Aun le parezca absurdo en el plano material y mientras vivimos en este mundo, cada quien tiene uno o varios guerrilleros “personales”. Cada quien puede anidar en su corazón, en su cuerpo, en su familia, en su historia, alguien que le ha producido muchísimo dolor, angustia, maltrato, sufrimiento. En el plano material o en el plano emocional, o en ambos. Alguien a quienno se soporta y se fantasea con eliminar, así no sea sino un sueño efímero, para mágicamente creer que así podremos vivir en paz, sin esa desazón que produce tenerlo frente a nosotros Alguien muy cercano o muy lejano. Puede ser miembro de la familia, un extraño, un vecino, un desconocido, alguien que cruzó por su vida y dejó una huella imborrable de angustia y sufrimiento. Ese ser que nos genera los mas absurdos sentimientos y a veces logra despertar el monstruo interior que llevamos dentro. Es tarea de cada quien reconocer a su propio guerrillero como parte de su entorno. Y de su aprendizaje
Es obvio que mi “guerrillero personal” #1 es Alvaro Uribe, sus posturas, sus ideas, su comportamiento, su patología. Las emociones que me produce su conducta fluctúan entre la rabia mas infinita al desprecio mayúsculo. Y claro, mi proceso personal es aprender a manejar esas emociones, a aceptar que él tiene derecho a su postura, a su patología y que la impotencia que me produce “no poder cambiarlo” es parte de mi aprendizaje. A eso venimos a la vida, a aprender. A entender la diferencia. Los mejores maestros siempre son aquellos que mas nos tallan. Y están allí precisamente para “enseñar” convivencia, tolerancia, aceptación. Una personalidad como la de Uribe es “necesaria” en la toma de conciencia de este nuevo país que está emergiendo. Todos los fundamentalistas son maestros de tolerancia porque enseñan “en carne viva y sin anestesia” cómo extremar posiciones es una forma de vida que ayuda a caer en cuenta de cómo no repetir esa conducta. Se le llama aprendizaje por oposición, diferente al aprendizaje por imitación.
Resulta que ahora tengo otra “nueva” guerrillera personal. Cada vez toma mas presencia y “arde” con su actitud y su postura. Su manera de juzgar el entorno, “toca arrebato” y revuelve las entrañas. Pero, hay que aceptarla. María Fernanda Cabal con su cinismo y contradicción “emerge” como una nueva maestra de tolerancia y respeto por la diferencia. Tenemos que aprender a convivir con ella, con su rigidez y fundamentalismo, con sus actitudes descalificadoras hacia los demás porque entre mejores sean los maestros de “lo que no debe ser” mas posibilidades existen de que no se nos olvide. Su manera de juzgar la actitud de Angela Giraldo en La Habana, habla de una intolerancia exagerada. Sin embargo, allí no radica su mejor “lección”: cuando terca y obstinadamente dice que “le pido disculpas, pero eso no hace que yo retiré nada de lo que he dicho” (El País, viernes 22 de Agosto)está dando prueba inequívoca de algo que en psicología se denomina perversión: si, pero no. Lo hago pero no lo hago. Una actitud plenamente perversa porque lo que hace es confundir al adversario. Sí pido perdón pero no retiro nada de lo dicho. ¿Logra entender?
El Procurador Ordoñez es otro de mis guerrilleros maestros. Su fanatismo religioso es definitivamente chocante. Cada quién tendrá su galería de guerrilleros personales. Lo anterior no significa silenciarse frente a sus conductas (ni de ellos frente a las nuestras) sino poder expresar la incomodidad de las actuaciones que nos tallan aceptando que en este mundo todos debemos caber. Y opinar. En ningún lado debe existir “delito de opinión”. Mejor expresar que callar. Convivir con esos guerrilleros personales es la manera de demostrar que somos una sociedad pluralista y tolerante.