vertiginosos de hoy (¿final de los tiempos?) los hijos los concibe la pareja, o sola la mujer (madre soltera) pero estos ya no son educados por sus padres y no porque no quieran sino por la simple razón que es más fuerte la influencia de las redes del celular que un almuerzo familiar. Educan mas los amigos, la tecnología y los influenciadores que papa y mamá que por mas que deseen, ni siquiera pueden compartir con sus niños el tiempo anhelado. Es casi como aceptar “traigo hijos para que los eduque (o enloquezca) la sociedad”. Tenaz pero la supuesta responsabilidad paterna se diluye cada vez mas en medio del caos de la cultura.

Pero por si le quedan dudas de lo que es una familia y de “su” influencia en la vida de sus hijos, lo invito a que vea la serie Adolescencia en Netflix. Allí se observan la impotencia, la desconexión, las distancias, los intereses económicos, las buenas intenciones, entre otras creencias, que dan al traste con todo lo que se cree es una familia, de acuerdo a los viejos estándares de educación. La familia es un sistema, por eso se le denomina mundo sistémico, lo que en lenguaje simple significa que todo está conectado, que todo repercute en todo. La vibración familiar, buena o mala, afecta a todos los integrantes del grupo. Entonces vienen los interrogantes: ¿tiene sentido traer un hijo para no poder colocarle tu sello educativo puesto que el entorno del niño es mas potente que el amor y protección familiares? El tema del sexo, su manera de concebirlo, el género, bulling, el lenguaje cuyo significado es desconocido para el adulto, la culpa, los remordimientos, los símbolos, resultado: los padres hoy son una generación perdida que se quedó sin herramientas de educación. ¡Qué desconexión tan abismal! Entonces ¿para qué concebirlos?

Si, demógrafos, economistas, políticos, deben cranear otras formas de sobrevivencia puesto que hay menos niños y la pirámide demográfica se invierte, de manera que los adultos son mayoría frente a la disminución de nuevas generaciones. La sobrevivencia humana está en peligro porque lo conocido se modifica a pasos agigantados y se deben construir caminos alternativos. Pero en esta evolución no solo es importante lo material. La concepción del modelo familia (matrimonio, fidelidad, exclusividad, hijos que se quieren por igual) todas aquellas creencias son las que están expuestas a una reingienería. Como si nada de lo que se enseñó tuviera vigencia en una época invadida por otras necesidades. La desmitificación de la familia es una urgencia de salud mental donde hay que priorizar el poder del mundo interior, la responsabilidad de las decisiones personales y la urgente necesidad de trasmitir conceptos de espiritualidad o trascendencia. Es otro mundo y no solo a nivel global o material, ni es “solo” un tema de aranceles. Allí, en familia, en la concepción de pareja y vínculos afectivos es donde se está produciendo un tsunami de efectos sorprendentes.


Gloria H. @GloriaHRevolturas

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domingo, 23 de marzo de 2025

Sigue tu intuición


 

Sigue tu intuición. El universo te indicará cuál es el siguiente paso.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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miércoles, 19 de marzo de 2025

lunes, 17 de marzo de 2025

Venganza, emoción rastrera

 


Hace algunos años, los japoneses “organizaron” una empresa de venganzas, en especial para cobrar infidelidades, donde el o la ofendida, contrataba los servicios de la agencia, esta le proporcionaba un actor o actriz que “sedujera” al ofendido, de manera que el agresor sintiera en carne viva lo que era sufrir por una infidelidad. Partiendo del concepto de que todas las supuestas infidelidades no son lo mismo, aceptando los celos enfermizos, dándole pié a lo que significa el control sobre la pareja, respetando (y compadeciendo) la dependencia emocional, esta empresa fomentaba una de las acciones mas ruines de la condición humana. Porque la venganza pareciera que conecta con el averno más que con el cielo. Claro, tiene derecho a sentir la rabia y el deseo de venganza, pero déjeme decirle, que en la escala evolutiva, la venganza está más cerca de los reptiles que de los dioses.

Cada quien tiene la prerrogativa de escoger qué siente. Cada quien escoge, también, que decide que lo ofenda y que no. Por ello, el título de ese antiguo libro de Jota Mario Valencia “insúltame si puedes” cae como anillo al dedo. Porque a cada quien solo le llega lo que deja que le llegue. No, no es un juego de palabras pero cada uno decide que cantidad de carroña decide recibir y guardar. No depende de lo que te manden sino de lo que aceptes. El o la que decide vengarse parte de la base de sentirse superior, “vacunado” contra los avatares de la condición humana y por ello una conducta inapropiada del otro la recibe como inaudita. ¿Cómo me hace eso a mi? ¿Cómo se atreve a lastimarme de esa manera? Hay que partir del concepto que el o la ofendida, creen que no pertenecen a la raza de los humanos y que están protegidos de cualquier eventualidad de otros humanos. El ofendido considera que su conducta o su grado de entrega o sacrificio es garantía de protección. ¿Quién dijo? Sino existe algo más volátil e impredecible que el amor… y las emociones humanas que fluyen en el tsunami de la evolución, las creencias y hasta los adelantos de la ciencia.

La venganza claro es hija de la traición. Nace de creer que en la condición humana existen certezas, que algo o alguien te puede ofrecer garantía de estabilidad. La intención puede ser muy buena y honesta pero el devenir de la condición humana la hace totalmente volátil. Los políticos, por ejemplo, son los que mas traicionan y no porque su intención sea hacerlo, sino porque lo que prometen en algún momento no permanece y ajustar sus promesas al momento de aplicarlas ya de por si es una traición. Pero la venganza es rastrera, la venganza es creerse no merecedor de la conducta del otro, es considerar que compites con Dios y hay algo en ti que te “protege” de sentir la traición.

Por eso creo que disfrutar con las venganzas también te ubica en los niveles mas bajos de conciencia. Mas cerca de las bestias que de los dioses. No la haces tu, pero te la gozas identificando tu “satisfacción” con la que siente el actor de la venganza. La paradoja es que esa venganza es un distractor cuyo efecto dura muy poco y lo que hace es envolatar el dolor que se esconde. Para luego sentirlo doble y experimentar totalmente aquello que estabas evadiendo: perdiste, con razón o sin ella, porque eres humano y aquí a esta vida venimos a aprender. Nadie garantiza nada y un acto de humildad (y crecimiento) es aceptar tu pérdida.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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Despertar


Absolutamente todo lo que pasa en tu vida. es para que despiertes tu conciencia y sigas con tu evolución.

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miércoles, 12 de marzo de 2025

lunes, 10 de marzo de 2025

¡Se necesita la frustración!


 

En busca de la felicidad a los humanos se nos olvidó nuestra condición de humanos lo que en plata blanca significa que nos creímos el cuento de que se podía vivir en un paraíso, en un mundo perfecto sin dificultades. El progreso y la evolución nos llevarían a ese escenario. Entonces en aras de la plenitud, cualquier inconveniente, cualquier traspiés o situación compleja, nos toma por sorpresa, nos parece injusto “¿por qué a mi?”, no lo merezco y el miedo y desesperanza nos invaden. ¿Cómo suprimirlo? Los medicamentos son una excelente herramienta moderna para continuar zambullidos en esa falsa fantasía de plenitud. No debe ser casualidad el aumento de la enfermedad mental, lo que significa la vulnerabilidad con la que se enfrenta la cotidianidad. ¿Por qué la cantidad de enfermos en centros de salud? ¿Por qué la cantidad de ansiedad y angustia? ¿El mundo se puso “peor” o somos nosotros los que ya no resistimos?

No debemos extrañar, entonces, que cada día crezca más la generación de niños y jóvenes vulnerables porque no fueron educados para el mundo real, sino para el mundo de la fantasía. Un mundo sin dificultades, un mundo feliz. Nos creímos la idea de que se podía vivir sin contratiempos, que existe una situación, oficio, herramienta o persona, capaz de hacernos plenamente felices. Podríamos hablar entonces de la falacia de la felicidad, lo que paradójicamente, enferma más porque nuestro cerebro no puede vivir sin un mínimo de dificultad o frustración. El exceso de dopamina enferma y hay necesidad biológica de equilibrar buscando el dolor. Por ello, educando hijos o hijas, buscamos que no sufran lo que nos lleva compulsivamente a evitarles angustias. Como si usted decidiera darles la comida en forma de papilla para evitarles el desgaste de tener que mascar. Claro, para algunos ¡qué maravilla!, comen sin dificultades. Pero… perdieron la fuerza de las mandíbulas y no están preparados para los imprevistos. No saben “masticar” dificultades porque en busca de la felicidad se les elimino el sufrimiento. ¿Ganaron o perdieron? Mas débiles, más vulnerables, no podrán existir sin una licuadora o una mamá que les haga su papilla diaria.

Vendieron la idea de que se podía vivir sin problemas, “todo se puede”: los inconvenientes y errores son monstruos por derrotar. La creencia es que si cumples ciertos protocolos alcanzas la felicidad… pero ¡no resulta! En busca de la plenitud cada día somos más adictos a encontrarla y entre más se busca más se desvanece, olvidando un principio básico: no existe placer sin dolor, felicidad sin sufrimiento, vida sin muerte…por lo tanto no puede haber felicidad sin frustración. De allí que las adicciones sean la búsqueda compulsiva de evitación del dolor. Pero entre más la busco más esquiva se vuelve. Y cada momento de supuesta felicidad se vuelve diminuto y lo único que sobrevive es la angustia, la desesperanza, es decir el dolor. ¿Cómo “inyectar” frustración? ¿Cómo diferenciar entre atropello, injusticia y la “normal” frustración de la existencia? La gran paradoja es que la búsqueda desbocada de felicidad nos vuelve adictos y cada vez más el nivel de satisfacción de lo agradable se vuelve inalcanzable. Entre más deseo, menos consigo. El sufrimiento, la frustración, es lo único que ayudan a poner los pies en la tierra en busca del equilibrio. La paradoja de la existencia o el engaño de la cultura, usted escoge…

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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miércoles, 5 de marzo de 2025

lunes, 3 de marzo de 2025

En el Colombo Británico

 


Las instituciones educativas presentan crisis porque son organizaciones humanas y por lo tanto imperfectas. En permanente evolución se mueven teniendo que lidiar con múltiples variables. La más significativa: no se educa como se educaron padres y profesores, por la sencilla razón de que el mundo en que fueron educados ya no existe.  El ajuste es obligatorio, a las buenas o a las malas. Entendiendo a “las malas” cuando los acontecimientos desbordan lo esperado, “lo habitual”. Hace rato que las nuevas generaciones rebasaron el mundo adulto. Es otra época que no se plega a lo tradicional “porque siempre fue así”:  ahora retan, desafían. La pregunta es si los mayores estamos preparados para la nueva mirada, si vamos un paso adelante, si escuchamos el sentir, ansiedad, necesidades, expectativas e incertidumbre de estas generaciones. 

Tengo por el Colegio Colombo Británico enormes sentimientos de gratitud, allí se educó mi hija. Pero al hablar de lo que vive ahora con el incidente de 2 estudiantes de último grado, información que es pública por redes, medios y voz a voz, lo que a primera vista aparece es el mal manejo inicial del problema, independiente de las consecuencias que se fueron generando. Es obvio que el Rector no debió enfrentar el hecho como rector. Hay una figura jurídica llamada “encargo” o ad hoc (¿algún abogado cerca?) y debió ser el punto de partida. No se le puede pedir a un ser humano que doblegue sus emociones para desempeñar un oficio. Primero es padre que rector y es un comportamiento totalmente lógico. Por ello el comentario no es por su sentir sino por su actuar. El que temporalmente no se hubiera separado del cargo enredó la pita, trajo consecuencias, desencadenando una avalancha de efectos a todo nivel. La confusión inicial de roles desbordó el problema. Que aunque aparentemente “escandaloso” no significaba que no se pudiera manejar. Hechos como este, han sucedido, están sucediendo y seguirán sucediendo en miles de colegios. Es una institución educativa y esa es su función principal ¡educar!, por encima de enseñar Biología o Matemáticas. Y educar no solo a los alumnos sino a toda la comunidad. Un reto interesante que marca un antes y un después. Hay heridas, huellas en estudiantes, padres y madres, profesores, comunidad, lo que es ocasión propicia para reparar. ¿Qué tanto las directivas incluída la Junta, están preparadas para nuevas miradas en el manejo de problemas que tienen que ver con el comportamiento infantil y adolescente? ¿Han recibido cursos, talleres, información, que actualice sus conceptos? Hay que evitar respuestas como “no se necesita, sabemos qué hacer”, lo que podría significar más soberbia que humildad y aquí se requieren inmensas dosis de modestia para poder continuar.

En lenguaje pedagógico reparar significa sanar, conciliar, reconocer errores, corregir,  aprender. Lo punitivo no es educativo: está mas cerca de la vieja y revaluada teoría “la letra con sangre entra”. Ahora, lo importante y muy valioso es el manejo de las consecuencias. El incidente toca todas las esferas de la condición humana: machismo, roles, libertad sexual, valoración de la mujer, pornografía, curiosidad, tecnología, control de padres, información adecuada, relación colegio familia… interesante reto que lleva implícitos actos de apertura y perdón. El colegio tiene la palabra: aprendemos o cobramos. ¡Muy aleccionador!


Gloria H. @GloriaHRevolturas

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domingo, 2 de marzo de 2025

Vive cada momento


Vive cada momento. aprovecha ahora que estás aquí porque todo pasa y el tiempo no se detiene ni para decir adiós.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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