jueves, 30 de mayo de 2024

miércoles, 29 de mayo de 2024

lunes, 27 de mayo de 2024

¡Exclusión!


 

En la lista de invitados para la fiesta de Juan, no apareció tu nombre. Te excluyeron. El jefe realizo convocatoria para el ascenso y no estabas allí. Los amigos formaron equipo de futbol y no te tuvieron en cuenta. La fila para lograr el turno médico se copó un puesto antes de que tu llegaras: quedaste excluido. El chico que te encantaba eligió a otra pareja para asistir al baile y tu quedaste por fuera. No me gusta la nueva esposa de mi hermano: está out… podríamos seguir enumerando ejemplos de la exclusión que se vive a diario y que impacta tan fuerte la autoestima. La exclusión es rechazo. Es un inri que golpea el ego y que compromete el bienestar. Es desconocimiento del otro. Cada quien tiene su particular bitácora de exclusiones y conoce cuán definitivas pudieron ser en su propia historia. Hay muchas que nunca se olvidan y recordarlas es abrir de nuevo la herida. Porque si te excluyen, no te reconocen, eres “invisible”, no existes. ¡Duele!

De allí la necesidad por pertenecer, por ser parte de algo. El otro u otra, desde bebe, me “construye” como ser humano, es mi espejo para permitir reconocerme. Pero si me excluyes, me pierdo, desaparezco. Somos seres vinculantes, no podemos vivir sin estar conectados unos con otros, para bien o para mal. La conexión humana forma parte del ADN físico y emocional. No nacemos por generación espontánea, por tanto, siempre existe un vínculo con alguien, así no nos guste esa relación. La conexión no es opcional, sí o sí hay que tenerla. Bert Hellinger, padre de las Constelaciones Familiares, concluyó que uno de los principios básicos de salud mental es el sentido de pertenencia. Pertenecer significa “hacer relación a otra, o ser parte integrante de ella”. Estar conectado con alguien es vital como medida de sobrevivencia. Existo porque tú me reconoces. No estarlo…
 
Por eso, los migrantes que buscan nuevos horizontes donde consideran que tendrán mejores oportunidades, pueden lograr su objetivo económico, pero es posible que no terminen vinculándose: no pertenecen a la comunidad donde habitan, siempre cargan el sello de extraños, sentirán la exclusión. Por ello el tamaño de sus nostalgias… anhelan volver. Y es allí cuando se evalúa si lo económico es el factor más determinante para la sobrevivencia. El migrante siempre tendrá el sello de la exclusión, de la no pertenencia. Y su historia y la de sus descendientes estará marcada por ese rechazo. No ser reconocidos por esa cultura ni por esa sociedad.

El negro fue excluído, también el indígena. Ni qué decir de la mujer en la sociedad patriarcal. Cubanos, venezolanos, colombianos, judíos… hemos sentido el peso de la exclusión que trae pegado el rechazo, el desconocimiento. No hay necesidad de tener un arma que asesine cuando la exclusión puede ser la herramienta mas catastrófica en la construcción de salud emocional de las personas y de los pueblos. Sentirnos superiores, rechazar al otro, es un acto de barbarie emocional. Es como negarle el derecho a la existencia. La polarización excesiva que se vive creó nichos de protección y exclusión que afectan profundamente la salud mental. El bulling es exclusión. La migración es exclusión. La belleza es excluyente… las religiones son excluyentes. La exclusión está por todos lados, no mata, pero si aniquila. ¿Y tú, a quienes excluyes?

Gloria H. @GloriaHRevolturas
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domingo, 26 de mayo de 2024

Si duele, conviértelo en ejercicio.


Si duele, conviértelo en ejercicio. en libros, en oración, en abrazos, en llantos, en pintura. Pero JAMAS permitas que el dolor se quede adentro.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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lunes, 20 de mayo de 2024

Y Petro ¿qué?

 

En una de las charlas que tuve con José Alberto Tejada, algún día me habló de la preocupación que tenía por la tendencia de Petro al autosaboteo. La inquietud quedó y ahora volví a escuchar, de otra fuente, la misma interpretación, lo que motivó a analizar más despacio qué hay en la personalidad de Gustavo Petro para buscar lastimarse asumiendo actitudes que lo “hundan”. ¿Qué dice la psicología sobre el autosaboteo? Autosabotearse, en explicación simple, es no merecer, no ser lo suficientemente valioso para recibir un logro. Freud lo expresó como “miedo al éxito”. Creo entonces que Petro tiene muy marcado en su ADN el sello de la exclusión, la marca del marginado social, igual a tantos compatriotas que pueden ser brillantes, pero viven el rechazo social. No terminan de encajar, no son reconocidos, no llegan a ocupar el lugar de las elites, de los que sí “merecen”. No es un problema económico o de cuentas bancarias. Es la exclusión social. Permanecer en la sombra, estar en la retaguardia, causa una desvalorización que genera una personalidad de “nunca merecer”, no poder reconocerse como valioso e importante. ¿Hijo de quién? Ningún mérito, oficio o propósito, quita esa marca. El reconocimiento social, tan significativo e importante en una sociedad de apariencias, coloca un sello indeleble difícil de erradicar. ¡No tenerlo es un inri emocional constante!



Entonces un hombre bien intencionado y hasta ingenuo, si ingenuo, como Petro, cae en esa definición de querer lo mejor pero saboteándose a sí mismo por “no merecer” el logro. No resiste el éxito, no está acostumbrado a este. Considero que Petro, con muy buena intención, quiso y quiere una sociedad más equitativa, conoce en carne propia como se vive en los espacios marginados, pero él es su peor enemigo para lograrlo. Ingenuo y confiado, no tiene la malicia perversa de Uribe, ni la sagacidad de Santos y menos la pendejada de Duque. No pertenece a la clase de los que se reconocen, se recomiendan o se amparan.  El, “hijo de nadie” está marcado por la ingenuidad que le dio la vida al no ser mirado por ningún “importante”. Muchos de sus errores le suceden por confiado, por ser el bobo de la clase, por creer en los demás. Se la hacen una y otra vez. Desde su hijo… Equivoca el camino pero intenta ser fiel a sí mismo. Entonces ahora, después de tantos errores, la única opción que encuentra es el autosaboteo, volver a identificarse con aquello a lo que pertenece, de donde tomó identidad. La victimización es la salida. Es importante señalar cómo la personalidad marca el comportamiento que hasta una ideología “cae” ante el poder de lo que se es. El trasgeneracional delata… 


Laura Sarabia puede ser la que “ve”, la que tiene la malicia de percibir qué puede suceder, la que lo cubre. Como mujer, intuitiva y sagaz, con preparación intelectual, vislumbra lo que la personalidad de Petro no capta. Ella es de los “mismos”. Pero a Petro le sucede una y otra vez: los que nombra, su hijo, sus colaboradores, todos se la “hacen”.  Hoy desconfía cada vez más de quienes lo rodean. Su mensaje es “regresar” a aquello que lo nutrió, por ello vuelve a las fuentes de donde tomó identidad. Su construcción de país fue torpedeado por saberes, ignorancias, intereses, políticas y políticos que no soportan un atisbo de cambio. 4 de cada 10 lo quieren. Pero…


 Gloria H. @GloriaHRevolturas

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domingo, 19 de mayo de 2024

Todo comienza y termina en tu mente.

 


Todo comienza y termina en tu mente. Aquello a lo que le das poder. tiene el poder sobre ti.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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miércoles, 15 de mayo de 2024

martes, 14 de mayo de 2024

Culpas en Primera Comunión.

 


Es la historia de un niño, cualquiera, que como tantos otros, ahora en Mayo hace su Primera Comunión iniciando así su relación con lo sagrado y trascendente. Un momento muy significativo que ayudara a perfilar su conexión con lo espiritual.  Los niños y niñas hoy en día no “tragan entero”: cuestionan, se atreven a hacer preguntas “incómodas” que para anteriores generaciones habrían sido calificadas como irrespetuosas o desafiantes. Pero, el mundo cambia y un chico de 10 años puede llegar a expresar “Dios es asesino porque se lleva a las personas que quiero”. Claro lógica deducción si se le han transmitido creencias como “es la voluntad de Dios”, “si Dios quiere”, “Dios lo puede todo”. Entonces si ese Dios dispone de todo, podemos ser títeres en sus manos y El sería el “responsable” tanto de lo bueno como de lo malo que sucede en nuestra vida. ¡Lógica conclusión!

Si, pero debería ser diferente. La información debería transmitirse en forma razonable de manera que un niño no sienta que porque es niño se lo engaña o es “bobo”, para que cuando sea grande se dé cuenta, o se rectifique ,o se le “cuente” el cuento de otro modo. ¡Los niños tienen uso de razón! Pero parece que muchos sacerdotes se quedaron congelados. Pareciera que el objetivo es “seguir asustando” para convertirnos de esa manera en buenas personas (¡). Usando el miedo, tratan de aconductar. Entonces hablarle de pecado a un niño, llenarlo de culpa, decirle que los humanos “ofendemos” a Dios, no sólo es anticuado sino atropellador. ¿El objetivo es despejar el camino de la espiritualidad o invadirlo de escollos? Creí, ingenua yo, que la Iglesia Católica podía haber revisado y estar dispuesta a transmitir criterios religiosos con un enfoque más sano y equilibrado. Creí, ingenua yo, que “el Dios que castiga” eran teorías del pasado. Creí que el Dios al que se ofende con el pecado, pertenecía al museo de errores religiosos que no volverían a repetirse. Pero no, ahora estos niños están repitiendo “pecado, culpa, ofender a Dios, infierno”, conceptos que empiezan a minar su salud emocional y espiritual. No puedo imaginar qué clase de Dios puede resistir (y aguantar) las ofensas de no sé cuántos seguidores. ¡Pobre Dios!, terminará convertido en un colador recibiendo perdigones…

Pero en serio, ¿un humano tiene el poder de ofender a Dios? ¿Por qué el sentimiento de culpa: acaso la culpa educa y concientiza? ¿Un niño de 10 años qué confiesa? ¿De qué se acusa a si mismo? No, no somos perfectos. Venimos a la vida a aprender, de allí que los errores sean tan valiosos. Es lo que más nos enseña. “Si borro mis errores del pasado, perdería la sabiduría de mi presente”. ¿Me arrepiento de ellos o por el contrario los enfoco como “maestros” de mi evolución? El solo hecho de “confesarse”, sentarse (cuando no arrodillarse) frente al sacerdote para reconocerse pecador, sentirse “malo”, culpable de haber vivido ¿es sanador? ¿qué repara? Y luego se preguntan por qué la deserción de fieles, el por qué la resistencia a las creencias religiosas, sin medir el daño que hace la culpa en la salud emocional “por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”. ¿Este es el camino para acercarse a lo trascendente? Definitivamente se necesita una reingienería para abrir nuevas miradas al mundo espiritual. ¿Alguien se atreve?

Gloria H. @GloriaHRevolturas
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domingo, 12 de mayo de 2024

No te engañes, SIEMPRE tendrás problemas

 


No te engañes, SIEMPRE tendrás problemas. Son el alimento de tu crecimiento. Lo que cambia es tu manera de relacionarte con ellos. Rafal Vídac.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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jueves, 9 de mayo de 2024

lunes, 6 de mayo de 2024

¿Cuál la tiene más grande?

 


Si, tenemos dos países. Es claro que por más que se fantasee en querer unidad, remar para el mismo lado, construir propuestas comunes, la diferencia de clases (y de poderes) nos está aniquilando. Obvio que existe el país de los ricos y el país de los pobres. Claro que hay intereses de cada lado y cada equipo jala para su mundo. Basta con analizar con dos dedos de frente, lo que significaron las marchas anteriores. Los lugares de donde partieron las de Cali, por ejemplo, son la prueba más contundente de los dos países “irreconciliables”. En una acertadísima síntesis, Carlos Duque retrató la Colombia en que vivimos. “Parece que los esfuerzos por la transformación de Colombia se reduce a una lucha fálica ¡quien la tiene más grande! Quien sacó la (marcha) más larga y voluminosa: si la derecha el 21A o la izquierda el 1M. Hemos avanzado poco en el cambio cultural como fundamento del cambio político. No logramos salir de los ciclos maniqueos de confrontación”. 

Cual patio de colegio, donde los adolescentes juegan a medírsela, aquí esta el mundo patriarcal “midiendo” sus alcances. Sí, Petro y la oposición igualados, midiendo poderes. Petro debe estar mamado de que las cosas no salgan como el creyó y quiso hacerlo y la oposición “plena” de que al guerrillero izquierdista le vaya mal. Las posiciones ideológicas son tan enfermizas que escuchar el odio y el desprecio (lenguaje, epítetos) solo produce compasión por seres tan envenenados. Esa rabia a quien más daña es a quien la posee… En la mitad medio país, hombres y mujeres que queremos vivir en paz. Hombres y mujeres que intentamos conciliar posiciones y captar luces y sombras en cada situación. Ese odio visceral contra Petro no puede ser sano ni reparador. Hay que apostarle a que le vaya mal, independiente de que el país esté en la mitad de esas agresiones. Imagínese el lío para la oposición si después de 4 años no nos volvimos como Venezuela. Claro, todo puede suceder, pero es como si se le apostara a que le fuera mal para poder tener la razón…

Repito, en la mitad miles de hombres y mujeres que no queremos mas mentiras, manipulación, cifras amañadas, intereses personales o desbordados de grupo, interpretaciones “a mi manera”, suposiciones, juicios y condenas a priori. No queremos mas “salvadores” que poseen la verdad revelada para mostrar un camino sesgado y excluyente. “Precisamos sanar, reconocernos como hermanos, hilos de un mismo tejido y partir de la existencia de un trauma colectivo para lograr construir en los próximos años nuevos liderazgos o seguiremos repitiendo el mismo librero de hostilidad, división y violencia de las ultimas décadas. Pañuelo rojo/pañuelo azul”. (Carlos Duque).

Ningún gobierno complacerá a los “dos países”, a las dos posiciones, a los dos mundos. No servirá ninguno. Aun cuando suene estúpido solo podremos vivir diferente cuando cada uno se concientice de la responsabilidad que tiene con su entorno. No serán los gobiernos, es cada quien tiene el compromiso de alimentar el gran odio nacional o tender la mano al “otro” país para construir futuro.  Pero con tanto odio visceral es imposible. Solo sirve su disposición personal para ayudar a sanar, a conciliar. O su necesidad compulsiva de seguir multiplicando odio, exclusión y rencor… en “su” Colombia no habrá paz. En la “nuestra” es posible. Cada quien decide…

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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