domingo, 31 de enero de 2021
jueves, 28 de enero de 2021
miércoles, 27 de enero de 2021
martes, 26 de enero de 2021
lunes, 25 de enero de 2021
Médicos ¿todo bien?
Posiblemente mi condición de psicóloga me permite entender en forma mas comprensiva lo que significan la rivalidad y los celos. Que se dan en todos los escenarios. Por ejemplo el triunfo de Pilar Quintana (maravilloso) con su novela “Los Abismos” nos llena de orgullo y satisfacción, sobre todo en Cali. Pero soy consciente que su logro también “molesta” a otros que se podrían considerar merecedores de ese galardón. Y así en cualquier dimensión humana. Hay rivalidad ente hermanos, la mas primaria y visceral (a quien prefieren papá y mamá), porque el mito de que a todos los hijos se los quiere por igual no es sino otra falacia y de allí en adelante sigue la proyección a otros niveles. De hermanos pasamos a alumnos, a vecinos, a parejas, a compañeros de trabajo, a ciudades, a países… En fin, en cualquier escenario.
Y claro, las profesiones no escapan a este virus. Arquitectos, ingenieros, periodistas, psicólogos, médicos. Hoy me quiero detener aquí, porque Cali vive un fenómeno particular surgido de un logro que para muchos es inmensamente satisfactorio, pero que a otros pudo molestar. “Ardió”, produjo piquiña. Hizo que la mirada preferencial se desviara para otro lado y entonces los celos y rivalidades afloraron. El grupo de médicos (¿independientes?), que construyeron una solución (¡fue una solución!) para el Ancianato San Miguel y para tantas otras personas, ha generado molestia en otros profesionales, organizaciones e instituciones que no están en ese grupo. Al punto que nombrarle a un profesional de la salud el nombre de los “arriesgados”, significa respuestas cortantes: “quédese con ellos”, o ni siquiera aceptar exámenes de laboratorio de otro grupo “que no sea el mío, al que yo pertenezco”. Envidia, desconfianza, resquemor… como si estuviéramos hablando de ganadores y perdedores. O mejor de protagonistas y segundones y no de un cuerpo médico científico luchando por el bien común. Hay interés en desvirtuar su trabajo, en considerarlos teguas, en juzgarlos como oportunistas o charlatanes. Entre los mismos profesionales de la salud, como entre las Instituciones, hay una competencia feroz por ocupar el primer lugar. Aquí está la prueba. No existe una comunidad solidarizándose con un resultado y difundiéndolo para beneficio colectivo sino construyendo guetos de especialistas generando desconfianza entre unos y otros. En la mitad, los “pacientes” observando la rivalidad, sin entender cómo la salud no es la prioridad sino el ego. Educados bajo el ropaje de la competencia, estos son los efectos… De allí la inmensa necesidad de que la educación deje de ser competitiva para ser solidaria. No mas primer puesto, no mas el ideal de ser el mejor, no mas los codazos para llegar a la meta. La filosofía Ubuntu aquí sería maravillosa. Solidaridad no competencia.
Pues bien, aceptar que el trabajo del grupo de Oscar Gutiérrez y Marcos Martínez tiene resultados “incomoda” porque no tiene aval científico, ni está patrocinado por ninguna marca específica. ¿Efecto placebo? Pues si es así, que maravilla, dio resultados. Sé que esta no es la explicación del logro pero sí es importante que en un momento de tanta necesidad podamos deponer los celos y la rivalidad ayudando a difundir un resultado concreto y efectivo. ¿Es esperar demasiado?
Gloria H. @GloriaHRevolturas
domingo, 24 de enero de 2021
miércoles, 20 de enero de 2021
martes, 19 de enero de 2021
El pasado es historia...
El pasado es historia, el futuro es incierto, pero el hoy es un obsequio; por eso se llama PRESENTE.
lunes, 18 de enero de 2021
Tres palomas…
No logro entender, aceptar o asimilar por qué Colombia se demora tanto para traer la vacuna y empezar a aplicarla. No he leído ni oído ninguna explicación válida del gobierno para justificar la tardanza. Y mas cuando otros países como el nuestro ya la tienen, ya la aplican y desde ya, están evitando que el virus crezca. No logró entender por qué el Ministro de Salud no oye y repica la experiencia del Ancianato San Miguel de Cali donde se pudo evitar una tragedia. ¿No le interesa escuchar esa versión? ¿Al gobierno si le importa realmente detener esta pandemia, o enredado en asuntos politiqueros, guerra de egos, pelea con los Alcaldes, ineficiencias de gestión, se “entretiene” mientras ajusta sus intereses?
Y me golpean mas fuerte los interrogantes cuando leí que unos jóvenes fueron retenidos por la Policía, en la Plaza de San Francisco de Cali, después de haber atrapado tres palomas “porque tenían hambre”. Tres palomas entre el gran número de pájaros que anidan en la plazoleta de la gobernación como alimento para personas que no tienen que comer. ¡Es sobrecogedor! Para muchísimos individuos, la cuarentena representa morirse de hambre. Significa que sus hijos se acuesten sin alimentos. Debe ser desquiciante que un hijo o hija le pida a sus padres comida y estos, impotentes, no tengan nada para darles. Pregunto, ¿usted que haría?
La cuarentena puede salvar vidas, aliviar la llegada de enfermos a las clínicas y hospitales, pero dispara las cifras de gente con hambre, de personas sin empleo, de hombres y mujeres al borde de la locura por el encierro, o personas atormentadas con las deudas que fácilmente pueden terminar en suicidio. ¿Para qué vivir así? Un meme expresaba “tengo coronavirus existencial: la vida no me sabe a nada”. El otro lado del confinamiento es delicadísimo. Las personas están robando, saqueando puestos móviles en el centro, arriesgándose a infringir la ley porque ante un problema de hambre, el ser humano se vuelve como un animal depredador. No hay razón ni lógica, solo hambre. Y esta se siente en el estómago pero obnubila la mente: allí ya no piensas, ni guardas compostura ni hay leyes que valgan para respetar. Allí solo están las tripas resonando…
No supe cuál fue el final del caso de los muchachos y las palomas. Ojalá los agentes se los hayan llevado a algún lugar donde pudieran comer… se que hay multitud de casos de hambre, pero es hora de despertar de este marasmo en que podemos estar atrapados, para mirar dónde está el hambre. Se que no podremos calmárselo a todo el mundo, pero el solo hecho de salvar a uno, dos, una familia, a los que se pueda así solo sea por hoy, es ayudar a mitigar el problema. ¿Hay comedores comunitarios donde se pueda acudir? ¿Hay ayudas reales a la gente que tiene hambre y que ni siquiera puede pararse en un semáforo porque no puede salir de su encierro?
Vivimos un segundo pico pero ¿existe también un segundo pico de ayuda de Bancos, arriendos, empresas, deudas, para facilitarle la vida a los que no tienen ni para comer? A los que no les entra dinero y están desesperados con su situación. Sí, la ayuda psicológica se presta pero la ayuda real alivianando deudas es indispensable. Hay hambre, hay necesidad, hay desespero. Tres palomas en manos de estómagos con hambre es deprimente.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
domingo, 17 de enero de 2021
jueves, 14 de enero de 2021
La Divinidad
Duerme en las rocas, respira en las plantas, sueña en los animales, y despierta en los seres humanos.
miércoles, 13 de enero de 2021
martes, 12 de enero de 2021
Si pudiese borrar todos los errores...
Si pudiese borrar todos los errores de mi pasado, estaría borrando toda la sabiduría de mi presente...
lunes, 11 de enero de 2021
El “maestro” Trump
jueves, 7 de enero de 2021
miércoles, 6 de enero de 2021
martes, 5 de enero de 2021
Lo que pasa con la gente que sufre es...
¡Lo que pasa con la gente que sufre es que ha sido abandonada de sí misma! ¡Si hay alguien que debería estar conmigo todo el tiempo ese alguien soy yo! Jorge Bucay.
lunes, 4 de enero de 2021
Simulacro
Mientras que al menos cuatro países latinoamericanos (de los subdesarrollados y pobres) empezaron ya sus jornadas de vacunación, para salvar vidas y frenar los contagios, Colombia necesita experimentar un simulacro para alistarse para la vacunación. Nuestro país pareciera especializarse en simulacros porque estamos siempre representando papeles o “ensayando” para ocupar el lugar que creemos nos corresponde. Siempre tenemos que actuar. O copiar. O aprender un libreto. Por algo la definición de simulacro, de acuerdo al diccionario, es “una imitación o simulación de algo, copiar algo de determinada manera. La simulación es una actitud que cualquier persona puede tomar en diferentes situaciones para calmar determinados intereses, pudiendo ser en algunos casos positiva y en otros no tanto ya que supone cierta falta a la verdad”.
Entonces no nos debemos sorprender si estamos viviendo la paz o esto también será un simulacro. ¿Las masacres son un simulacro de muertes selectivas, asesinatos coincidentes o problemas de narcotráfico? Nunca lo sabemos. Simulamos saberlo y por eso se dan algunas explicaciones, claro suponiendo que son verdad. En nuestro país el Presidente hace un simulacro de presentador, o perdón, es al contrario, el simulacro lo vive quien funge de Presidente. Por eso la idea de que la presidencia de Colombia se convierta en un simulacro no es casualidad. Ya se están alistando los actores sin vergüenza de ninguna clase. Tomás Uribe considera que puede representar el mismo papel de Duque: simular que gobierna, mientras atiende sus negocios de centros comerciales o mientras escucha los libretos que le programan para su actuación. No importa. Si ya lo hizo Duque “cualquiera” puede serlo. Va tomando forma la idea de que ser presidente en este país es un simulacro…
Los simulacros son ensayos, representaciones, fantasías. Tan baja es la autoestima nacional que siempre hay que ensayar antes de realizar la tarea que corresponde. En Providencia pareciera que se hace un simulacro de reconstrucción. Todavía no se empieza “en firme”. Hay que simular agradecimiento al Minsalud por su “detalle” al organizar el tema de las vacunas para el primer trimestre (puede ser Marzo) pero simulen que es “perfecto” y por lo tanto viene el coro de alabanzas.
Creímos salvar a Venezuela y se apoyó a Guaidó mientras Maduro sigue y Colombia no termina de despertar de ese simulacro. Pero “castiga” a los venezolanos no legalizados negándole las vacunas. Pero como es un gobierno católico (o será simulacro) le reza a la Virgen de Chiquinquirá y le valen hongo las palabras del Papa. Es un simulacro. Duque se alió con el mayor experto en simulacros, Trump, quien cree que puede seguir en la Presidencia. Mientras Biden invita a Santos (¿simulacro?) a su posición y el presidente-presentador simula que todo está bien y que sus relaciones con USA son perfectas. Es un simulacro…
Definitivamente tiene que ver con nuestra identidad. Simulamos porque nos asusta la verdad, que no tiene que ser igual para todos, pero buscamos disimular o no molestar. Impacta ser un país de apariencias, lo que es en definitiva un simulacro. Mientras no dejemos de actuar y apostarle a la verdad, seguiremos en el campo de las representaciones. O de los simulacros. ¿Cuál es su preferido?
Gloria H. @GloriaHRevolturas
Imagen de Angelo Esslinger en Pixabay
domingo, 3 de enero de 2021
No olvides llevarte tus sueños contigo
No olvides llevarte tus sueños contigo, porque este nuevo año 2021 pueden convertirse en realidad. Felicidades.














